Fue
estrenada el mismo año que “Enemy”, con muy distintos resultado
comercial pues costó 46 millones de dólares y recaudó en taquilla
122, que aunque tampoco batiera ningún récord, tubo beneficios cosa
que “Enemy” no. Pero el ver en el mismo año dos proyectos tan
diferentes como éstos, resueltos con esta calidad, del mismo
director, advertía ya de la versatilidad de un cineasta especial.
En
esta ocasión con un durísimo thriller de secuestros cuya oscuridad
algunos críticos compararon con “Zodiac” o “Mystic River”,
y yo me atrevería a unir “Seven” a la lista. Una película que
fue calificada con la R por la violencia de algunas escenas. Una R
que Villeneuve tuvo la posibilidad de salvar pero se negó a cortar
las secuencias de tortura de la historia.
Una
historia en la que el término de “prisioneros” es mucho más
amplio de lo que pueda parecer en principio. Se puede suponer que los
prisioneros son los niños secuestrados. Incluso luego al personaje
de Paul Dano. Sin embargo, Villeneuve no es tan simple. Hay numerosas
simbologías y metáforas en su narración.
Porque
los verdaderos prisioneros son los padres de las criaturas,
encerradas en la jaula de sus vidas que no pueden avanzar hasta
encontrar o saber de sus hijos. Pero también del policía encargado
de la investigación, presionado por los padres y por su obsesión de
resolver todos sus casos. El título “Prisioneros” es lo único
que aparece al empezar la película, carece de títulos de crédito.
Pero
hay más detalles. Al ir a la casa de los Birch, los Dover advierten
la presencia de una rata blanca. Tras el secuestro, cuando Keller
(Jackman) decide tomar sus propias medidas contra Álex (Dano), se ve
una rata negra, como anunciando el paso al lado oscuro de Keller,
pues acaba de iniciar un viaje a lo más oscuro de su propia
personalidad ya que iba a cometer actos tan deleznables como los que le
llevan a hacerlo.
Por
cierto, el apellido del policía (Gyllenhaal) no es ninguna
casualidad. En una tarjeta que deja, vemos que se llama David Wayne
Loki. En un cuento de la mitología nórdica, el dios Loki intenta
proteger a un niño del gigante Skrymir, después de que lo haya
juzgado Odín. El nombre de Loki, elegido para el personaje de la
película, representa el protector de los niños.
En
un principio, los papeles protagonistas iban a ser para Mark Wahlberg
y Christian Bale, con Bryan Singer en la dirección, pero ambos
decidieron irse a rodar “The fighter”, lo que le valió el Oscar
al segundo. Al mismo tiempo Hugh Jackman iba a interpretar al padre
de una chica desaparecida también en “The lovely Bones”. La
paradoja es que el papel fue finalmente para Wahlberg, y el suyo en
“Prisioneros” para Jackman, película de la cual Wahlberg además fue
productor.
Le
acompañaron en el reparto Jake Gyllenhaal (Villeneuve
le seleccionó cuando trabajaba con él en “Enemy”), Viola Davis,
Terrence Howard, María Bello, Paul Dano y Melissa Leo (quién
insistió durante todo el rodaje en que las gafas que lleva puestas no
fueran limpiadas en ningún momento. Leonardo DiCaprio y Jessica
Chastain estuvieron vinculados durante algún tiempo pero finalmente
no lo hicieron.
El
reparto tuvo que recibir terapia psicológica tras el rodaje. La
crítica ensalzó la película y especialmente la dirección de
Villeneuve. El film optó al Oscar de mejor fotografía. El guion
fue incluido en la lista negra de 2009, de buenos guiones que no
habían sido rodados, aunque finalmente en 2013 si fue así.
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