No
suelo caer en ésto pero quizá esta vez si me he dejado llevar por
la expectativas. También es por lo que estaba vendiendo Disney, que
esta serie era su buque insignia de este año, para eso han invertido
nada menos que 150 millones de dólares en ella, que yo no sé en que
los han gastado porque
no los veo por ninguna parte. La cuestión es que me ha decepcionado
y de no ser por los últimos dos episodios sería la decepción del
año. Creo que tiene dos grandes problemas. Uno es la dirección de
Deborah Chow, excesivamente televisiva en ocasiones, torpe en otras
(hay momentos realmente ridículos). Y llama la atención porque ha
dirigido varios episodios de “The mandalorian”, aunque por lo que
parece, no precisamente los mejores, que de esos se ocupaban Jon
Favreau, Dave Filoni o Bryce Dallas Howard, que es justo lo que
deberían haber hecho aquí. Si tienes personajes tan míticos como
los que se manejan en
esta historia,
hay que darles un tratamiento épico, no con una puesta en escena
como si estuvieras rodando “Anatomía de Grey”. Ahora que el
guion tampoco es que la ayude mucho, porque se lo tendrían que hacer
mirar, es como si hubieran tomado el borrador y no la versión
corregida de éste.
Tampoco les ayuda al reparto, que hacen lo que pueden y no es poco.
Salvo la niña repollo gritona que interpreta a Leia (madre mía, con
la de palos que se llevó el Anakin de “La amenaza fantasma”).
Pero repito, en los dos últimos hay muy buenas cosas, “ese era el
camino”, que decía cierto mandaloriano, la épica. 6.
Me da igual si hay situaciones que ya se repiten, si la estructura de
dividir a los personajes es la misma o si el reparto se está
haciendo mayor. Es de las series con las que más disfruto, que
incluso ésta que casi todos los episodios no bajan de la hora y
cuarto, y el final es de dos horas y veinte, la he visto en maratón
en sus dos volúmenes, tal es la adicción que me crea. Porque
acudiendo al género fantástico más ochentero me tocan la fibra,
más si hacen la temporada más terrorífica y oscura de toda la
saga. Que si, que me fastidia que no la hayan puesto íntegramente,
claro que si, pero también lo entiendo como marketing para la
plataforma, porque los dos últimos episodios van a ser lo más visto
del verano por la expectación generada con el final del primer
volumen, que tiene un giro bastante brutal que lo enlaza todo. Y hay
que decir que ha merecido la pena la espera, son brutales, alguna que
otra serie de sables láser debería mirarse el final de esta
temporada y aprender como hay que darle épica a una historia.
Además, está muy bien realizada, se nota que el presupuesto es
generoso y lo saben lucir, a nivel visual está por encima de otras
series de este tipo. En fin, que también reconozco que no soy
imparcial, la serie me ha gustado desde el principio de los tiempos,
me encantan los personajes, me funcionan las nuevas incorporaciones y
llevo todo el verano escuchando la canción “Running up that hill”
de Kate Bush en bucle. Que le voy a hacer, soy muy fan. 8.
Es
verdad que vuelve a la misma fórmula que ha funcionado en las dos
temporadas anteriores con muy leves variaciones y que quizá ya
deberían ir cerrando al asunto, que parece ser lo que van a hacer en la cuarta y última temporada. Siguen los saltos en el tiempo, las
realidades alternativas y las peleas familiares. Pero si consiguen
que un par de revelaciones enganchen con lo ocurrido en las otras
temporadas y que le den un sentido distinto a la historia. A mí me
sigue pareciendo una serie entretenidísima y muy divertida.
Básicamente porque me encantan los personajes. Y mira que hay un par
de idas de olla que me podrían haber sacado de la trama, un par de
números musicales, pero ha sido todo lo contrario, me ha parecido de
lo más gracioso. Sin embargo, si ha habido algo que me ha molestado
y mucho. Probablemente no sea la opinión más popular, pero lo
siento, no sé porque narices han cambiado de sexo al personaje de
Vanya. Apoyo absolutamente a Ellen Page en su decisión de transición
a Elliot Page (aunque yo siga viendo a la actriz solo que con pelo
corto, será cosa de acostumbrarse) pero no entiendo porque tiene que
llevarlo al personaje que interpreta en la ficción. Porque es eso,
ficción, de tal manera que si lo estaba interpretando como mujer
pues tiene que seguir haciéndolo así, de igual manera que hay
actores que han interpretado a mujeres y actrices a hombres. Es como
si Robert Downey Jr. quisiera ser mujer (muy respetable) y exigiera a
Marvel que su personaje fuera ahora Iron Woman. Además, el modo en
como lo han hecho me parece forzado, metido con calzador. 7.
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