FICHA TÉCNICA
Título: Richard Jewell.
Dirección: Clint Eastwood.
País: Estados Unidos.
Año: 2019.
Duración: 131 min.
Género: Drama.
Interpretación: Paul Walter Hauser, Sam Rockwell, Kathy Bates, Jon
Hamm, Olivia Wilde, Wayne Duvall, Dexter Tillis, Desmond Phillips, Nina
Arianda, Ian Gomez, Randy Havens, Mike Pniewski, Niko Nicotera, Dylan Kussman,
Beth Keener, Billy Slaughter, David Shae, Shiquita James, Deja Dee, Kendrick
Cross, Jill-Michele Melean, Mitchell Hoog, David Lengel, Marc Farley, Victoria
Paige Watkins, Charles Green, Shawn Weston Thacker.
Guion: Billy Ray (Artículo: Marie Brenner).
Producción: Tim
Moore, Jessica Meier, Kevin Misher, Leonardo DiCaprio, Jennifer Davisson, Jonah
Hill, Clint Eastwood.
Música: Arturo Sandoval.
Fotografía: Yves Bélanger.
Distribuidora: Warner Bros.
CRÍTICA
SINOPSIS: Durante un evento de los Juegos Olímpicos de Atlanta de
1996, colocaron una mochila con una bomba. Richard Jewell, un guardia de
seguridad que aspiraba a ser policía, la encontró y su insistencia para evacuar
el lugar salvó muchas vidas. Al principio fue considerado como un héroe pero
después pasó a ser el sospechoso número uno.
LO MEJOR: Hay que ver con la imagen de duro que
tenía como actor y lo sensible que es como director Clint Eastwood. Sensible,
que no sensibilista, pero es innegable la capacidad que tiene para conmover. No obstante, si algo es por encima de todo, es un fantástico narrador. Un tipo que
cuenta historias con naturalidad, sin ningún artificio de cámara. En sus películas
no vas a ver vertiginosos primeros planos, llamativos travellings y demás
recursos técnicos. Porque Eastwood relata sus filmes a través de sus
personajes. Es por eso que otra de sus grandes habilidades es ser un excelente
director de actores, y prueba de ello es que es habitual ver a los integrantes
de sus repartos nominados y ganadores de premios. Aquí además ha creado una
obra reivindicativa, mostrando cómo se pisotearon los derechos constitucionales
de un ciudadano estadounidense. Y para ello carga las tintas de forma más
incisiva de lo que acostumbra, qué suele ser más bien moderada, contra la
prensa y las instituciones gubernamentales, más en concreto, el FBI. Con ellos,
Eastwood no tiene piedad. Pero además plantea una película que te hace
reflexionar. Qué te hace empatizar con el protagonista, ponerte en su lugar y
pensar que te puede pasar a tí, todos tenemos cosas en nuestro pasado que podrían
volver en nuestra contra interesadamente, que podrían tergiversar y usar para
destruir nuestro nombre. Ojalá el verdadero Richard Jewell pudiera ver la
película que Clint Eastwood ha hecho como homenaje a él y a limpiar el suyo, de
forma tan conmovedora, emotiva y crítica.
Interpretación: Hay que pensar que la
competencia en las categorías de interpretaciones es brutal para entender que
todos los actores de la película no estén nominados al Oscar. Si, Kathy Bates
lo está, y no me extraña. Pero ojo a la magnífica actuación del para mí
desconocido hasta la fecha, Paul Walter Hauser. Por cierto, asombroso su
parecido físico con el verdadero Richard Jewell. Y también hay que destacar la
enorme labor como secundario de Sam Rockwell. En un escalón más abajo están Jon
Hamm y Olivia Wilde, ésta última quizá porque su personaje ofrece menos
credibilidad, ya desde el guión.
Escena
(SPOILERS!!):
Clint Eastwood no comienza por el atentado como cualquiera hubiera hecho, sino
que nos ofrece una introducción a su personaje principal para que conozcamos su
personalidad. Luego ya si, hace su cronología de los hechos en cuanto al atentado.
En cuanto a la escena de la polémica, en la que la periodista Katy Scruggs
(Wilde) intercambia información por sexo, en lugar de fijarse en eso, que si
hubiera sido protagonizada por un hombre a nadie le habría importado, la gente
debería darle importancia a que esa filtración precipitó la investigación sobre
Jewell de forma más agresiva y como resultado supuso la destrucción de su vida.
Es imposible no sentir rabia e impotencia ante los denigrantes intentos del FBI
por aprovecharse de la buena fe e inocencia de Richard intentando hacerle firmar una
renuncia a sus derechos y obteniendo una prueba de voz mediante burdos engaños.
Pero donde el director consigue atraparnos el corazón es en tres escenas
dramáticas de la trama final. Primero el emotivo discurso de la madre (Kathy
Bates), luego la entrevista/interrogatorio con el FBI, y finalmente cuando se le
notifica el protagonista que deja de ser sospechoso.
LO PEOR: La absurda polémica creada con motivo
del “supuesto” tratamiento machista del personaje de Olivia Wilde. Y que Trump haya utilizado la película para compararse con el propio Richard
Jewell por su “impeachment”. Y bueno, quizá a algunos les pueda parecer un drama
convencional. No lo es.
CITAS: “Se sospecha del que encuentra el explosivo igual que se
sospecha del que encuentra el cuerpo”. “Jewell da el perfil del terrorista
solitario. Un policía frustrado que quiere a toda costa ser un héroe”. “Eso que
acabas de hacer es hablar, justo lo que te he dicho que no hagas”. “Deja de
intentar caerles bien”. “Hay una bomba en el Centennial Park, tienen treinta
minutos”. “Su cliente lleva culpable escrito en la frente”. “Mi hijo salvó
muchas vidas”. “Le quieren colgar el muerto”.
REFERENCIAS: Eastwood vuelve a
meterse en cine basado en hechos reales. De nuevo un atentado, como “15:17,
tren a París” (menos mal que no tiene nada que ver en cuanto a calidad con
ella), “El intercambio” (también vuelve a mostrar las presiones y mal hacer de
las autoridades) y especialmente “Sully” en cuanto al homenaje al héroe anónimo
bajo sospecha.
CONCLUSIÓN: 8. Clint Eastwood vuelve a homenajear al héroe anónimo con dos objetivos. Por un lado limpiar el nombre de su protagonista. Y por otro cargar contra la prensa y las instituciones gubernamentales tales como el FBI.
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