domingo, 20 de marzo de 2022

West side story

 

   FICHA TÉCNICA

Título: West Side Story.
Dirección: Steven Spielberg.
País: Estados Unidos.
Año: 2021.
Duración: 156 min.
Género: Musical, drama.
Interpretación: Rachel Zegler, Ansel Elgort, David Alvarez, Ariana DeBose, Rita Moreno, Mike Faist, Josh Andrés Rivera, Corey Stoll, Brian d'Arcy James, Maddie Ziegler, Ana Isabelle, Reginald L. Barnes, Jamila Velazquez, Talia Ryder, Kevin Csolak, Mike Massimino, Paloma Garcia Lee, Jess LeProtto, Annelise Cepero, Arianna Rosario, Garett Hawe, Sean Harrison Jones, Sebastian Serra, Julian Elia, Jonalyn Saxer, Harrison Coll, Eloise Kropp, John Michael Fiumara, Jacob Guzman, David Guzman, Kyle Coffman, Kyle Allen, Jamie Harris, Curtiss Cook, Chryssie Whitehead, Ben Cook, Myles Erlick, Kathryn Grace, Nadia Quinn, Claudette Lalí, Ken Holmes.
Guion: Tony Kushner. Libro: Arthur Laurents. Musical: Jerome Robbins.
Producción: Kristie Macosko Krieger, Kevin McCollum, Stacey Snider, Steven Spielberg.
Música: Leonard Bernstein.
Fotografía: Janusz Kaminski.
Distribuidora: 20th Century Studios.


   CRÍTICA


   SINOPSIS: Años 50. En medio de la rivalidad de dos bandas callejeras de Nueva York, dos adolescentes relacionados con ambas, se enamoran. Pero su romance ocasionará la tragedia.

   LO MEJOR: Me preguntaba que necesidad tenía Steven Spielberg de meterse en tamaño berenjenal donde lo tenía todo en contra. Primero por realizar el remake de una de esas obras maestras que se consideran intocables. Segundo por lo innecesario de llevar a cabo una nueva versión de uno de los musicales sagrados de Hollywood. Y tercero porque era un presumible fracaso de taquilla, circunstancia que se ha confirmado. Y la respuesta es que se ve que Spielberg ama la película de Robert Wise y Jerome Robbins de 1961, y le ha dedicado este homenaje en el que se ha dejado todo. Un capricho de director que solo podía permitirse y del que solo podría haber salido airoso él, al menos en lo artístico. Porque a pesar del tratamiento clásico que le da, se nota su mano y mucho. ¿Y como lo hace si es básicamente la misma película? Pues con el talento visual que ha desplegado durante toda su carrera Spielberg. Por su manera de mover la cámara, como si flotara, la de encuadrar, pero sobre todo por su puesta en escena. Y si hay cambios, sutiles pero los hay. Como en el montaje de ciertas escenas, que cambian en su orden de aparición. O en la fotografía y su tratamiento de los colores vivos. O en el uso de los exteriores que nos alejan de la sensación de estar en un set de rodaje. Pero también en el vigor de las coreografías de los números musicales. Y además se permite acentuar el mensaje actualizado de una sociedad racista pero sobre todo profundamente polarizada.

   Interpretación: Lo siento pero esta versión tiene una ventaja sobre la anterior versión, prácticamente todo el reparto pertenece al mundo de la música y el baile, por lo que no ha habido necesidad de doblarles como fue el caso de Natalie Wood, a la que hubo que oscurecer la piel para que pareciera puertorriqueña. Aquí no ha hecho falta, pues la debutante en la pantalla grande, Rachel Zegler, es estadounidense pero de ascendencia colombiana, además de bailarina y cantante. Menos me convence precisamente el más popular del elenco, Ansel Elgort, aunque cumple. Por cierto, en un papel secundario, tenemos a Rita Moreno, que ganó el Oscar interpretando a Anita en la versión de 1961, papel por el que Ariana DeBose ha sido nominada este año.

   Escena (SPOILERS!!): Están todas las que son icónicas en la clásica, como la del balcón, la pelea de bandas que acaba con el doble asesinato que desencadenará la tragedia en la última secuencia. Pero hay tres escenas que me ha parecido que Spielberg ha sabido darle un tratamiento más personal. El número musical de “I want to live in América”, cambiando la azotea por las calles de Nueva York. El dueto formado por María (Zegler) y Anita (DeBose) tras la muerte de la pareja de la última. Y la tentativa de violación en grupo de Anita, que ya en la clásica me pareció muy impactante.

   LO PEOR: La crítica más repetida sobre la película ya antes de estrenarse, e incluso durante su gestación, no se puede negar, era un remake innecesario. Pero apuesto a que ha acercado la historia a muchos de los que no vivieron ni vieron la clásica.

   REFERENCIAS: Es el remake del “West side story” de 1961, que a su vez era una adaptación libre de la tragedia de Shakespeare, “Romeo y Julieta”.

   CONCLUSIÓN: 7’5. Más allá de lo innecesario de hacer un remake de este clásico, Spielberg le dedica un pasional homenaje haciendo gala de su talento visual y acentuando el mensaje acorde a nuestra polarizada actualidad.




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