martes, 19 de octubre de 2021

Escenas Míticas: La noche de Halloween (2018)

 


   Como ya adelantamos, “Halloween kills” es la segunda película de una trilogía que empezaba con la que hoy comentamos y terminará con “Halloween ends” en 2022. Aunque el título puede llevar a equívoco y pensar que suponía un remake o reboot de la primera película de la saga, la de 1978, del gran John Carpenter, el que se considera el primer slasher de la historia del cine, ya bien definido.
 
 
 

   Pero no, es una secuela directa de aquella, a la cual claramente rinde pleitesía, y que vendría a sustituir a “Halloween 2, sanguinario”. Y pretende también ocupar el lugar de sus secuelas. Algo similar a lo planteado por “Terminator, destino oscuro” o lo que se disponía a hacer Neil Blomkamp en la saga “Alien”, sustituyendo la tercera parte. 
 
 

   Lo más curioso es que toda la trilogía le fue encargada a David Gordon Green, cuyo bagaje en el género de terror era nulo. Lo contrario, en su filmografía abundan las comedias, algunas tan absurdas como “Superfumados” o “Caballeros, princesas y otras bestias”, aunque también alguna que otra película interesante como “Joe”. Pero nada que hiciera presagiar que sería un buen director de terror. 
 
 

   De hecho, me parece un fenómeno análogo con el de Todd Philips, autor de la trilogía “Resacón en las Vegas” pero que nos dejó a todos con la boca abierta con la magnífica “Joker”. El caso es que Gordon Green es quién hasta la fecha el que mejor ha captado el espíritu de la película de Carpenter y ha firmado la mejor secuela de la saga, junto a las de Rob Zombie. 
 
 

   David Gordon Green homenajea constantemente a Carpenter llenando la pantalla de planos secuencia y de cámara subjetiva. Y llevando a cabo una serie de guiños a la película de 1978. Cómo que Michael Myers huya del psiquiátrico donde estaba encerrado, aquí durante el traslado, o como las muertes de la sábana blanca o el que deja colgado en la pared. Además hay abundantes escenas que hacen referencia a algunas icónicas de Carpenter. 
 
 


   Como los registros de los armarios tirando perchas al suelo o la caída del balcón de la casa. Eso sí invirtiendo los papeles, en este caso es Laurie Strode quién busca y cae, y también como Myers hacía en la original, luego desaparece. Además la “muerte” de Michael es similar a la de “Halloween, sanguinario” quemado. Eso sí, ésta es mucho más explícita que cualquiera de las dos primeras películas, lo que le valió la calificación R. 
 
 

   La propuesta parte de la productora Blumhouse, especializada en títulos de terror de bajo presupuesto, que los últimos años nos ha dejado películas muy exitosas, algunas incluso convirtiéndose en sagas como “Purge, la noche de las bestias”, “Insidous”, “Paranormal activity”, “Sinister, “Múltiple” o “Déjame salir”, y que se planteó revitalizar la saga “Halloween”, cosa que de momento ha conseguido. 
 
 

   Paradójicamente la vuelta más esperada no fue la de Michael Myers, por cierto para el que volvió quién se metió bajo su máscara por primera vez, Nick Castle, sino la que muchos consideramos la mejor “Scream Queen” del slasher y del género de terror en general, la gran Jamie Lee Curtis como Laurie Strode. Les acompañaron Judy Greer, Will Patton y Andy Matichak. 
 
 

   A “Halloween. Sanguinario” le siguieron “Halloween 3, la hora de la bruja” (que solo toma el título porque Myers no sale por ninguna parte), "Halloween 4, el regreso de Michael Myers", “Halloween 5, la venganza de Michael Myers”, “Halloween 6, la maldición de Michael Myers”, “Halloween H20” (primer regreso de Jamie Lee Curtis) y “Halloween resurrección”. Y después los dos reboot de Rob Zombie, lo más rescatable. La de 2018 fue un éxito de taquilla, costó 10 millones de dólares y recaudó 255.
 
 

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