FICHA
TÉCNICA
Título:
Fragmentos
de una mujer.
Dirección:
Kornél
Mundruczó.
País:
Canadá.
Año:
2020.
Duración:
128
min.
Género:
Drama.
Interpretación:
Vanessa
Kirby, Shia LaBeouf, Ellen Burstyn, Molly Parker, Iliza Shlesinger,
Jimmie Fails, Domenic Di Rosa, Alain Dahan, Sarah Snook, Ben Safdie,
Vanessa Smythe, Sean Tucker, Tyrone Benskin, Dusan Dukic, Noel
Burton, Letitia Brookes, Leisa Reid, Joelle Jeremie.
Guion:
Kata
Wéber.
Producción:
Martin
Scorsese.
Música:
Howard
Shore.
Fotografía:
Benjamin
Loeb.
Distribuidora:
Netflix.
CRÍTICA
LO MEJOR: Si
es
tan
desgarrador este drama no es solo por su temática, que también, sino
por el buen desempeño de su reparto, al que cuyos integrantes no me
sorprendería que les cayera alguna nominación en los próximos
Oscars, si es que se celebran. Un drama que transita por los cauces
del cine independiente, que tiene bastantes detalles de personalidad
en la dirección, que le alejan del tono de telefilme y que se trata
desde tres ángulos. El primero es el más obvio porque es el más
central, el de la pérdida, desde el punto de vista del duelo de su
protagonista femenina, quién no sabe ni cómo sentirse, lo que le
impide mostrar sus emociones, su lucha interna. No vemos en ella
rabia o lágrimas, solo desorientación. El segundo ángulo es el de
cómo afecta al propio matrimonio, cómo sus distintas maneras de
afrontar y expresar esa perdida los aleja el uno del otro como
pareja, llevando a la rotura del amor y de la confianza. Y el tercero
trata sobre la relación materno filial, la de la protagonista con
una madre dominante que pretende, aunque sea con buenas intenciones,
tomar las decisiones por ella. Habría incluso un cuarto, un poco más
en el trasfondo pero importante también, la necesidad de culpar a
alguien cuando se produce una desgracia, el deseo de que alguien
pague por nuestro dolor.
Interpretación: Ojo
que aquí hay una actriz como la copa de un pino. Vanessa Kirby hace
un ejercicio de expresividad desde la contención que a poco que se
estiren en la Academia de Hollywood le puede valer una nominación al
Oscar. Cómo le puede caer a Ellen Burnstyn, incluso más claramente
pero en la categoría de secundaria. Cuando estas dos están frente a
frente en pantalla, representando tan diferentes generaciones, el
nivel de la película se eleva considerablemente. Además, el trabajo
de Shia Lebeuf también es notable, confirmando la maduración como
actor. Y no hay que olvidarse de Molly Parker, con un papel pequeño
pero vital que aborda a la perfección, pura expresividad.
Escena
(SPOILERS!!): La
primera escena, un plano secuencia de prácticamente veinte minutos
donde asistimos a un parto doméstico que se complica, es de una
tensión brutal, agotadora. Es tan buena que luego baja demasiado y
hay que esperar al último tercio para encontrar algo de intensidad
parecida, como la discusión madre-hija entre Kirby y Burnstyn en la
que saltan chispas de la emotividad con que llevan a cabo ese duelo.
O la segunda intervención de Vanessa Kirby en el juicio donde
exculpa a la matrona de toda culpa, asumiendo que lo que pasó es
únicamente una desgracia que no fue culpa suya y que incluso aunque lo fuera,
su castigo no le compensaría su pérdida.
LO PEOR: En
conjunto tiene un desarrollo algo irregular, provocado en gran parte
por tener un comienzo tan intenso, tan abrumador, un prólogo
larguísimo que es pura tensión, para luego caer en un drama más
convencional y finalmente volver a subir. Eso hace tener la sensación
de altibajos. Además hay algunas imágenes explícitas que
claramente eran innecesarias.
CITAS: “Quería
que la bebé decidiera cuando quería venir”. “Mi hija pasó en
este mundo el tiempo que le tocó. Y no puedo hacer que vuelva”.
“¿Porque quieres que mi hija desaparezca? Porque no tenemos hija”.
“Que más da lo que piensen. Se trata de mí. Se trata de mi vida”.
REFERENCIAS:
Dirige el húngaro Kornel Mundruzo, que tiene una película anterior
muy interesante, “White god”. Pero la película va más en la línea de títulos con la pérdida de
un ser querido como centro, como “Manchester frente al mar”.
CONCLUSIÓN: 7. Desgarrador drama sobre la pérdida que brilla principalmente por el trabajo de su reparto, especialmente de Vanessa Kirby y Ellen Burstyn, que no sería nada extraño que fueran nominadas al Oscar.
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