Fue uno de los grandes éxitos de los ochenta. Y en ese sentido sorprende el poco resultado en votos de la encuesta. Más que una parodia es una comedia basada en las películas de "aviones", es decir, aviones secuestrados, aviones con problemas mecánicos, enfermedades contagiosas, . . . que se pusieron de moda con títulos como "Aeropuerto 77" y sucedáneos. Aunque está ya pasada, posee algunos gags desternillantes. Después tuvo muchas copias, incluso con la misma coletilla de "como puedas".
Para animar un poco el cotarro, la azafata decide arrancarse con una canción junto a la niña enferma. La cosa no termina de ir bien porque el resto del pasaje si parece animarse pero a la niña por poco se la cargan. Y si, salía en "Vacaciones en el mar".
Para mi una de escenas más cómicas, si no, la que más. El piloto automático, que es una especie de flotador, se empieza a desinflar y ella para volver a inflarlo se da una situación en la que parece que le está haciendo un "trabajito". Fijáos en que después se están fumando un cigarrito (ambos).
Esta escena tiene dos partes. En la primera una mujer tiene un ataque de pánico en el avión. Interesante la forma de tranquilizarla haciendo cola para quitarle el pánico a guantadas. En la segunda, Robert Stack (el Elliot Ness de la serie "Los intocables") también utiliza la fuerza para sacudirse de encima a los de las florecillas.
Asistimos al disparatado aterrizaje. Bastante tenso a juzgar por los abundantes sudores del piloto improvisado. Desde la torre de control están Robert Stack como antiguo superior suyo y Lloyd Bridges, actor que se especializó en películas de este corte (atención a sus "elegí un mal día para dejar de . . . ").
En general, me resultó un film graciosos y, aún hoy, a pesar de los años, me lo sigue pareciendo.
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