sábado, 4 de marzo de 2023

Microcríticas Express: Cerdita/Modelo 77/42 segundos

 



   Se presenta como una muestra de cine de denuncia,
más concretamente sobre el bullying que sufren los adolescentes, en este caso las personas que por su obesidad son víctimas de la crueldad más despiadada. Se presenta como eso y es lo que es, pero dándole una vuelta de tuerca para enlazar con otros géneros, y ahí conecta, salvando enormemente las distancias, con el personaje más icónico presa del acoso, que es Carrie White. Porque ese otro género es el terror, el slasher para más señas, un subgénero muy poco habitual en el cine español. Parte de un corto del mismo título, de Carlota Pereda (que debuta en el largometraje con esta película) y que ya recibió el Goya al mejor corto de ficción. Goya también el que se ha llevado recientemente la actriz protagonista, que ya lo era del propio corto, Laura Galán (y creo que merecidamente). Sin revelar nada vital de la historia, aquí también se les ponen mal las cosas a los agresores y acosadores del personaje principal. Pero también dando una vuelta de tuerca bastante retorcida, un poco cogida por los pelos en cuanto a la ambigüedad de las motivaciones del asesino. El caso es que me ha sorprendido el nivel de violencia exhibido en la película porque llega un momento que se convierte en un festival de sangre. Además hace un retrato de la vida en un pueblo y como puede afectar a sus habitantes lo que está pasando. Eso si, me ha costado bastante entender los diálogos. Al menos, es un tipo de cine poco habitual en las producciones españolas. 6.


   Otro de esos géneros que no se prodigan en el cine español, el carcelario. A cargo del que posiblemente esté entre los cinco mejores directores españoles actualmente, Alberto Rodríguez.
Suya es una de las mejores películas del cine patrio en lo que va de siglo, “La isla mínima”. No a ese nivel pero también a uno muy alto está otro título, “El hombre de las mil caras”. Además cultivando otros géneros que tampoco son muy habituales en nuestro cine como son el psicokiller policíaco y el thriller político. Pero aún contando historias que nada tienen que ver entre si en tono y argumento, si tienen en común con “Modelo 77” en que retratan perfectamente la época en la que están encuadradas. Es lo que hace con esta película, mostrarnos la situación social de la recién estrenada transición española tras la muerte de Franco a través de un drama carcelario donde gran parte de los convictos lo son como presos políticos o por condiciones no aceptadas durante la dictadura, como ser homosexual. Pero además, lo que se denuncia son las condiciones de las cárceles durante el régimen. Es lo que demandan los personajes de esta historia, un cambio en esas condiciones al igual que se estaba produciendo en el propio país. Y en ese sentido, la historia es bastante dura en cuanto a la violencia que no se reservan. La película tiene una factura impecable. De hecho, se ha llevado cinco Goyas en la última edición, aunque es cierto que en categorías técnicas como producción, dirección artística, maquillaje, vestuario y efectos especiales. Y eso que las interpretaciones de Miguel Herrán, Javier Gutiérrez e incluso Fernando Tejero son muy magníficas. 7’5.


   En el cine español el género de deportes ha sido muy poco aprovechado.
No será por gestas deportivas porque tenemos unas cuantas pero por alguna razón en España no les sacamos rendimiento promocionándolas en películas. Aquí si lo hacen y además tocando un tema que nos puede resultar muy cercano a pesar de que hayan pasado más de treinta años, los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. Aunque no se me ocurre deporte menos cinematográfico que el waterpolo, que es en el que se han centrado. De hecho, como deporte en si, es de los que menos pueda interesarme. Pero es que este género suele utilizar el deporte para hablar de otras cosas en realidad, de ciertos valores de superación, de situaciones sociales y de su intrahistoria. Y en ese sentido creo que funciona bastante bien la película. En este caso se enfoca a la rivalidad interna que existía en la selección española de waterpolo entre los jugadores catalanes y los madrileños, más representados en sus respectivos líderes, Manel Estiarte y Pedro García Aguado. Además de la polémica de traer un entrenador extranjero, Dragan Matutinovic, con fama de bastante duro. De hecho, la fase de entrenamiento, que toda película de deportes debe tener, es lo más interesante. Así que, para no ser un deporte que me interese demasiado y ni siquiera una de las gestas deportivas españolas que más me llamara la atención, me parecido bastante entretenida. 6’5.

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