FICHA
TÉCNICA
Título:
La
zona de interés.
Dirección:
Jonathan
Glazer.
País:
Reino
Unido.
Año:
2023.
Duración:
106
min.
Género:
Drama.
Interpretación:
Sandra
Hüller, Christian Friedel, Freya Kreutzkam, Ralph Herforth, Max
Beck, Ralf Zillmann, Imogen Kogge, Stephanie Petrowitz.
Guion:
Jonathan
Glazer. Novela: Martin Amis.
Producción:
Ewa
Puszczyńska.
Música:
Mica
Levi.
Fotografía:
Lukasz
Zal.
Distribuidora:
A24.
CRÍTICA
SINOPSIS:
El
comandante encargado de la dirección del campo de concentración de
Auschwitz, vive al otro lado del muro con su familia en una idílica
residencia, ajenos a lo que está pasando a unos metros de su casa.
LO
MEJOR: Sin
duda, no es precisamente una película que tenga el objetivo de
entretener. De hecho, diría que está más cercana al cine
experimental de arte y ensayo. Porque el cuidado visual está
trabajadísimo en cuanto a la composición del plano, lleno de
simetrías, pero la película hace más hincapié en lo que no
podemos ver. Es por ello que el efecto del sonido no solo es que sea
importante, es esencial. Es más, comienza con varios desconcertantes minutos con la pantalla en negro, obligando al espectador a afinar el oído,
lo cual luego será vital para saber lo que está ocurriendo al otro
lado del muro, el del campo de concentración de Auschwitz, donde
se está perpetrando un genocidio, junto al que la familia del
oficial al mando, vive lo que considera un total privilegio, viviendo
en la más absoluta cotidianidad, con una total falta de empatía con
los horrores que están ocurriendo literalmente pared con pared.
Horror del cual el espectador no es ajeno porque aunque no lleguemos
a ver nada de forma explícita, el director, Jonathan Glazer se ocupa
ir dejándonos los suficientes detalles para que seamos plenamente
conscientes de lo que ocurre al otro lado, dejándonos que
construyamos el terror en nuestra imaginación. Es una película
que quiere mandarnos un mensaje. Porque realmente habla de nosotros
mismos, estableciendo una conexión del pasado con el presente,
mediante unos personajes que no experimentan ninguna evolución
personal, retratando al ser humano como incapaz de aprender de sus
errores, que hoy en día también se enajena de lo que pasa ahí al
lado, aunque sean guerras en las que se están produciendo tragedias
igual de horribles que aquellas.
Interpretación:
Sandra
Hüller repetía en los Oscars con dos películas. Esta y “Anatomía
de una caída”, por la que además fue nominada como mejor actriz.
Aquí comparte protagonismo con Christian Friedel. Los he odiado
tremendamente a las dos, así que significa que han hecho muy
bien su trabajo.
Escenas
(SPOILERS!!): Esos
detalles sutiles de lo que está pasando se pueden ver en escenas
como la mancha en el río, como rastro de las cremaciones de los
prisioneros. La presentación que le hacen al comandante de un
sistema de cámaras de gas más eficaz. En un momento incluso se
encuentran un hueso de mandíbula en el agua. En otro vemos lo que
parece un traslado de prisioneros a través de unos arbustos, sin
llegar a verlos nítidamente. También vemos como en ocasiones tienen
que cerrar las ventanas precisamente por el hedor que despiden los
crematorios, viendo incluso como funcionan a pleno rendimiento a
través del humo que sale de la chimeneas. Por cierto, lo cual
provoca que la madre de la protagonista se vaya en plena noche, al
considerarlo insoportable. También nos dan a entender que el
comandante mantiene relaciones sexuales con una judía, tras lo cual
procede lavarse sus partes íntimas. En cuanto a la visión de
Auschwitz en la actualidad convertido en un museo, representa como la
humanidad es capaz de convertir la tragedia en espectáculo. El final
del comandante en las escaleras representa el descenso a la oscuridad,
un tipo obsesionado con gasear a otros seres humanos, sean quienes
sean, pero a lo que su propio cuerpo rechaza, por eso esas arcadas.
En cuanto
a la niña de las manzanas, además de que está inspirado en un
hecho real, simboliza la luz en ese mundo de oscuridad, es la
esperanza en la raza humana.
LO
PEOR: No
es una película ni mucho menos destinada al entretenimiento. No es
una experiencia agradable en absoluto y es de difícil digestión.
No es demasiado larga pero puede hacerse tediosa, porque
aparentemente no está pasando nada de gran interés. Aunque, en
realidad, no es así.
REFERENCIAS:
Jonathan
Glazer es el director de otras películas también muy polémicas,
como “Reencarnación” y Under the skin”. Aquí adapta la novela
homónima de Martin Amis. Esta película se podría complementar con
otros títulos con ángulos diferentes del Holocausto, como “El
hijo de Saul” o “La solución final”.
CONCLUSIÓN: 7. Glazer nos habla del presente recordándonos el pasado, donde la absoluta falta de empatía provoca que la felicidad y el horror puedan convivir a una distancia de unos pocos metros, por muy terrorífico que sea.
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