No
es que sea ningún secreto que “Tiburón” es mi película
favorita, y una de las razones, junto con otros títulos, de que me
llamara la atención ya el cine siendo bastante joven (un crío). He
visto todos los documentales sobre ella. Además, de todo el material
extra que llevaban las varias ediciones originales que tengo. Se
cumplen 50 años del estreno de esta obra maestra, y era previsible
que se hicieran más documentales especiales sobre ella. Si, también
los he visto. Y tengo que decir que posiblemente este sea el más
completo de todos ellos. Prácticamente lo sé todo de esta película
pero aquí he descubierto algunas cosas que no sabía. El enfoque es
el de hablar de ella como el evento cinematográfico que fue, como
cambió la manera de vender películas, su repercusión mediática,
el impacto en los espectadores de la época de su estreno. Pero
también cuenta las enormes dificultades que tuvo para hacerse, lo
muy en el alambre que estuvo de no terminarse (que era lo que
personalmente no tenía tan claro) y lo mal que lo pasó el propio
Steven Spielberg. Aunque lo que me ha resultado más interesante es
que se analizan las escenas más icónicas de la película, con las
opiniones de varios directores que no solo reconocen su admiración,
sino lo mucho que les ha influido, como Jordan Peele, Guillermo del
Toro, Steven Soderbergh, J.J. Abrams, Robert Zemeckis o George Lucas.
Por cierto, a finales de mes se reestrena en cines por motivo del
aniversario, y si, yo estaré allí, aunque ya tuve el gusto de poder
verla en una sala de cine (en pandemia) y la haya visto a principios
de este verano (otra vez). 7’5.
El
título hace referencia al de la novela que adaptaba la que
personalmente considero la mejor película bélica de todos los tiempos, aunque no sea la guerra su tema principal sino solo su
envoltorio, que se llamaba, “El corazón de la tinieblas”, de
Joseph Conrad. Que ya se había intentado llevar a la pantalla en
varias ocasiones, sin éxito, lo que creó cierta leyenda de maldición. Y que Coppola, además, quiso trasladar
al conflicto de Vietnam, haciendo una adaptación bastante libre pero
fiel en esencia. El documental, realizado por la esposa del cineasta,
recoge la infernal experiencia que supuso el rodaje de la película.
De hecho, va más de eso, de como los integrantes del equipo, el
reparto y el propio director casi pierden el
juicio
en esta empresa. Hay abundante material de archivo porque Eleanor
Coppola grabó incluso cuando nadie sabía que lo hacía. Pero no
solo habla de lo mal que lo pasaron, como cuando les azotó un tifón
que destruyó casi todos los decorados, cuando les retiraban los
helicópteros para sofocar una rebelión real en Filipinas, o con los
quebraderos de cabeza que les provocaron varios de los actores.
También se puede ver como idearon ciertas escenas y la parte más
making off típica de cualquier documental sobre una película. No
obstante, lo que hace especial a este es precisamente como consigue
transmitir la situación psicológica de los que participaron, su
desesperación. Uno se hace bastante a la idea de que fue por lo que
pasaron allí. Y pone de manifiesto que no solo es que fuera un
milagro que saliera una buena película, algo que ni el propio
director creía que pasaría, es que salió una obra maestra, una de
las mejores de la historia del cine. 7’5.
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