FICHA
TÉCNICA
Título:
Titane.
Dirección:
Julia
Ducournau.
País:
Francia.
Año:
2021.
Duración:
108
min.
Género:
Thriller,
drama.
Interpretación:
Vincent
Lindon, Dominique Frot, Agathe Rousselle, Nathalie Boyer, Myriem
Akeddiou, Théo Hellermann, Anaïs Fabre, Mehdi Rahim-Silvioli,
Lamine Cissokho, Céline Carrère, Mara Cisse.
Guion:
Julia
Ducournau.
Producción:
Jean-Christophe
Reymond.
Música:
Jim
Williams.
Fotografía:
Ruben
Impens.
Distribuidora:
Diaphana
Distribution.
CRÍTICA
LO MEJOR: Honestamente
iba a apoyar esta película pasara lo que pasara porque considero
necesario romper una lanza por esta clase de cine; arriesgado, original y sin complejos. Porque si no, nos vemos abocados a que los cines
solo alberguen en sus salas blockbusters. Pero es que encima me ha
gustado. Al salir de verla estaba tan en shock que no quería
formarme una opinión precipitada, aún
siendo consciente que ese detalle es síntoma de las buenas
películas, el dejar reflexionando sobre ellas. Después empecé a
considerar que si tenía algo especial. Y ahora tengo claro que me ha
fascinado. No obstante, es de esas películas que no me atrevería a
recomendar alegremente, que cada uno la aborde bajo su
responsabilidad. Pero una cosa tengo clara, teniendo en cuenta su
primer trabajo, “Crudo” y habiendo visto recientemente el
segundo, necesitamos más cineastas como Julia Ducournau,
valientes y atrevidos. Y talentosos porque la película está
excepcionalmente dirigida, mezclando habilidosamente varios géneros.
Porque inicialmente arranca como un thriller de asesinatos a cargo de
una psicópata descontrolada. Luego gira hacia el drama desgarrador,
e impregnado de principio a fin por el halo del terror (con numerosas
imágenes de body horror) y
toques de fantástico.
Sin embargo, en conclusión, creo que es la historia de amor más
extraña que he visto en mucho tiempo. Un viaje incómodo, a ratos
muy desagradable y grotesco, extremadamente violento, pero sobre todo
perturbador, y a pesar de ésto, bello.
Interpretación: Enorme
trabajo de
Agatha Rousselle en un personaje con poquísimo diálogo, que lo
tiene que expresar todo através de su lenguaje físico y sus
miradas. Gran sorpresa. Pero ojo con Vincent Lindon, que está
soberbio, por momentos tomando incluso más protagonismo que
Rousselle. Por alguna razón me ha recordado mucho al estilo del Mel
Gibson maduro, y no solo por el doblaje. Entre los secundarios solo
destacar a Garance Marillier, protagonista de la anterior película
de Ducournau, “Crudo”.
Escena (SPOILERS!!): Aunque
la directora francesa muestra sus argumentos técnicos, estéticos y
narrativos en muchas ocasiones, como ese impresionante plano
secuencia de arranque a lo Brian de Palma, vamos a intentar explicar
que nos ha querido contar Julia Ducournau. De primeras, ya en el
prólogo antes del accidente se advierte la tendencia hacia la
agresividad de la niña. Pero tras el accidente se ha producido una
fusión entre su parte humana y la metálica, más en concreto la
mecánica y más todavía con los coches. Es por ello que siente una
atracción sexual hacia ellos. Aquí entra la parte fantástica
porque en la escena del coito con el coche de la exposición, que
puede recordar a “Crash” de David Cronenberg, el coche también
responde con vida propia como si fuera el “Christine” de Johnn
Carpenter. Tras lo cual se queda inexplicablemente embarazada, hasta
el punto de manchar con grasa en lugar de sangre. Después de varios
asesinatos brutales,
siempre cuando se encuentra excitada sexualmente, decide tomar
momentáneamente la identidad de un chico desaparecido para después
huir de la policía. Aquí empieza otra película en relación con el
personaje de Vincent Lindon. Y empieza una relación paterno filial a
veces, al borde de lo incestuoso otras. Pero de un afecto especial.
Uno desea por encima de todo ser padre, hasta el punto de ignorar que
ella evidentemente no es su hijo añorado. Y ella no quiere ser
madre, y menos de lo que parece que será un engendro mecánico.
Además, los dos personajes tienen en común el rechazo sobre su
propio cuerpo, ella por esa incipiente barriga no deseada, y él por
hacerse viejo. Finalmente ella da a luz a una especie de híbrido
humano y robótico. Pero no importa, Vincent (Lindon) al igual que le
ha dicho a ella que la querría fuera
quien fuera, va a querer a ese “niño” sea lo que sea, porque va
a poder ser padre finalmente.
LO PEOR: No
es ni mucho menos para todo el mundo. Aún siendo un espectador
abierto a cualquier propuesta, puede costar asimilar giros tan
abruptos, decisiones de guion tan incomprensibles (en principio), que
es normal que produzcan cierto o total rechazo. De hecho, creo
que hay escenas que se les va la mano.
REFERENCIAS: Desde
luego que se palpa que
es la autora de otra cinta muy polémica, “Crudo”, aunque con
ésta ha conseguido la Palma de Oro en Cannes. Sin embargo, recuerda
al David Cronenberg de su primera etapa, la más experimental, con
títulos como “Videodrome” o “Cromosoma 3”, incluso un poco
más tardío como “Crash”.
CONCLUSIÓN: 7’5. Un viaje incómodo, grotesco, violento y muy perturbador, y aún así, bello. Que no es ni mucho menos para todos los públicos pero que ojalá hubiera más de éstos. Al igual que cinestas tan atrevidos como Julia Ducournau.
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