Si decíamos que “La noche de Halloween” había sido el pistoletazo de salida para el slasher, no lo era del todo en sentido estricto. Por supuesto que hay slashers antes de la película de Carpenter. Por ejemplo, “La matanza de Texas”, cuatro años antes. Pero “Halloween” puso de moda un perfil de asesino que se diferenciaba del de ésta, Leatherface. Diferencias sutiles pero importantes.
Para empezar,
Leatherface no es un asesino solitario. Vive en el seno de una familia de
perturbados caníbales, pero familia, al fin y al cabo. Tampoco mata por
venganza ni lo hace con un arma blanca como el cuchillo de Michael Myers o el
machete de Jason Voorhees, aunque ya sabemos que están abiertos a otros métodos
de asesinato alternativos. Pero ningún parecido a una motosierra. Además, “La
matanza de Texas” tiene más tratamiento de un survival de terror que de un
slasher puramente dicho.
Pero desde luego no puede negársele al film su capacidad de influir en el género a partir de él. Claro que hay de Leatherface (máscara, deficiencia mental) en Michael Myers y más en Jason Voorhees. Además, varios directores de alto nivel han reconocido su influencia en sus películas, como Ridley Scott en su “Alien, el octavo pasajero” o Rob Zombie en “La casa de los mil cadáveres” y su secuela “Los renegados del diablo”.
Pero ¿de donde surgió la idea? Pues en un asesino real llamado Ed Gein, que incluso tiene varias películas directamente basadas en su biografía, como “Trastornado” (1974, mismo año del estreno que “La matanza de Texas”), “Ed Gein” (2000) o “Ed Gein, the butcher of Plainfield” (2007). Y que inspiró a Tobe Hooper para esta película y al propio Alfred Hitchcock para “Psicosis”. Eso si desde ángulos completamente diferentes.
El maestro del
suspense tomó la obsesión de Ed Gein por su madre muerta y que supuestamente le
hablaba, para su Norman Bates, cuya psicopatía era bastante similar. Otra de
las aficiones de Gein era utilizar la piel de sus víctimas o de cadáveres que
robaba del cementerio de Plainfield, para forrar el mobiliario de la casa
(muebles, lámparas, sofás, etc.). Y de ahí salió lo de que Leatherface usara
la cara de los que pasaban por allí como máscara. Y si me apuras, el Buffallo Bill de “El
silencio de los corderos”, haciéndose un traje de mujer con la piel de las
jovencitas que mataba.
Sin embargo, todos tenían que ver bien poco con el verdadero Ed Gein. Si acaso mucho más con Norman Bates. Como él, vivía aislado en una gran casa. Tímido, retraído y que cualquiera aseguraría que no era capaz de matar a una mosca. Aunque su fama se debió más a lo que se encontró en su casa con aquello de la piel, tazas, cubiertos, y demás hechos con huesos humanos; que al numero de víctimas. Tan solo dos se le reconocen; Benice Worden, encontrada en un cobertizo, desnuda, decapitada, eviscerada y abierta en canal, colgada de un gancho (ahí si es como Leatherface). Y May Hogan, que había desaparecido anteriormente y Gein reconoció haber secuestrado y asesinado. Pero nunca admitió ni pudo demostrarse que hubiera practicado necrofilia o canibalismo.
“La matanza de Texas” se la reconoce como una de las mejores óperas primas de un director. Pero lo cierto es que no es exacto este dato pues Tobe Hooper había realizado una película de muy bajo presupuesto cinco años antes,”Egghells”. Después vendrían algunas resultonas películas también bastante humildes como “El misterio de Salem´s lot”, “La casa de los horrores” (clara influencia para “La casa de los mil cadáveres”), la injustamente menospreciada “Lifeforce, fuerza vital” y la primera secuela “La matanza de Texas 2” (quizá la mejor de las secuelas).
Siempre se ha
mantenido en la serie B, como John Carpenter (para mi muy superior) y George A.
Romero. Porque yo no considero “Poltergeist” suya. Cualquiera puede ver que
Steven Spielberg tiene mucho más que ver en ella que Tobe Hooper. El caso es
que “La matanza de Texas” se convirtió en un título de culto casi de forma
inmediata, siendo acogida por muy buenas críticas (que la veían como un retrato
de la América profunda) y suponiendo un excelente negocio para el propio Hooper
y su amigo Lou Ferrigno (el Hulk antiguo), que le ayudó a financiarla. Les
costó 140000 dólares y reportó en la taquilla 30 millones.
Hoy en día, en
muchas encuestas sobre las películas más terroríficas de la historia del cine,
llega a superar a títulos como “La noche de Halloween” o “El exorcista”. Tuvo
tres secuelas más, un remake en 2003, que contó con sus propias dos precuelas y
otra secuela más. En total, ocho películas hasta la fecha. Marilyn Burns (por
cierto, murió en Texas) gozó de cierta popularidad por su participación y tras
la máscara estuvo el islandés Gunnan Hensen, pero a lo largo de la saga han
sido hasta siete actores más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario