Este
mismo año, si nada cambia, se prevé el estreno de la secuela,
aunque en plataforma, concretamente en Netflix, con Daniel Craig
repitiendo en el papel, de hecho, utilizando la misma estrategia de
las películas basadas en las novelas de Agatha Christie. Es decir,
todas protagonizadas por el mismo detective pero en casos
independientes y con repartos diferentes. En esta segunda parte se ha
contratado a Edward Norton, Dave Bautista, Kate Hudson, Janelle Monae, entre otros.
Porque
lo que hace esta película es precisamente un homenaje al whodunit,
y a esas adaptaciones de la literatura de Christie pero a la manera
de Rian Johnson, es decir, incorporando sus propias claves, e incluso
parodiando este subgénero en cercanía con títulos como “Un
cadáver a los postres” o “El juego de la sospecha” (Cluedo),
aunque sin llegar a tanto.
Porque
Johnson es un verdadero troll. Y lo digo en buen sentido. Un tipo
capaz de saltarse todas las reglas fijas y convencionalismos de los
géneros, y reinventarlos, pinchandole los globos que haga falta los
fans, lo que le ha valido el odio de muchos de ellos incluso perder
algunos proyectos.
Porque
Rian Johnson había sido elegido para crear una trilogía relacionada
en el universo “Star War” pero fuera de la línea Skywalker aunque el desmesurado apaleamiento sin cuartel al que fue sometido por los
fans más recalcitrantes de la saga galáctica tras “Episodio VIII,
los últimos Jedis”, dio al traste con el proyecto. Y todo su
pecado se debió a intentar hacer algo diferente, hacer algo original, innovar.
Que es lo que ha hecho con todas las películas de su corta
filmografía, en su totalidad partiendo de un guion escrito por él,
porque Johnson es buen director pero mejor guionista. Primero llegó
“Brick” qué causó muy buena impresión, ya un tanto menos “Los
hermanos Bloom”. Y luego sus tres títulos más conocidos por el
público.
“Looper”,
magnífica película de paradojas temporales, nuevamente
introduciendo variantes y mezclando con otros géneros, como el
terror. La mencionada “Los últimos Jedis”, por mucho que le
moleste al fandom, una de las mejores películas de la saga y la
mejor de la última trilogía. Y ahora que me caigan todas las
piedras que quieran. Y “Puñales por la espalda”, de la cual la
secuela también será suya.
El
director y guionista pretendía realizar una versión americanizada y
actualizada de Hércules Poirot en el personaje del detective
Benoist Blanc, para ello eligió a un Daniel Craig que demostró que
se le daba muy bien salirse del smoking de James Bond, pasándoselo
bomba con el personaje, el cual repetirá en la secuela, y no se
descartan más películas al estilo de la saga Poirot de los setenta.
Le
acompañaba Ana de Armas (con la que coincidió en su última
película como James Bond, “Sin tiempo para morir”, de hecho, fue
recomendada por él), y todo un elenco de estrellas, como Chris
Evans, Don Johnson, Jamie Lee Curtis, Michael Shannon, Toni Collette
y un Christopher Plummer que en la película moría a los 85 años, en
homenaje a la edad con la que murió la propia Agatha Christie.
Pero
Rian Johnson se saltaba varias claves del whodunit, como no
desarrollar toda la trama encerrando a los personajes en un mismo
escenario, como variante principal al subgénero. La película tuvo
excelentes críticas y comercialmente funcionó de maravilla, por lo
que me extraña que la secuela no se estrene en cines. Costó tan
solo 40 millones de dólares, a pesar de su espectacular elenco, y
recaudó en taquilla 311, un exitazo.
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