miércoles, 13 de agosto de 2025

Escenas Míticas: Artes Marciales - Kickboxer

 

   Sin duda, es una de las películas más famosas de la carrera de Jean Claude Van Damme, que le confirmó como estrella de acción tras venir lanzado como tal con “Contacto sangriento”. Es más, en España, sin ningún pudor ni razón, supongo que para que tuviera mayor gancho publicitario, se estrenó con el título “Kickboxer, Contacto sangriento 2”, aunque ambas películas no tuvieran absolutamente ninguna relación. 


   Un Van Damme, cuyo dominio de las artes marciales (era cinturón negro, segundo dan de karate) le dio acceso al cine, como en su participación como villano en “Retroceder nunca, rendirse jamás”, donde le robaba la pantalla al mismísimo protagonista, hizo que se fijaran en él y le eligieran precisamente para “Contacto sangriento”, mi favorita de su filmografía.


   De ahí a “Kickboxer”, que hizo que se disparara su popularidad a finales de los ochenta y en los noventa haciendo películas con directores de más empaque como Roland Emmerich, John Woo o Peter Hyams, para títulos como “Soldado universal”, “Blanco humano” o “Timecop”. Todas ellas con malas críticas pero buena respuesta en taquilla.


   Hasta llegar a “Street Fighter”, con la que se estrelló en los dos apartados, crítica y taquilla. Pero no fue el caso de “Contacto sangriento”. Si, como todas las demás de este actor, tuvo críticas bastante negativas, pero económicamente fue un éxito total. Tan solo costó 3 millones de dólares pero es que consiguió recaudar nada menos que 50. Después tuvo hasta seis secuelas, aunque sin Van Damme.


   Salvo el caso del reboot de 2016, “Kickboxer: Venganza”, con Dave Bautista como villano y Gina Carano en el reparto. El único que ha aparecido en varias entregas de la saga ha sido Dennis Chan, que hacia el papel de maestro. Por cierto, Van Damme consiguió el de protagonista a pesar del interés de Chuck Norris. Completaban el reparto el propio Chan y Dennis Alexio, auténtico excampeón mundial de kickboxing.


   Y Michel Quissi, que contrariamente a lo que decían los créditos finales, no se interpretaba a sí mismo sino con un personaje ficticio, Tong Po. De hecho, ni siquiera era tailandés, sino marroquí, al que tuvieron que poner prótesis faciales para hacer que pareciera asiático. Quissi era amigo personal de Van Damme, había sido su entrenador personal y aparecido en varias películas del actor, como la propia “Contacto sangriento” y “Lionheart, el luchador”.


   En la dirección, dos directores que de alguna manera también se han vinculado al cine de artes marciales. Mark DiSalle había sido actor y productor de “Contacto sangriento” (parece el nexo de todos). Y David Worth dirigió otro clásico de serie B de peleas, “Lady Dragón”, con Cynthia Rockbrook, que también gozó de cierta popularidad en este subgénero.


   La película tenía claras influencias de “Rocky” y “Karate Kid”, de las que no tenían ningún problema de copiar planteamientos argumentales, sobre todo de la segunda, que a su vez tenía influencia de la primera. No obstante, es cierto que visualmente se diferenciaba bastante de ellas. Se rodó en Tailandia, lo que le daba un punto exótico, sacándole partido tanto al paisaje asiático como a varias edificaciones del país. Incluso algunos lugares sagrados reales.


   Van Damme insistió en diseñar las coreografías de las peleas, haciendo claro hincapié en explotar la espectacularidad de sus mejores golpes, las patadas voladoras. De todos modos, no es verdadero muay thai el estilo de artes marciales que vemos sino una mezcla de las disciplinas que mejor dominaba el actor, es decir, karate, kickboxing y taekwondo.


   No es la película con mayor recaudación de la carrera de Jean Claude Van Damme, pues esa es "Timecop", pero si la más rentable, nuevamente junto a "Contacto sangriento". Éxito que agrandó gracias a su explotación en el mercado doméstico, es decir, en el alquiler y venta de la película en formato de VHS.




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