Con
lo bien que apuntaban estos dos directores, Alexandre Bustillo y
Julien Maury, en su opera prima, “Al interior”, una de las
mejores películas del terror francés, y
lo poco que han evolucionado. Poco o nada porque nunca han vuelto a
tener una película de ese nivel y se han mantenido en uno bastante
mediocre. Ésta tampoco es nada del otro mundo pero al menos tiene
algunas características reseñables. Su principal novedad es que
traslada la típica historia de casa encantada bajo el agua. Hasta
ahí las novedades pero hay que reconocerles que la complejidad del
rodaje ha debido ser extrema y en ese sentido creo que tiene bastante
mérito en como está rodada. Porque sabe explotar esa faceta
submarina, añadiendo a los tradicionales sustos fantasmales, saber
crear una ambientación, sacar provecho de las dificultades para
moverse en un entorno acuático de los personajes, que junto a ese
oxígeno que va acabándose según avanza la estancia en esa casa, da
lugar a momentos bastante angustiosos. Así que, no es buena pero si
curiosa. 5.
Aquí
no hay una casa encantada pero si una universidad que ejerce el mismo
rol en la historia. Aunque la presencia de un componente sobrenatural
es más bien interpretable por parte del espectador. Porque la otra
posible interpretación es la psicológica. Eso ya queda para cada
uno. La cuestión es que a través de una leyenda sobre una bruja y
los rituales derivados de ella, nos cuentan una historia que pretende
trasladarnos un mensaje sobre el racismo mediante el terror. Lo que
la acerca al cine de Jordan Peele o el reciente remake de “Candyman”.
No siendo muy terrorífica, sino más un thriller de suspense con
tintes del género. Porque de lo que realmente quiere hablarnos, en
su fin más de fondo es de la no superación de las tradiciones
racistas. Por
que su desenlace soy consciente que dejará a muchos insatisfechos
ávidos de un final más impactante. Sin embargo, a mí me ha
parecido adecuado, y hasta original. Siempre desde la perspectiva de
lo que pretende la película. Dirige su primer proyecto Miriama
Diallo, con tan solo 29 años. 6.
Nuevo
intento de resucitar una saga que ya quedó muy sobreexplotada dado
que las limitaciones de sus premisas eran evidentes. Que no eran
otras que las de ofrecer una historia de terror a través de las
imágenes de cámaras de seguridad. Lo que salvaba ese molesto
movimiento de todas estas películas, que forman en sí un subgénero,
de metraje encontrado. Y creo que funcionó muy bien en su momento.
De hecho, hacía que resultara más creíble que cuando los
personajes siguen grabando mientras les persiguen o están a punto de
matarles, que es algo que siempre me ha sacado de esas películas. Y
algo en lo que incurre ésta aunque en menor medida y con cierta
habilidad en evitar esas situaciones. Porque las cámaras ya no son
estáticas, lo cual hace que pierda cierto sello de identidad de la
saga en su afán de renovarse. No
obstante, tiene algunos momentos bastante tensos y una parte final
muy potente. En cuanto al argumento, esta vez trata de una pareja que
pretende rodar un documental sobre una comunidad rural muy particular, lo que la aproxima al “folk horror” y a películas como
“Midsommar”, salvando enormemente las distancias. 5’5.
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