FICHA
TÉCNICA
Título:
No
mires arriba.
Dirección:
Adam
McKay.
País:
Estados
Unidos.
Año:
2021.
Duración:
138
min.
Género:
Comedia,
ciencia
ficción.
Interpretación:
Leonardo
DiCaprio, Jennifer Lawrence, Meryl Streep, Cate Blanchett, Jonah
Hill, Rob Morgan, Mark Rylance, Tyler Perry, Timothée Chalamet, Ron
Perlman, Ariana Grande, Kid Cudi, Tomer Sisley, Himesh Patel, Melanie
Lynskey, Michael Chiklis, Paul Guilfoyle, Robert Joy, Meghan
Leathers, Hettienne Park, Ross Partridge, Dee Nelson.
Guion:
Adam
McKay. Historia: Adam McKay, David Sirota.
Producción:
Adam
McKay Kevin Messick, Scott Stuber, Betsy Koch,
Todd
Schulman.
Música:
Nicholas
Britell.
Fotografía:
Linus
Sandgren.
Distribuidora:
Netflix.
CRÍTICA
SINOPSIS: Unos
científicos descubren que un meteorito viene directo a la tierra e
impactará con ella en seis meses, produciendo la extinción de la
raza human. El problema es que a nadie parece importarle, ni a los
políticos, los medios o la sociedad en general.
LO MEJOR: Adam
Mckay se ha convertido en un especialista en retratar la sociedad
americana, que aquí se hace extensivo a la sociedad de cualquier
sitio, de forma tan satírica que resulta muy divertido, aunque nunca
lo había llevado tan al terreno de la comedia como en esta ocasión.
Porque a través de la parodia elabora una crítica del panorama
social, político y mediático actual generado por la pandemia. Así
que, sí, te ríes de lo lindo pero a la vez da miedo, porque por muy
caricaturizada y exagerada que nos muestre la situación, es
imposible que no veamos los paralelismos con la realidad de nuestro
tiempo. Paradójicamente, Mckay toma el pretexto del género de
catástrofes para hacer que precisamente no miremos arriba, al
meteorito, sino abajo, a nosotros como especie. De tal forma, nos
presenta una clase política cuya única preocupación son los
resultados electorales. Unos medios de comunicación cuyo único
interés son los datos de audiencia y no las noticias en si. Unos
filántropos que solo quieren favorecer las ganancias de sus
empresas. Una población más pendiente de las rupturas sentimentales
de cantantes, de los realitys o los retos virales de las redes
sociales. Y se reserva un dardo especialmente envenenado para los
negacionistas, que prefieren no mirar a lo que podría cambiar sus
vidas aunque suponga su propia muerte. Todo ello nos hace ignorar lo
único que tanto nos puede salvar de un meteorito como de un virus,
la ciencia. Así que, es muy divertida pero también preocupante.
Interpretación: Cómo
viene siendo habitual en las películas de Adam McKay, tiene un
fantástico reparto coral y todos están magníficos. Que poco
habitual es ver a Leonardo DiCaprio en la comedia pero lo bien que se
le da. Lo mismo que a Meryl Streep. Y me da igual lo que digan los
haters, Jennifer Lawrence es un pedazo de actriz. Los tres están
desatados. Pero es que también tenemos a Cate Blanchett, Mark
Rylance, Jonah Hill, Timothy Chalament o Ron Perlman, todos geniales.
Escena (SPOILERS!!): Tiene
momentos realmente hilarantes. Como la primera reunión en la Casa
Blanca, con la presidenta de los Estados Unidos. O la primera
aparición de los dos científicos en un programa de televisión.
Pero sobre todo el lanzamiento de los transbordadores, que una vez en
el aire los hacen volver. De locos. Son especialmente divertidas las
salidas de tono de los personajes de DiCaprio y Lawrence,
desgañitándose para que la gente se entere de que van a morir
todos, una en un bar y el otro en el programa en el que suele
aparecer. Que ésto también es un dardo para los científicos que se
convierten en estrellas de la televisión. El final es más dramático
que cómico, por mucha gracia que haga que la presidenta se olvide hasta de
su propio hijo a la hora de salvarse. Pero ese epílogo con el
aterrizaje de los supervivientes en otro planeta para después ser
devorados por una criatura autóctona es de troncharse.
LO PEOR: Hay
cierta sensación de montaje caótico. Puede que Mckay, quién le da
bastante importancia a esta faceta, lo haga adrede. Pero también
hace que la narración sea irregular y eso incida en el ritmo, tal
vez porque el metraje se podía haber recortado.
REFERENCIAS: Se
nota que es el director de “La gran apuesta” pero la forma de
retratar la estupidez humana está entre “Teléfono rojo ¿Volamos
a Moscú? e “Idiocracia”.
CONCLUSIÓN: 7’5. Adam McKay retrata el panorama social, político y mediático actual a través de uno ficticio pero paralelo al nuestro, para hacernos reír primero pero que luego nos "miremos" como especie y nos preocupemos.
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