Muchos
podrían pensar que ésto no es slasher en sí mismo, que en realidad
es más un giallo, y no se equivocarian. Pero su presencia en este
ciclo está más que justificada por lo que vamos a desarrollar a
continuación que va en relación a su influencia en el origen del
slasher como subgénero consolidado en el terror de los ochenta y
noventa.
El
giallo es un género derivado del policiaco, que tiene su origen en
la literatura donde los asesinatos se describen de forma explícita,
incidiendo en la parte más morbosa, sin ahorrar nada en cuanto a la
muestra de sangre e incluso gore. Dónde un asesino, habitualmente
con guantes negros nos hacía ver sus cruentos asesinatos através de
sus propios ojos, mediante la cámara subjetiva, y cuya identidad era
revelada al final.
Normalmente
el arma homicida era un cuchillo o una navaja de afeitar. Aquí viene
el primer enlace. Slash significa cuchillada, por lo que es slasher
viene a ser acuchillador o apuñalador. Sin embargo, en el slasher,
el arma podía ser cualquier objeto afilado o punzante, y aquí es
donde enlaza directamente con “Bahía de sangre”, pues es el
perfecto ejemplo de avance del giallo.
Porque
su director, Mario Bava, a quién se le podría atribuir la creación
del género giallo en la película “La muchacha que sabía
demasiado”, con la que hacía referencia a un título de Alfred
Hitchcock, a quien ya se le atribuye una especie de proto-slasher en
su obra maestra “Psicosis” en 1960. Bava estableció una serie de
claves como las que he comentado, que luego seguirían otros
directores italianos, cómo Lucio Fulci, y Darío Argento.
Todos
ellos; Bava, Fulci, Argento y otro buen puñado, no dejan de hacer un
cine “explotation”, qué se llamó en los 60 y 70, del cine de
terror norteamericano. Lo cual no desmerece en absoluto su talento
visual y su capacidad de ir más allá de lo que eran capaces en
Estados Unidos en materia de violencia explícita.
Pero
fue precisamente Mario Bava quién primero con “Un hacha para la
luna de miel” y luego con esta “Bahía de sangre”, introdujo
una serie de cambios en el giallo que a la postre determinan la
base de lo que sería el slasher de los ochenta, con la saga “Viernes
13” cómo principal ejemplo, y en los noventa, y más como
inspiración de sagas como “Scream”, “Se lo que hicísteis el
último verano” y “Leyenda urbana”.
“Bahía
de sangre” es muy probablemente la película más violenta de Bava,
y aunque introdujo en ella un detalle que no era ni propio del giallo
ni lo sería del slasher, qué es que los asesinatos fueran obra de
varias personas y no una sola, no cambiaba el nivel de
atrocidad. Pero ya cambiaba el escenario de las calles y callejones
de la ciudad por el de un lugar más bien campestre donde los
personajes se estuvieran aislados y a merced del asesino.
También
establecía la relación entre practicar sexo y ser víctima de un
asesinato brutal, algo que heredaría el slasher americano. De hecho,
tanto del giallo como en el slasher los desnudos femeninos gratuitos
eran habituales. Bava murió en 1980, tan solo nueve años después de
esta película, pero dejó una de las obras más influyentes en el
cine de terror moderno. La propia “ Viernes 13”, precisamente
estrenada en el ochenta, homenajeaba dos escenas de “Bahía de
sangre” la del hachazo en plena cara y la de las dos amantes
empalados en la cama.
Fue
un fracaso en Italia, donde probablemente el público no estaba
preparado para un cine tan violento. Pero fue un éxito en Estados
Unidos, y su estela aún sigue imperando. A España, por motivos de
censura, no llegó hasta 1983, nada menos que 12 años después de su
estreno oficial.
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