Quien les iba a decir a los creadores de esta película que cinco
años después iban a estar completando una trilogía pues la aceptación del film
sorprendió a propios y extraños. Con una respuesta mas que generosa del público
y, lo que es más sorprendente, una buena acogida de la crítica especializada, en cuyo seno,
son bastantes las voces que la definen como una obra de culto del cine de
acción moderno.
Indudablemente “Jonh Wick” apuntaba al sentido nostálgico de los
héroes de acción de los setenta y
ochenta, con personajes hieráticos, fríos y duros como piedras, con el gatillo
fácil como característica común. Se le incluye pues, en el cajón de los
justicieros, aunque de todo el ciclo, es el que menos de ello posee, Jonh Wick
no imparte una lección de limpieza callejera, no está indignado con la sociedad
ni pretende realizar una labor publica.
Lo que hace Wick es llevar a cabo una venganza de forma
implacable. Tenía una bonita casa, una
maravilla de coche y un adorable cachorro de perro. Pero un día, un caprichoso
niñato y su equipo de matones, se lo arrebatan. Y es que ese cachorro era el
recuerdo que le unía a su difunta pareja.
Probablemente sea la mayor venganza llevada a cabo por la muerte
de una mascota, lo que le hizo publico que el público empatizara enormemente
con el personaje, curiosamente más que si vengara a una persona. Incluso hubo
quien se lo tomó como un gesto en favor de los animalistas (no es broma), que
inundaron las redes sociales de memes de Jonh Wick como una suerte de Chuck
Norris defensor de los perros.
Puede parecer absurdo y probablemente lo sea. Y cuesta pensar que
una trama ya no sencilla sino simple, que cae en todos los tópicos habidos y por
haber, se pueda dar en el clavo tanto. La razón es que la película hace de la
simpleza su virtud. No engaña a nadie, no intenta parecer algo que no es, con
un argumento mas enrevesado. “Jonh Wick” es una película de acción, ni más ni
menos. Y ahí es donde gana muchos puntos.
Porque tiene un ritmo demoledor, que no deja espacio al mas mínimo
resquicio de aburrimiento, con electrizantes tiroteos, brutales peleas cuerpo a
cuerpo, todo perfectamente coreografiado. Es una producto totalmente de
estética, que tiene un aire muy de cómic, una fotografía bastante interesante
basado en los tonos azulados y grisáceos y un gran protagonista.
Porque la razón mas importante del éxito es la participación de
Keanu Reeves, un tipo que cae enormemente bien ya fuera de las pantallas, por
su más que demostrada humildad, educación y valores morales. Para colmo, fue el
protagonista de varias películas de acción más icónicas de los noventa como
“Speed” o “Matrix” y esta película suponía el regreso a los papeles de héroe de
acción. Lo que nuevamente apelaba al sentimiento nostálgico. Al parecer fue
vetado por Fox durante catorce años.
Reeves lo da todo, preparándose durante meses en el uso de armas
automáticas, siendo entrenado por un grupo especializado en estas lides, el
Team Glock. Pero no estaba solo en el reparto, ni mucho menos. Alfie Allen (Theon en “Juego de tronos”) y Michael
Nyqvist (Blomkvist en la saga sueca “Millenium)
eran los villanos. Y ademas estaban
Willem Dafoe, Ian McSahnem, Adrianne Palicki, Jonh Leguizamo y Bridget Moynahan.
En la segunda parte “John Wick: Pacto desangre” se incoporarían
Peter Stormare y Lawrence Fishburne. Y en la tercera, “Jonh Wick: Parabellum”,
lo han hecho Halle Berry y Angelica Huston,
nada menos. Curiosamente uno de sus directores, Chad Stahelski, solo ha
dirigido estas tres películas. El presupuesto fue modesto, 20 millones y
recaudó 85 en taquilla. Para la segunda se dobló lo invertido, 40 millones
de dolares y la recaudación casi también 170.
de dolares y la recaudación casi también 170.
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