Me llama la atención que a estas alturas no se haya hecho
ninguna secuela de esta película, teniendo en cuenta la sorpresa que supuso su
irrupción en los primeros puestos de la taquilla norteamericana del momento de
su estreno, además de su buena acogida por la crítica. Para colmo, su presupuesto
fue muy modesto, de tan solo 12 millones de dólares y supuso un negocio de lo más
rentable pues recaudó 126 en los cines.
Es difícil ver una película independiente de este género. Normalmente,
la búsqueda del espectáculo, de hacer gala de la exhibición de los poderes de
los personajes, demanda un presupuesto bastante mayor. Y ahí es donde el film
se apunta el primer tanto, pues sus efectos especiales son de una factura mucho
mejor de lo que la inversión económica proporcionaba.
Pero claro, también ayuda que, aunque hay numerosas escenas
donde aplicar esos efectos especiales, la atención esta más en sus personajes
en sí, que, en sus propias habilidades, por lo que no se basa en la
espectacularidad de sus imágenes, algo difícil de ver hoy en día con el casi
monopolio que tienen DC y Marvel (sobre todo)
Porque efectivamente "Chronicle" es una película de superhéroes. No llevan ajustados trajes de licra ni tienen nombres terminados en
-man, pero sus poderes recuerdan demasiado a los conocidos superhéroes de las
viñetas y que adaptan a la gran pantalla. Pero sobre todo por darse la típica dicotomía
del subgénero, el enfrentamiento entre el bien y el mal.
Eso si como hemos podido ver más recientemente en “El hijo”
ofrece una visión mucho más oscura de ello. Estamos acostumbrados a ver el nacimiento
de superhéroes con alguien corriente que recibe o descubre que tiene unos
poderes sobrenaturales y altruistamente decide ponerlos al servicio de los
demás y ayudar a todo el mundo y protegerlos de todos los peligros.
Pero la realidad sería muy distinta. ¿Qué pasaría si una
persona no bien equilibrada mentalmente, de repente se hiciera todopoderoso?
Pues que, si respondiera al retrato de un adolescente maltratado por su padre,
que sufre bulliying escolar y siempre se ha sentido débil, lo que proyectaría
sería su ira y lo que le trataría sería la venganza.
Porque entonces a lo
mejor asistimos no al nacimiento de un héroe sino de un villano. Pero sobre todo
es una de esas películas hijas de “Carrie”. El propio director, Josh Trank
reconoció, junto a “La Furia” y “Akira” que era una de las influencias
principales. Eso sí, Trank no debe pensar que fuera muy interesante explicar el
origen de los poderes repentinos de los protagonistas, pues apenas utiliza una
mera excusa argumental.
Para colmo, el formato de rodaje era mockumentary. Más
comúnmente usado para el género de terror, en esta modalidad, ya se han rodado
otros subgéneros, como “Cloverfield”, con muy buenos resultados. Pero aquí
esquiva uno de los efectos más molestos de la cámara en mano. Utilizan la
mayoría de las veces encuadres muy estables (trípode, cámaras de seguridad,
etc…) e incluso el recurso de que el protagonista maneja la cámara con su poder telequinético.
Marvel puso sus ojos en Josh Trank para relanzar una de sus
franquicias y aplicar lo mismo que hizo Mark Webb para “The amazing Spiderman”
pero para un reboot de “Los cuatro fantásticos” con Miles Teller, Kate Mara,
Jaime Bell, Toby Kebell y Michael B. Jordan. Pero no funcionó muy bien en la
taquilla, salvándose casi de milagro de un fracaso total. Con Jordan repetía
pues ya participó en “Chronicle”, luego sería el hijo de Apolo en “Creed”. Pero
el protagonista era Dane Dehaan (“La cura del bienestar” “Valerian”) acompañados
de Alex Russell y Ashley Hinsaw.
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