martes, 31 de octubre de 2023

Escenas Míticas: Especial Posesiones - Insidious

 

   Aunque la incluya como una variante del subgénero de posesiones, y explicaré por qué, su director, James Wan la consideraba una variante del subgénero de casas encantadas. De hecho, en palabras del propio cineasta, pretendía hacer la “Poltergeist” del siglo XXI. Es más, cuando en 2015 se realizó el remake de la película de Tobe Hopper en los ochenta, manifestó que el remake ya lo había hecho él cinco años antes.



   Sin embargo, ni Wan ni un servidor tendríamos razón. Es verdad que hay una serie de entidades intentando habitar el cuerpo de Dalton, el hijo del matrimonio, pero es precisamente eso lo que quieren, no poseer su alma, sino disponer de un recipiente para volver a moverse como humanos. Pero tampoco es una historia de casas encantadas porque ni siquiera se desarrolla en una sola casa. Y ninguna de ellas está encantada.



   La variante radica en un tema muy poco explotado en el cine de terror como es el viaje astral. Lo que explica porque el título barajeado originalmente estaba entre “The further”(lo que en este contexto vendría a ser “el más allá”) y “The astral”. No obstante, la película está basada en un puñado de historietas de fantasmas que tanto James Wan con su coguionista, Leigh Whannell conocían de su infancia.



   Ambos estuvieron de acuerdo en alejarse lo más posible de los tópicos más habituales de esta clase de películas. Para lo cual elaboraron una lista de clichés a evitar. Un ejemplo muy claro es que la familia protagonista se mudó de casa, algo que nunca ocurre en películas de “casas encantadas”. La sociedad Wan-Whannell viene ya desde la primera película de ambos, “Saw”. Por su parte, Leigh Whannell ha hecho sus pinitos en la dirección. Por ejemplo, con el tercer capítulo de “Insidious”, la muy interesante “Upgrade” o la nueva versión de “El hombre invisible”.



   Pero hablemos de James Wan, creador de tres de las sagas de terror más prolíficas de las dos últimas décadas, como son “Saw”, “Insidious” y “Expediente Warren “, que para colmo cuenta con numerosos spin-offs como “Anabelle”, o “La monja”. Muchos me habrán leído alabar el trabajo del director malasio pero criticar la tendencia del cine actual comercial o el abuso del recurso de los sustos. 



   La diferencia es que Wan, a parte de ser un buen narrador de historias de terror, es un excelente constructor de secuencias de suspense. Wan no se limita a diseminar sustos utilizando el muy barato truco de subir el volumen, sino que construye toda una secuencia alrededor que culmina en un climax en forma de susto. Y es una gran diferencia.



   Para el papel protagonista masculino se pensó en Ethan Hawke, que lo rechazó, sin embargo, dos años después estrenaría una de las películas más terroríficas que yo haya visto, “Sinister”, con un rol similar. Finalmente fue para Patrick Wilson. A quien acompañarían Rose Byrne, Lin Shaye (personaje que claramente homenajea a la médium de “Poltergeist” y que en menor o mayor medida aparece todas las entregas de la saga), el propio Leigh Whannell y Barbara Hershey.



    Hago un aparte con esta última porque tiene más importancia de lo que parece. Para empezar, fue la protagonista, como ya pudimos ver aquí, de una de las películas más admiradas de James Wan, “El ente”. Y una de las influencias de la película. Para colmo, su personaje se llama Lorraine, nombre de una de las protagonistas de su siguiente película, “Expediente Warren”, es decir, Lorraine Warren. Hay otros guiños, a “El exorcista”, a la propia “Poltergeist”, incluso a su primera película, “Saw”, con un dibujo en el que podemos ver a Jigsaw, el villano de aquella.



   Tuvo críticas mixtas pero predominaron las positivas. Y económicamente fue un éxito. Costó nada más que un millón y medio y recaudó casi cien en taquilla. Pero es que paradójicamente es la menos taquillera de toda la saga a pesar de que a partir de la tercera la calidad bajara notablemente. De tal manera que "Insidious, Capítulo 2" obtuvo 160 millones de dólares, "Insidious, Capítulo 3", 112, "Insidious,  La última llave", 167, e "Insidious, La puerta roja", 188. 



   Por cierto, a Ty Simpkins (Dalton, el niño) le daba tanto miedo el demonio, interpretado por el compositor de la música de la película curiosamente, Joseph Bishara, que Wan decidió que el chico estuviera presente en el proceso de maquillaje para que viera que no era un demonio real y así no crearle ningún trauma.


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