martes, 23 de junio de 2020

Escenas Míticas: Ansiedad - El cazador

 

   Pocas veces se ha expresado tan bien lo que supone el estrés postraumático como en esta película. Y, sin embargo, tampoco es que sea el tema central de ella. Vemos los efectos psicológicos que pueden afectar a las vidas el participar en una sangrienta guerra. Y, sin embargo, tampoco es un film bélico. De lo que realmente habla es de la amistad.

 

   Porque lo que Michael Cimino pretende presentándonos unos personajes que son amigos de toda la vida justo antes de marcharse a combatir en Vietnam, es retratar precisamente su nexo amistoso, humanizar su relación. Ya en la segunda parte vemos las penalidades que se ven obligados a sufrir, también juntos. Y en el tercero vemos las secuelas que a ambos les ha supuesto.

 

   Michael Cimino debutaba con nada menos que “Un botín de quinientos mil dólares”. Y ya en su segunda película firmó la que se considera una obra maestra del cine. Continuó con “La puerta del cielo”, aunque para Cimino supuso más bien la del infierno, por qué dio pie el truncamiento de una carrera cinematográfica que apuntaba a enorme.

 

   Y no porque fuera mala ni mucho menos. De hecho, era una muy buena película. Pero no se sabe muy bien por qué, por su extrema lentitud y su desmesurada duración que se iba hasta las tres horas y media, quizá, pero el caso es que supuso uno de los fracasos comerciales más sonados de la historia del cine. Su presupuesto, que ya se excedió al que se había previsto inicialmente, puede 35 millones, bastante amplio para la época. Pero solo consiguió recuperar algo más de tres.

 

   Pocos directores han tenido que cargar a cuestas con la culpa del hundimiento de una productora. No fue toda suya pero así se consideró. El caso es que United Artists sucumbió a este batacazo y no pudo recuperarse del golpe. Terminó siendo comprada a precio irrisorio, más bien absorbida, por Metro Goldwyn Mayer.

 

   La credibilidad de Cimino cayó por los suelos para la industria y, aunque después firmó una buena película, “Manhattan Sur” y una muy entretenida, “37 horas desesperadas”, ambas con Mickey Rourke como protagonista, en su filmografía no volvió a hacerse notar el talento mostrado en “El cazador”. Algo similar a lo ocurrido con Jonathan Demme tras “El silencio de los corderos”, si exceptuamos “Philadelphia”, por supuesto.

 

   Quizá esa “puerta al cielo” fue lo que le impidió figurar en esa lista de cineastas tocados por la varita mágica de la generación de Coppola, Scorsese, Spielberg, De Palma o Lucas. Aunque nadie puede quitarle haber firmado una de las cincuenta mejores películas de la historia (la 53 para más señas), seleccionada para su preservación en la Biblioteca del Congreso estadounidense por el National Film Registry.

 

   El reparto era absolutamente brutal. Con un Robert de Niro en su mejor momento, respaldado por Christopher Walken y Meryl Streep. Los tres fueron nominados para el Oscar, Walken y Streep por primera vez en sus carreras, aunque solo se llevó el gato al agua Christopher Walken como actor secundario. Y además les acompañaron John Savage, John Cazale y George Dzundza.


   La película fue aclamada por la crítica mundial. Fue la triunfadora de la Edición de los Oscars de 1978, logrando cinco de sus nueve nominaciones, los correspondientes a mejor película, director (Cimino), actor secundario (Walken), montaje y sonido. Costó 15 millones de dólares y recaudó 50 en taquilla. Cimino murió en 2016, entre rumores de haber cambiado de sexo.



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