Sin duda, una de las fijas en esta época del año. Aunque curiosamente, fue estrenada en verano. Pero aún así es una de las películas más identificativas de la programación televisiva en Navidad. Una de las películas más queridas por el público. Hoy en día, sería muy difícil encontrar a alguien que no se supiera las reglas relativas a los Gremlins. Si, la de que no puede darles la luz brillante, no pueden mojarse y no deben comer después de las doce.
Pero el origen de estas criaturas viene de mucho más atrás y está inspirado en una leyenda sobre unos seres mitológicos emparentados como demonios. Leyenda que se adoptó medio en broma durante la Segunda Guerra Mundial. Se atribuye a los Gremlins la culpa de que los aviones de la Fuerza Aérea Inglesa (Royal Air Force) cayeran sin haber sido alcanzados por ningún disparo. Los propios pilotos bromeaban con qué eran los Gremlins quiénes saboteaban las maquinarias.
Uno de esos pilotos fue Roald Dahl, quién estuvo destinado en Oriente Medio. El autor de “Charlie y la fábrica de chocolate”, incluso llegó a escribir un cuento basado en ese folclore, “Los Gremlins” en 1943. A Walt Disney le gustó tanto que consideró hacer una película. Aunque finalmente no fue así, hay una escena de Bugs Bunny en la que lucha con un gremlin. 40 años después, Chris Columbus escribió un guión influido por ese relato.
Pero dicho guion pasó por varios borradores. De hecho, inicialmente iba a ser una película de corte mucho más terrorífico. Pero la entrada en juego de la productora Amblin Entertainment con el famoso tándem de Frank Marshall, Katheleen Kennedy y Steven Spielberg cambió eso para acercarla más a la comedia de terror fantástico, que pretendía que la calificación del film fuera para “todos los públicos”, aunque finalmente, la obstinación de Joe Dante negándose a descartar ciertas escenas, la colocó como para “mayores de 13 años”.
Como por ejemplo, el monólogo de Kate (Phoebe Cates) dónde contaba como su padre había muerto partiéndose el cuello mientras bajaba por la chimenea vestido de Santa Claus. O las escenas en las que varios habitantes del pueblo de Kingston Falls eran atacados por la calle. Especialmente, en la que la señora Deagle (Polly Holliday) era lanzada por el aire en la silla mecánica de la escalera de su casa.
Pero si hubo cambios muy notables. Como la escena en la que la madre de Billy (Zack Galligan) era atacada por los Gremlins que acababan de salir del capullo y que lograban matarla y decapitarla, de tal manera que Billy llegaría a casa y su cabeza rodaría por las escaleras hasta sus pies. Y además comprobaría que su perro había sido devorado. Como los clientes de una hamburguesería que sería atacada masivamente, tras haberse multiplicado, dónde crearían una auténtica carnicería.
Además, originalmente, era Gizmo quién se transformaba en el diabólico Stripe. Pero Spielberg se opuso rotundamente pues quería ver la versión adorable de Gizmo y así tener a los dos como antagonistas representantes del bien y del mal. Por cierto, si alguien ve semejanzas entre el Kingston Falls de “Gremlins” y el Hill Valley de "Regreso al futuro”, están en lo cierto porque, de hecho, es exactamente el mismo decorado. Y es que “Regreso al futuro”, también contaba con la producción de la Amblin y la larga mano de Spielberg.
En un principio, se pensó en Tim Burton pero en aquel tiempo, tan solo contaba con un par de cortos y se decidieron por un director más experimentado y con toque terrorífico, cómo Joe Dante, que venía de firmar “Piraña” y “Aullidos”. Para el reparto nada de estrellas. Zack Galligan, que salvo la secuela de ésta, no he hecho nada reseñable. Y Phoebe Cates, que se convirtió en una sex symbol juvenil, aunque más por varias películas anteriores digamos de corte picante protagonizando varios desnudos, en “Paradise”, “Aquel excitante curso” y “ Escuela privada para chicas”.
La película tuvo buenas críticas y respondió de maravilla en taquilla. Costó tan solo 11 millones de dólares y recaudó 153. Lo que posibilitó una secuela seis años después, “Gremlins, la nueva generación”, que tuvo mucho peores críticas y fue un fracaso de taquilla, llegando hasta a perder dinero. Personalmente la considero muy divertida. Pero es que la primera está en mi Top 10.
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