FICHA
TÉCNICA
Título:
Relic.
Dirección:
Natalie
Erika James.
País:
Australia.
Año:
2020.
Duración:
89
min.
Género:
Thriller,
terror,
intriga.
Interpretación:
Emily
Mortimer, Bella Heathcote, Robyn Nevin, Steve Rodgers, Chris Bunton,
Jeremy Stanford, Catherine Glavicic, Christina O'Neill, John
Browning, Robin Northover
Guion:
Natalie
Erika James, Christian White.
Producción:Jake
Gyllenhaal, Anthony Russo, Joe Russo.
Música:
Brian
Reitzell.
Fotografía:
Charlie
Sarroff.
Distribuidora:
IFC
Midnight.
CRÍTICA
LO
MEJOR: Apuesto
que saldrán de ver esta película diciendo que es un rollo, que no
tiene sustos. Es una pena porque gran parte del público, sobre todo
el joven, consideran que el género de terror se evalúa en función
de la cantidad de sustos y su nivel de impacto. Los “jump scare”,
que se llaman, puede ser un elemento más para perturbar al
espectador pero nunca ser la base para generar miedo en éste, cómo
les pasa a Anabelles y Monjas, y cada vez a más películas de
terror. Una imagen impactante, una subida de volumen y ya tenemos un
susto. No se necesita ni talento. Pero una buena película de terror
debe tener una historia, una ambientación, algo que se te meta
dentro. Y luego los sustos los puede tener o no. Ésta no los tiene.
Muchos dirán que solo vale su última media hora, qué es cuando
vienen sus elementos del terror más reconocibles. Pero es que
durante sus dos primeros tercios, la directora debutante Natalie
Erika James se ha tirado una hora plantando semillas, dejando indicios
de lo que puede ir la historia realmente. Así es como realiza una
metáfora sobre una amenaza mucho más terrorífica y a la vez real
que los fantasmas, las enfermedades degenerativas. Y de paso nos
habla del vínculo emocional entre madre e hija, através de tres
muestras generacionales femeninas de una familia. Así es como hace
que cuando la película termine te quedes pensando.
Interpretación:
Se
apoya casi exclusivamente en tres personajes, los tres femeninos y de
diferentes edades pues representan las tres generaciones de una
familia. Era de vital importancia que las actrices que las
interpretan funcionaran. Y es justo lo que hacen. Especialmente en el
caso de la más longeva, Robin Nevin, pero también en los casos de
Emily Mortimer y Bella Heathcote. Gran trabajo de las tres.
Escena
(SPOILERS!!): Solo
voy a destacar un par de escenas porque el resto voy a intentar
explicar la última media hora. Es la del prólogo y cuando le
cuentan a la nieta que jugando con el hijo del vecino, disminuido
psíquico, la abuela le dejo encerrado en un armario al olvidarse de
él. Ambas muestran la enfermedad que la consume, ya sea demencia o
Alzheimer. Pero el caso es que explica muchos de sus actos a lo largo
de la película, cómo intentar comerse las fotos del álbum familiar
o desaparecer durante varios días para luego aparecer como si nada.
Con lo primero trata de aferrarse a los recuerdos y lo segundo
corresponde a sus ausencias mentales. Porque de alguna manera, y éste
es el único elemento sobrenatural, ha conectado con la casa de tal
forma que la casa manifiesta el estado psicológico de la anciana. Es
por eso que las paredes se consumen por un moho negro y que la hija y
la anciana se pierden por el laberinto en el que se ha convertido la
casa, que no es otra cosa que su mente, cada vez más confusa. El
final es tan terrorífico como conmovedor pues aunque veamos a la
abuela sin piel como un monstruo, es cuando vemos a su hija y nieta
aceptarlo y quedarse con ella.
LO
PEOR: Sí
es cierto que es imprescindible tener paciencia hasta llegar al
tercer acto y empezar a atar cabos, una espera que quizá les haga
desconectarse a algunos, porque hoy en día esa paciencia casi no
existe.
REFERENCIAS:
Es
terror psicológico como el de otra película que dividió al
público, “The babadook”, en la que también se manifestaban
monstruos a través del estado emocional.
CONCLUSIÓN:
7. Interesante debut de Natalie Erika James con una propuesta de terror pero partiendo desde el drama psicológico y prescindiendo de los habituales trucos y sustos del género en los últimos años.
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