sábado, 15 de febrero de 2025

Microcríticas Express: La bestia/Las desapariciones

 




   Lo primero, advertir que no es una película ni mucho menos para todo el mundo. De hecho, si tuviera que buscar una referencia para quien lea esto, y no sería muy exacta, podría ser el cine de David Lynch precisamente. Me he tirado gran parte de la película sin saber de que iba realmente, con larguísimas conversaciones que no sabes a donde van y porque están hablando de eso. Es más, en ocasiones me daba la sensación de estar viendo una película de arte y ensayo. Por tanto, a estas alturas ya es evidente que hay que armarse de bastante paciencia para enfrentarse a ella. La cuestión es si merece la pena. Bueno, a ver como explico el planteamiento. La historia se desarrolla en tres líneas temporales, en 1910, 2014 y 2044, y los protagonistas son siempre los mismos aunque no realicen los mismos personajes pero si paralelos a los de las otras líneas. Es decir, son dos personas que se encuentran en tres vidas diferentes, en todas ellas se sienten atraídos y lo que queda por ver es si consiguen estar juntos. Parece que siempre hay algo que se interpone en que esto ocurra y es a lo que se refiere el título, La Bestia, que podría ser una suerte de destino fatal o lo que sea. Que mensaje manda como acaba cada historia (que en realidad son parte de la misma) ya eso lo debe interpretar cada uno. Pero si deja más cerrado su desenlace de lo que solía hacer precisamente Lynch. No obstante, volviendo a la pregunta de si merece la pena intentar desenredar esta madeja, pues para mí personalmente si. En base a tres motivos, tiene algunas secuencias que me parecen brillantes, la representación que hace de la inteligencia artificial futura ya la vemos muy presente y la interpretación de Lea Seydoux es muy buena. 6’5.


   La pareja de directores Alexandre Bustillo y Julien Maury se ha caracterizado siempre por hacer películas de terror, además con momentos bastante fuertes visualmente, como la escalofriante “Al interior”. Sin embargo, aquí se salen un poco de su género, concretamente al policiaco. Digo un poco porque la cabra tira al monte y porque es una historia policiaca pero dentro del subgénero de polar francés. Para hacernos una idea, va por el camino de títulos como “Los ríos de color púrpura”. Es decir, es un psicokiller pero con escenas tan explícitas que la acercan al tono de terror. Además, que la película tiene ciertos paralelismos con la mencionada. Presenta una trama muy retorcida, llena de crímenes atroces, muchas veces con recreaciones bastante brutales. También se apoya mucho en el envoltorio del folclore y las leyendas populares como caldo de cultivo para lanzar un misterio que consiguen mantener durante gran parte del metraje, dejando abierta siempre la posibilidad sobrenatural en su resolución. Para ello ayuda estar ambientada en una pequeña localidad francesa, un poco apartada de todo, en la que se están produciendo una serie de extrañas desapariciones. La trama resulta interesante aunque tiene algunas situaciones de guion que me han sacado de la película en ocasiones, aunque rápidamente volviera a ella. Como que nadie se de cuenta que todos los niños desaparecidos sean de la misma zona, nadie explica porque está haciendo lo que hace y, por dios, aquí nadie utiliza unos guantes en la escena del crimen. Además, el giro final me lo he visto venir. Pero si entretiene y logra tenerte intrigado. Por cierto, la protagonista es una ya veterana Virginie Ledoyen. 6´5.

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