domingo, 17 de octubre de 2021

Titane

 

   FICHA TÉCNICA 
 
Título: Titane.
Dirección: Julia Ducournau.
País: Francia.
Año: 2021.
Duración: 108 min.
Género: Thriller, drama.
Interpretación: Vincent Lindon, Dominique Frot, Agathe Rousselle, Nathalie Boyer, Myriem Akeddiou, Théo Hellermann, Anaïs Fabre, Mehdi Rahim-Silvioli, Lamine Cissokho, Céline Carrère, Mara Cisse.
Guion: Julia Ducournau.
Producción: Jean-Christophe Reymond.
Música: Jim Williams.
Fotografía: Ruben Impens.
Distribuidora: Diaphana Distribution.


    CRÍTICA


   SINOPSIS: Tras una serie de asesinatos ocurridos por toda la ciudad, un chico, desaparecido hace tiempo, vuelve a dar señales de vida por lo que llaman a su padre para que lo recoja. Pero el chico se comporta de un modo muy extraño. 
 
   LO MEJOR: Honestamente iba a apoyar esta película pasara lo que pasara porque considero necesario romper una lanza por esta clase de cine; arriesgado, original y sin complejos. Porque si no, nos vemos abocados a que los cines solo alberguen en sus salas blockbusters. Pero es que encima me ha gustado. Al salir de verla estaba tan en shock que no quería formarme una opinión precipitada, aún siendo consciente que ese detalle es síntoma de las buenas películas, el dejar reflexionando sobre ellas. Después empecé a considerar que si tenía algo especial. Y ahora tengo claro que me ha fascinado. No obstante, es de esas películas que no me atrevería a recomendar alegremente, que cada uno la aborde bajo su responsabilidad. Pero una cosa tengo clara, teniendo en cuenta su primer trabajo, “Crudo” y habiendo visto recientemente el segundo, necesitamos más cineastas como Julia Ducournau, valientes y atrevidos. Y talentosos porque la película está excepcionalmente dirigida, mezclando habilidosamente varios géneros. Porque inicialmente arranca como un thriller de asesinatos a cargo de una psicópata descontrolada. Luego gira hacia el drama desgarrador, e impregnado de principio a fin por el halo del terror (con numerosas imágenes de body horror) y toques de fantástico. Sin embargo, en conclusión, creo que es la historia de amor más extraña que he visto en mucho tiempo. Un viaje incómodo, a ratos muy desagradable y grotesco, extremadamente violento, pero sobre todo perturbador, y a pesar de ésto, bello. 
 
   Interpretación: Enorme trabajo de Agatha Rousselle en un personaje con poquísimo diálogo, que lo tiene que expresar todo através de su lenguaje físico y sus miradas. Gran sorpresa. Pero ojo con Vincent Lindon, que está soberbio, por momentos tomando incluso más protagonismo que Rousselle. Por alguna razón me ha recordado mucho al estilo del Mel Gibson maduro, y no solo por el doblaje. Entre los secundarios solo destacar a Garance Marillier, protagonista de la anterior película de Ducournau, “Crudo”. 
 
   Escena (SPOILERS!!): Aunque la directora francesa muestra sus argumentos técnicos, estéticos y narrativos en muchas ocasiones, como ese impresionante plano secuencia de arranque a lo Brian de Palma, vamos a intentar explicar que nos ha querido contar Julia Ducournau. De primeras, ya en el prólogo antes del accidente se advierte la tendencia hacia la agresividad de la niña. Pero tras el accidente se ha producido una fusión entre su parte humana y la metálica, más en concreto la mecánica y más todavía con los coches. Es por ello que siente una atracción sexual hacia ellos. Aquí entra la parte fantástica porque en la escena del coito con el coche de la exposición, que puede recordar a “Crash” de David Cronenberg, el coche también responde con vida propia como si fuera el “Christine” de Johnn Carpenter. Tras lo cual se queda inexplicablemente embarazada, hasta el punto de manchar con grasa en lugar de sangre. Después de varios asesinatos brutales, siempre cuando se encuentra excitada sexualmente, decide tomar momentáneamente la identidad de un chico desaparecido para después huir de la policía. Aquí empieza otra película en relación con el personaje de Vincent Lindon. Y empieza una relación paterno filial a veces, al borde de lo incestuoso otras. Pero de un afecto especial. Uno desea por encima de todo ser padre, hasta el punto de ignorar que ella evidentemente no es su hijo añorado. Y ella no quiere ser madre, y menos de lo que parece que será un engendro mecánico. Además, los dos personajes tienen en común el rechazo sobre su propio cuerpo, ella por esa incipiente barriga no deseada, y él por hacerse viejo. Finalmente ella da a luz a una especie de híbrido humano y robótico. Pero no importa, Vincent (Lindon) al igual que le ha dicho a ella que la querría fuera quien fuera, va a querer a ese “niño” sea lo que sea, porque va a poder ser padre finalmente. 
 
   LO PEOR: No es ni mucho menos para todo el mundo. Aún siendo un espectador abierto a cualquier propuesta, puede costar asimilar giros tan abruptos, decisiones de guion tan incomprensibles (en principio), que es normal que produzcan cierto o total rechazo. De hecho, creo que hay escenas que se les va la mano. 
 
   REFERENCIAS: Desde luego que se palpa que es la autora de otra cinta muy polémica, “Crudo”, aunque con ésta ha conseguido la Palma de Oro en Cannes. Sin embargo, recuerda al David Cronenberg de su primera etapa, la más experimental, con títulos como “Videodrome” o “Cromosoma 3”, incluso un poco más tardío como “Crash”. 
 
   CONCLUSIÓN: 7’5. Un viaje incómodo, grotesco, violento y muy perturbador, y aún así, bello. Que no es ni mucho menos para todos los públicos pero que ojalá hubiera más de éstos. Al igual que cinestas tan atrevidos como Julia Ducournau.




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