Tiene
buenas críticas y, por lo que veo, en general, le ha gustado a la
gente. A ver, no es por llevar la contraria, pero no me ha
entusiasmado tanto como a los demás. La idea está bien. Aunque el
argumento de una IA que decide atacar a sus dueños no es ni mucho
menos nueva, aquí le dan otro toque porque de primeras no es un
robot sino una casa inteligente (con lo que ponen en aviso del
peligro que puede ser en un entorno gobernado por una inteligencia
artificial, de lo cual cada vez estamos más cerca). Por otro lado,
su comportamiento no es de una máquina sino el de una auténtica
psicópata. Esto es lo que me parece más interesante. De hecho, la
historia está narrada desde dos líneas temporales distintas. Una en
el pasado, la que viene a explicar como se llegó a esa IA, que
acontecimientos se dieron lugar para llegar a ella, lo que no deja de
ser una especie de historia de orígenes de una villana. Y esto si me
ha creado curiosidad, es lo que me ha mantenido interesado. Además,
de ese aire de ciencia ficción retro. Sin embargo, luego tienen
otros aspectos en lo que no está tan acertada la miniserie. Su
principal problema es un guion lleno de atajos, casualidades,
situaciones forzadas, en el que parece que todo vale, y en el que hay
personajes que literalmente parecen idiotas. Lo cual no ayuda a su
siguiente gran problema, y es que las interpretaciones no son
precisamente muy buenas. Solo puedo salvar a Lavinia Wilson. Por
cierto, las expresiones que le ponen al robot, que básicamente es
una aspiradora con un monitor encima, son supergraciosas, pero a la
vez, perturbadoras. 5’5.
Es
muy curioso lo cinematográfico (sea en películas o series) que es
el ajedrez y lo poco que es un deporte de mucha más acción como es
el fútbol. Porque aunque es verdad que yo si soy un aficionado a
este juego, no es necesario ser un apasionado del ajedrez para que te
pueda interesar esta miniserie. De hecho, no es ni mucho menos un
biopic de Garry Kasparov. Se centra exclusivamente en su doble
enfrentamiento con el ordenador Deep Blue de IBM. Y la razón de este
enfoque es porque lo que quiere contar realmente es lo que podría
ser la primera inteligencia artificial de verdad. Si, ya sé que
mucho antes había otros ejemplos de lo que podría considerarse
protointeligencias artificiales. Pero es que Deep Blue tomó
decisiones por si misma, escribió código propio, al margen de sus
creadores. Es más, la serie habla tanto de este aspecto como del
propio Kasparov, aunque este sea indiscutiblemente el protagonista.
A este respecto, supongo que la descripción que hacen del que
probablemente sea el mejor ajedrecista que haya existido es bastante
libre y muchos de los detalles que nos exponen sean inventados. Si es
verdad que tenía fama de un tanto neurótico y hasta paranoico pero
a ciencia cierta tampoco es que se sepa. La cuestión es que ajedrez
hay por un tubo, la mitad de la serie se cuenta desde a sala donde se
jugaban las partidas, y eso si que es real porque fueron públicas.
No hace falta entender demasiado, son emocionantes igualmente.
Además, el trasfondo de todo esto es el enfrentamiento del hombre
contra la máquina, y lo que supuso el resultado. Por cierto, lo
siento por los amantes de los parecidos físicos, aquí eso les
importa tres narices y media, y como a mí me pasa igual, no ha sido
un problema. 7.
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