FICHA TÉCNICA
Título: La noche de Halloween.
Dirección: David Gordon Green.
País: Estados
Unidos.
Año: 2018.
Duración: 109 min.
Género: Terror.
Interpretación: Jamie Lee Curtis, Nick Castle, Judy
Greer, Miles Robbins, Virginia Gardner, Will Patton, Toby Huss, Haluk Bilginer,
Jefferson Hall, Andi Matichak, Christopher Allen Nelson.
Guión: David Gordon Green, Danny McBride (Personajes:
John Carpenter).
Producción: John Carpenter.
Música: John Carpenter, Cody Carpenter, Daniel A. Davies.
Fotografía: Michael Simmonds.
Distribuidora: Universal International Pictures.
CRÍTICA
SINOPSIS: Michael
Myers lleva cuarenta años encerrado en un psiquiátrico tras la matanza de
canguros de Haddonfield. Durante un traslado, escapa y se dirige a acabar lo
que empezó. Pero Laurie Strode se ha estado preparando y le está esperando para
enfrentarse a él.
LO MEJOR: Cuarenta
años han pasado desde que John Carpenter instaurara el arquetipo de asesino
slasher. Y esas cuatro décadas no han conseguido acabar con su personaje
estrella. Después de unas cuantas decenas de asesinatos, resurrecciones,
cambios de escenario, que han ido desfilando por sus múltiples secuelas, reinicios
y demás, Michael Myers sigue siendo un enigma y con eso juega David Gordon
Green, con lo poco que sabemos de él. A ciencia cierta, lo único que podemos
asegurar es que su sed de matar es inagotable, que elige sus víctimas al azar
(rasgo más aterrador de su personalidad pues refuerza la teoría del Doctor
Loomis sobre que sea la encarnación del mal). Y es que Green, más que a la
saga, a quien homenajea es al propio Michael Myers. Pero a ese que creó
Carpenter, cuya película parece respetar por encima de todo. Es por eso que no
pretende ser ni un remake ni un reboot, sino una continuación. Y por ello toma
elementos del original, como la cámara subjetiva y sus movimientos, los planos
secuencia y cierto parelelismo argumental. Cada escena está intentando hacerse
digna sucesora de la de 1978. Muy interesante el detalle de seguir sin conocer
el rostro de Myers, pero si estar a punto de verlo en varias ocasiones, lo
suficiente para percibir que él también ha envejecido. Detalle que también
queda patente en el deterioro de su máscara, como estuviera ligada a él como su
propia piel. Por lo demás, Green alterna asesinatos fuera de plano con otros
totalmente explícitos pero sin abusar de ese efecto, dando prioridad a mantener
la tensión, con algún susto que otro, bastantes guiños a la película original y
centrándose en el juego del gato y el ratón (permutando los roles de cazador y
víctima).
Interpretación: Prácticamente el principal reclamo del film, por encima incluso del de
Michael Myers, es el de contar de nuevo con su víctima predilecta, Laurie
Strode, es decir, Jamie Lee Curtis, la que para mí es la mejor scream queen de
slasher. Por cierto, para meterse en la máscara del Capitán Kirk (la que lleva
Myers), han recuperado precisamente al primero que lo hizo en la versión de los
setenta, Nick Castle. En papeles secundarios tenemos algunos conocidos como
Judy Greer o Will Patton.
Escena (spoiler): Casi que me voy a ir
directo a los guiños diseminados y que van apareciendo y vertebrando la
película. Comenzando porque Myers se encuentra en un psiquiátrico y sigue sin
haber pronunciado una sola palabra. Como en la primera película, logra fugarse
(esta vez en un traslado). Por cierto, ahí tenemos un plano que recuerda claramente
a “La noche de los muertos vivientes”. Luego hay varios detalles muy
reconocibles, como el juego con los armarios, registrando al menos dos de
ellos, aunque dándole la vuelta pues ambas veces es Michael el que se esconde
en ellos y no el que busca. Incluso en uno de ellos se tiran varias perchas,
como en la primera parte. Su indumentaria vuelve a ser robada a un mecánico
post asesinato. Más tarde dos de las víctimas son encontradas de forma muy
similar a dos situaciones de la clásica. Una bajo una sábana blanca como si
fuera un fantasma y otra clavada en la pared. Además, cuando Laurie cae por la
ventana es lo mismo que ocurrió en el final de la de Carpenter pero a Michael,
y esta vez es ella la que desaparece cuando vuelve a mirar. Y ya para rizar el
rizo, la forma en la que “muere” el asesino es parecida a como lo hace en “Halloween
2, sanguinario”. Por cierto, que la última media hora es un duelo brutal entre
Michael Myers y Laurie Strode. Solo por eso ya merece la pena ver la película. Incluso
hay un momento en el que podemos ver a las tres generaciones luchar juntas
contra él, abuela, hija y nieta. Y no hay escena post créditos pero al final de
todos ellos se escucha la respiración característica de Michael, lo que podría
indicar que habrá nuevamente una secuela pues no ha muerto.
LO PEOR: Tan
pendiente está el director de retomar el estilo de Carpenter que se olvida del
suyo propio por los que su dirección es algo impersonal. Algo que si logró Rob
Zombie en su reboot de 2007 consiguiendo dejar su sello sin alejarse de la
esencia del personaje. Green parece más preocupado de copiar. Y bueno, algunas
decisiones de guión son un tanto incongruentes. Pero casi es lo de menos y
también es algo identificativo de la saga.
CITAS: “En estos cuarenta años no ha dicho ni
una sola palabra”. “A toda mi familia se la va la olla en esta época del año”. “No
fue su hermano, eso se lo inventó la gente”. “Rezo todas las noches para que se
fugue. Para poder matarlo”. “Él estaba esperando esta noche. Me esperaba a mí.
Y yo a él”. “Tú no crees en el hombre del saco. Deberías”.
REFERENCIAS: Ni remake ni reboot, es una secuela alternativa de la película de John
Carpenter de 1978. Digamos que sería una “Halloween 2 alternativa el reboot de
la segunda parte para reiniciar la saga desde la continuación. Nada que ver con
“Halloween H20” en el vigésimo aniversario, que si era una secuela continuista.
CONCLUSIÓN: 7. Secuela alternativa
directa de la película de Carpenter del 78 que, tirando de nostalgia, nos
ofrece un duelo entre sus dos grandes personajes.
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