FICHA
TÉCNICA
Título:
Candyman.
Dirección:
Nia
DaCosta
País:
Estados
Unidos.
Año:
2021.
Duración:
91
min.
Género:
Terror.
Interpretación:
Yahya
Abdul-Mateen II, Teyonah Parris, Nathan Stewart-Jarrett, Colman
Domingo, Kyle Kaminsky, Vanessa Williams, Rebecca Spence, Carl
Clemons-Hopkins, Brian King, Miriam Moss, Cassie Kramer, Mark
Montgomery, Genesis Denise Hale, Rodney L Jones III, Pamela Jones,
Hannah Love Jones, Tony Todd, Torrey Hanson, Ireon Roach, Deanna
Brooks, Mike Geraghty, Nadia Simms.
Guion:
Jordan
Peele, Win Rosenfeld. Remake:
Bernard Rose. Novela:
Clive Barker.
Producción:
Jordan
Peele. Win Rosenfeld, Ian Cooper.
Música:
Robert
Aiki Aubrey Lowe.
Fotografía:
John
Guleserian.
Distribuidora:
Metro-Goldwyn-Mayer
(MGM).
CRÍTICA
LO
MEJOR: Casi
treinta años han pasado desde que llegara por primera vez uno de los
slasher más icónicos del cine de terror, que hay que recordar que
no fue precisamente bien recibido por el público y si algo mejor por la
crítica. Me da que va repetirse la historia y va a gustarle más a
los críticos profesionales que a los espectadores, porque lo que nos
han traído es algo bastante diferente de lo que podría esperarse,
cosa que personalmente siempre agradezco, que no se limiten a clonar
fórmulas, pero no sé si la mayoría de la gente va a compartir este
pensamiento. Pues quien vaya buscando una sucesión de muertes
truculentas se va a dar de bruces con una labor de dirección mucho
más trabajada de lo habitual en el género, que busca más insinuar
que mostrar, con gran dominio del fuera de plano. Tampoco se me entienda mal, hay
gran cantidad de sangre pero no de gore, con intencionado empeño en
evitar lo explícito en favor de intensificar el suspense. Aquí hay
una directora, Nia DaCosta, con personalidad, que juega con los
simbolismos de los espejos (los hay por todas partes) y prácticamente
cualquier superficie donde pueda apreciarse un reflejo.
Que se emplea en la creación del mito, en la expansión de la
leyenda, a la que actualiza a nuestros tiempos con la protesta contra
las agresiones raciales y le da un trasfondo social a la historia, en
lo que habrá pesado el apadrinamiento del proyecto por parte de
Jordan Peele, quien tambien coescribe el guion. Pero además, DaCosta
amplía la figura de Candyman convirtiéndolo en un alter ego.
Interpretación:
Protagonismo
absoluto para alguien que normalmente no goza de él. Yahya
Abdul-Mateen II. Responde bien a la demanda. Aunque la elección de
un actor negro esta vez no es casualidad pues están preparándole
como sustututo de un Tony Todd que aquí solo hace un cameo
digitalizado para rejuvenecerle y entre sombras. Aunque he echado de
menos otro cameo de Virginia Madsen, la verdadera protagonista de la
primera.
Escena
(SPOILERS!!): Es
una película para fijarse en detalles. Me ha gustado especialmente
el rendimiento que le
saca a los reflejos, sobre todo en los espejos. Pero también como
cuenta la historia pasada através de las sombras de las figuras de
papel, lo que casi emula a la animación. Por cierto, en los créditos
finales vemos unas cuantas historietas en las que otros personajes
son ajusticiados acusándolos de delitos que no han cometido. El
mensaje es claro. Pero seguramente que todo el mundo se quede (yo
también) con las secuencias de los asesinatos, los cuales están
excelentemente rodados, sin prácticamente ver nada, pero enterándote
de todo, comoo el de la galería de arte, los policías del final y,
sobre todo, la masacre de estudiantes en el instituto. Lo que no me
ha convencido es el giro en el comportamiento del personaje de Colman
Domingo (“Fear of the walking dead”), demasiado forzado.
Y algunos detalles de guion como que a nadie le parezca raro lo que
le está pasando en el brazo al protagonista. Pero si como enlaza con
la primera película.
LO
PEOR: Me
da que va a haber un amplio sector del público al que le va a
parecer poco. Estamos en unos tiempos en los que el espectador la
quiere cortita y al pie, e igual pensaba que lo único que venía a
ver es a Candyman abriendo en canal a gente, no un ejercicio más
aseado de guion y dirección.
REFERENCIAS:
Hace
constante referencia a lo ocurrido en la película de 1992,
olvidándose de la segunda y la tercera, es decir, como una secuela
directa de la primera. Pero a la vez ejerce como un reboot para
reiniciar la saga con otro enfoque. Y me alegro de que sigan saliendo
directoras en el género de terror, no hace tanto que las pocas que
había estaban abonadas a un cine dramático e intimista.
CONCLUSIÓN:
6’5.
Visión diferente de lo esperado, muy aplicada en la creación de la leyenda del personaje, dándole un trasfondo social actualizado a nuestros tiempos, que huye de lo explícito pues hay mucha sangre pero poco gore.
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