Para
mí, y es una opinión muy personal, ésto es el perfecto ejemplo de
híbrido de ciencia-ficción y terror. Un soplo de aire fresco entre
tanta fórmula repetida y carente de riesgo. Pues aquí no les han
hecho falta ni muchos efectos especiales ni mucho dinero. Solo una
historia original y muy intrigante. Eso si, cabe avisar de que no es
para todo el mundo. No solo por su desarrollo intencionadamente
pausado, pues a su director, un tal Anthony Scott Burns al que ya he
cogido la matrícula, parece interesarle evocar una serie de
sensaciones en el espectador através de las imágenes en conjunción
con la música. Ésto tiene gran importancia en la parte onírica de
la película, donde se recrean una serie de sueños particularmente
tenebrosos. Un diseño de producción retrofuturista, una banda
sonora ochentera y una excelente fotografía. Pero ojo, es de las que
tiene un final que te puede explotar la cabeza, y que muchos pueden
pensar que les han tomado el pelo. No es así, lo que pasa es que,
dígamos que lo que hemos visto no es literal, es la única manera
que se me ocurre de expresarlo sin caer en el spoiler. Hay que estar
muy atentos a determinados simbolismos, ciertas palabras y demás. Y
aún así el desenlace es tan abierto que da para que cada uno tenga
su propia teoría. 7.
Dirige
el hijo de David Cronenberg, Brandon. Digo ésto lo primero porque lo
de que de tal palo tal astilla aquí si se cumple. No digo, ni mucho
menos, que tenga el talento narrativo de su padre pero si se aprecia
el mismo estilo visual de la primera etapa de la filmografía de
éste. Y también los temas, como el control mental y la violencia. A
muchos les vendrá a la mente el título de “Scanners”. Si, algo
hay, pero no tiene que ver, es otra cosa. La cuestión es que
efectivamente es extremadamente violenta. De hecho, a Europa ha
llegado la versión Uncut, al parecer en Estados Unidos circula una
versión aligerando la truculencia de las muertes. El único problema
que le veo es que tiene un ritmo muy irregular. Un buen comienzo y
una gran recta final, pero tiene un tramo central que parece perderse
en devaneos que no sabe uno hacia donde van. Aún así me ha
resultado una película interesante que también tiene un final
abierto a interpretaciones varias, no solo en cuanto al desenlace
sino a saber que demonios le ha pasado a los protagonistas durante la
película para acabar así. 6’5.
Tampoco
es que me haya entusiasmado pero al menos cumple con lo mínimo, que
es mantener la curiosidad hasta el final. Porque si es cierto que me
he tirado todo el tiempo pensando a que narices se debía lo que les
estaba pasando a algunos personajes, si era un fenómeno atmosférico,
sobrenatural o alienígena. Dándole el cuartelillo de ser una
película con muy poco medios, un proyecto llevado por tres hermanos,
los McManus, Kevin y Mathew en ella dirección y el guion y Michaela
en la interpretación. Pero he de decir que lo que pensaba que era se
confirma. Porque me habían hablado del final, que te quedabas con la
boca abierta y, bueno no está mal, pero tampoco me parece que quede
tan abierto, creo que queda bastante claro que es lo que pasa. Aunque
es verdad que hay que interpretar que les ocurre a los personajes. No
se puede decir que tema toca porque sería dar pistas sobre el
desenlace, que un poco es el interés de la historia. Si no se va con
unas altas expectativas puede resultar entretenida. 5.
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