La vuelta al western de Kevin Costner,
tanto delante como detrás de la cámara, en su megaproyecto sobre la
colonización del oeste americano,”Horizon”, que se estrenará en
cuatro partes, la primera a finales de este mes y la segunda del de
agosto de este mismo año, nos da la excusa para seguir ampliando el
ciclo de western con unos cuantos títulos más.
Vamos
a comenzar con el máximo representante del western clásico, el gran
John Ford, uno de los pioneros del cine, pues comenzó en el cine
mudo, con más de 150 películas a sus espaldas, cuatro Oscars
ganados y una carrera de más de cincuenta años, referente de
grandes cineastas como Ingmar Bergman, Orson Welles, y muchísimos
más aún en activo, como Steven Spielberg o Clint Eastwood.
Y lo
hacemos con la que se considera su última gran película y la última
rodada en blanco y negro, correspondiente a su, como no, última
etapa profesional. Diez años y siete películas después, nos
dejaría el que sin duda, fue uno de los mejores, si no el mejor,
directores de la historia del cine.
Pues
aún así, se puede leer en redes sociales, como así me ocurrió
cuando hablaba de otro clásico incuestionable de Ford, “Centauros
del desierto”, que es un cineasta sobrevalorado. Afirmaciones de
gente que no conoce ni un 5% de su obra, ignorantes que desconocen
que el cine es cine en parte gracias a la influencia de este hombre.
Pero como es gratis hablar.
John
Ford criticó duramente a Sam Peckinpah, máximo representante del
western crepuscular, por retratar al western de esa manera, esto es,
desmitificando la leyenda de las historias del Oeste. Sin embargo,
fue probablemente el mismo quien puso el primer clavo en el ataúd
del western clásico precisamente con “El hombre que mató a
Liberty Valance”, el que se considera primer western crepuscular
del cine.
Aunque
precisamente Peckinpah ya había rondado esa corriente con títulos
como “Duelo en la alta sierra” y ese mismo año, 1962. Llegados
aquí, hay que establecer unos leves apuntes sobre estos dos estilos
de western. En el clásico, hay una clara diferenciación del bien y
el mal, hay buenos y malos sin fisuras. Además se lleva a cabo una
sistemática idealización del héroe y una mitificación de la
conquista del Oeste.
Tendremos
oportunidad de ver a fondo algunos títulos del western crepuscular
pero a grandes rasgos podemos apuntar hay una intencionada ambigüedad
de unos personajes con evidentes claroscuros, tanto en los héroes
como en los villanos, además de mostrar una violencia mucho más
explícita y unas historias considerablemente más retorcidas e
imprevisibles.
El
propio título de la película nos hace un spoiler tremendo porque
nos anuncia que Liberty Valance va a morir. Pero es que aquí lo
importante es quien le mata. La película nos plantea el cambio más
significativo de la historia americana, la evolución del salvaje
oeste a civilización, representado bajo los personajes principales,
Tom Doniphon (Wayne) y Random Stoddard. La importancia de la historia
está en quién de los dos mata a Valance.
Este
triángulo está interpretado por John Wayne, James Stewart, que
reunidos con el propio John Ford juntaban tres de los grandes iconos
del western clásico, y Lee Marvin. La aportación femenina venía de
parte de Vera Miles. Y luego teníamos a secundarios como Woody
Strode o Lee Van Cleef, que posteriormente veríamos en una de las ramas del western crepuscular, el western mediterráneo o spaghetti western.
A pesar de que hoy está considerado uno de los mejores western de la historia del cine, en su momento fue acogido de forma fría tanto por la crítica como por el público, con el que no consiguió recaudar los poco más de tres millones de dólares de su presupuesto. Y en cuanto a premios, solo fue nominada a su vestuario. Lo cual la hace encajar perfectamente en la categoría de título de culto.
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