domingo, 17 de enero de 2021

Saint Maud

 

    FICHA TÉCNICA


Título: Saint Maud.
Dirección: Rose Glass.
País: Reino Unido.
Año: 2019.
Duración: 84 min.
Género: Terror.
Interpretación: Morfydd Clark, Jennifer Ehle, Turlough Convery, Lily Knight, Lily Frazer, Faith Edwards, Rosie Sansom, Marcus Hutton, Noa Bodner, Jel Djelal, Jonathan Milshaw, Linda E Greenwood.
Guion: Rose Glass.
Producción: Andrea Cornwell, Oliver Kassman.
Música: Adam Janota Bzowski.
Fotografía: Ben Fordesman.
Distribuidora: A24.


    CRÍTICA


   SINOPSIS: Maud es una joven enfermera que deja atrás un turbulento pasado y se entrega a la fe en dios. Comienza a trabajar para una veterana actriz enferma de cáncer. Desde ese momento, el objetivo de Maud es salvar su alma antes de que muera. 
    LO MEJOR: Cuando salgo del cine diciéndome a mí mismo que no me voy a formar una opinión hasta haberla asimilado, siempre es buena señal. Significa que independientemente de esa opinión, no se me va a olvidar según me suba al coche. Eso es lo que pasa con la gran mayoría de cine de terror de consumo rápido y digestión casi inexistente, consistente en dar un susto cada x minutos, clonando tramas, sin el menor intento de ofrecer algo diferente. No es el caso de “Saint Maud”, que merecería entrar en ese grupo de títulos, que nos ofrecen a cuentagotas de un cine de terror moderno, con ejemplos como “La bruja”, “El faro”, “Hereditary", “Midsommar” o el remake de “Suspiria” de Luca Guadagnino. Este film invita a pensar que quizá esta prometedora debutante que es Rose Glass se puede agregar a los Robert Eggers o Ari Aster, que nos han dado cintas terroríficas pero no por los medios más explícitos, sino implícitos, metafóricos, simbólicos, y no mediante efectos especiales sino puesta en escena e interpretaciones. Pero curiosamente, Glass ha bebido más de fuentes clásicas, como Roman Palanski. Juega con la baza de si lo que estamos viendo es real o producto de la mente de la protagonista, oscilando de esa forma entre el drama psicológico y el terror sobrenatural. E independientemente de lo que resuelva el espectador al respecto, aún pareciendo en principio una crítica al fanatismo religioso, la película es un vieje a la locura y la obsesión, un viaje opresivo, claustrofóbico, malsano y perturbador.     
 
   Interpretación: Me tiré gran parte de la película preguntándome donde se había metido esta actriz hasta ahora. La respuesta era el teatro, bueno y un puñado de apariciones en algunas películas. Su preparación teatral le otorga habilidad dramática pero no muchos actores que vienen de este sector, se comen la cámara con patatas, guarnición y postre como lo hace Morfydd Clark. Ella es la película. Independientemente del buen hacer de esa siempre buena secundaria que es Jennifer Ehle. Clark es el motor. Se comenta que será la Galadriel de la serie sobre “El señor d elos anillos” que prepara Amazon. 
 
    Escena (SPOILERS!!): El prólogo lo único que quiere indicar es que la protagonista ya le había pasado algo con un paciente. Eso ya nos pone en preaviso. Hay unas cuantas escenas del denominado “horror body” en la que se auntocastiga, como la de las chinchetas en las zapatillas o las quemaduras. Pero, exceptuando la secuencia de la fiesta, los momentos más importantes son los que se presumen como manifestaciones de dios, sobre todo en la que éste directamente le habla en un dialecto extraño y ella, sin embargo, lo entiende, lo que la empuja a volver a la casa a salvar el alma de Amanda (Ehle) y descubrir como ésta se revela como el demonio. Y aquí se da el asesinato con el que Maud cree haber exorcicizado la presencia maligna. De ahí que se vea a si misma como un ángel, viéndose incluso con unas alas y creyendo en la escena final que la están adorando. Porque ese plano final donde se ve que se está quemando, de apenas un segundo, deja claro la duda. Ella quizá padece algún tipo de ezquizofrenia y todo lo sobrenatural que hemos visto no es más que una deformación de la perturbación mental. Que tal vez hubiera sido mejor prescindir de ese plano y dejar que cada uno haga su interpretación. 
 
    LO PEOR: No sé cuanta gente salía de la sala echando pestes sobre la película, incluso reclamando que les devolvieran el dinero. Por supuesto, toda opinión es muy respetable, pero no puedo evitar indignarme, porque luego van por las redes sociales a quejarse de la invasión de la carteleras por parte de las franquicias de superhéroes, los remakes, reboots y propuestas clónicas unas de otras, pero a títulos como los mencionados antes o a este mismo no se les da cuartelillo. 
 
    CITAS: “Dios mío, tu presencia embellece el aire, y pronto lo verán todos”. “No hace falta un talento especial para atender a los moribundos, pero salvar un alma ya es otra cosa”. “¿Cuando rezas, obtienes respuestas?”. “Nada que valga la pena es fácil”. “Debes ser la chica más solitaria que he conocido”. “Me siento más llena de tu amor que nunca”. “Ésto es vida y muerte a otro nivel”. “¿Y si estoy entendiendo todo mal?”. 
 
   REFERENCIAS: Como decía, bebe mucho del cine de terror de Roman Poalnski entre los sesenta y los setenta, especialmente de “Repulsión”, “El quimérico inquilino” e incluso “La semilla del diablo”. Del mencionado cine moderno de terror se parece más al toque de la última versión de “Suspiria”. Y también algo de la clásica “Que fue de Baby Jane”. Hay una escena que recuerda a “Red state”, de Kevin Smith. 
     
   CONCLUSIÓN: 7. Merece entrar en ese grupo de títulos de un cine de terror moderno, más psicológico que explícito. Pero curiosamente, su directora, Rose Glass, ha bebido más de fuentes clásicas, como Roman Palanski.



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