domingo, 9 de enero de 2022

No mires arriba

 

   FICHA TÉCNICA

Título: No mires arriba.

Dirección: Adam McKay.
País: Estados Unidos.
Año: 2021.
Duración: 138 min.
Género: Comedia, ciencia ficción.
Interpretación: Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Meryl Streep, Cate Blanchett, Jonah Hill, Rob Morgan, Mark Rylance, Tyler Perry, Timothée Chalamet, Ron Perlman, Ariana Grande, Kid Cudi, Tomer Sisley, Himesh Patel, Melanie Lynskey, Michael Chiklis, Paul Guilfoyle, Robert Joy, Meghan Leathers, Hettienne Park, Ross Partridge, Dee Nelson.

Guion: Adam McKay. Historia: Adam McKay, David Sirota.

Producción: Adam McKay Kevin Messick, Scott Stuber, Betsy Koch, Todd Schulman.
Música: Nicholas Britell.
Fotografía: Linus Sandgren.
Distribuidora: Netflix.


   CRÍTICA


   SINOPSIS: Unos científicos descubren que un meteorito viene directo a la tierra e impactará con ella en seis meses, produciendo la extinción de la raza human. El problema es que a nadie parece importarle, ni a los políticos, los medios o la sociedad en general.

   LO MEJOR: Adam Mckay se ha convertido en un especialista en retratar la sociedad americana, que aquí se hace extensivo a la sociedad de cualquier sitio, de forma tan satírica que resulta muy divertido, aunque nunca lo había llevado tan al terreno de la comedia como en esta ocasión. Porque a través de la parodia elabora una crítica del panorama social, político y mediático actual generado por la pandemia. Así que, sí, te ríes de lo lindo pero a la vez da miedo, porque por muy caricaturizada y exagerada que nos muestre la situación, es imposible que no veamos los paralelismos con la realidad de nuestro tiempo. Paradójicamente, Mckay toma el pretexto del género de catástrofes para hacer que precisamente no miremos arriba, al meteorito, sino abajo, a nosotros como especie. De tal forma, nos presenta una clase política cuya única preocupación son los resultados electorales. Unos medios de comunicación cuyo único interés son los datos de audiencia y no las noticias en si. Unos filántropos que solo quieren favorecer las ganancias de sus empresas. Una población más pendiente de las rupturas sentimentales de cantantes, de los realitys o los retos virales de las redes sociales. Y se reserva un dardo especialmente envenenado para los negacionistas, que prefieren no mirar a lo que podría cambiar sus vidas aunque suponga su propia muerte. Todo ello nos hace ignorar lo único que tanto nos puede salvar de un meteorito como de un virus, la ciencia. Así que, es muy divertida pero también preocupante.

   Interpretación: Cómo viene siendo habitual en las películas de Adam McKay, tiene un fantástico reparto coral y todos están magníficos. Que poco habitual es ver a Leonardo DiCaprio en la comedia pero lo bien que se le da. Lo mismo que a Meryl Streep. Y me da igual lo que digan los haters, Jennifer Lawrence es un pedazo de actriz. Los tres están desatados. Pero es que también tenemos a Cate Blanchett, Mark Rylance, Jonah Hill, Timothy Chalament o Ron Perlman, todos geniales.

   Escena (SPOILERS!!): Tiene momentos realmente hilarantes. Como la primera reunión en la Casa Blanca, con la presidenta de los Estados Unidos. O la primera aparición de los dos científicos en un programa de televisión. Pero sobre todo el lanzamiento de los transbordadores, que una vez en el aire los hacen volver. De locos. Son especialmente divertidas las salidas de tono de los personajes de DiCaprio y Lawrence, desgañitándose para que la gente se entere de que van a morir todos, una en un bar y el otro en el programa en el que suele aparecer. Que ésto también es un dardo para los científicos que se convierten en estrellas de la televisión. El final es más dramático que cómico, por mucha gracia que haga que la presidenta se olvide hasta de su propio hijo a la hora de salvarse. Pero ese epílogo con el aterrizaje de los supervivientes en otro planeta para después ser devorados por una criatura autóctona es de troncharse.

   LO PEOR: Hay cierta sensación de montaje caótico. Puede que Mckay, quién le da bastante importancia a esta faceta, lo haga adrede. Pero también hace que la narración sea irregular y eso incida en el ritmo, tal vez porque el metraje se podía haber recortado.

   REFERENCIAS: Se nota que es el director de “La gran apuesta” pero la forma de retratar la estupidez humana está entre “Teléfono rojo ¿Volamos a Moscú? e “Idiocracia”.

   CONCLUSIÓN: 7’5. Adam McKay retrata el panorama social, político y mediático actual a través de uno ficticio pero paralelo al nuestro, para hacernos reír primero pero que luego nos "miremos" como especie y nos preocupemos.




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