domingo, 25 de octubre de 2020

Femme fatale

 

    FICHA TÉCNICA


Título: Femme fatale.
Dirección: Brian De Palma.
País: Francia.
Año: 2002.
Duración: 112 min.
Género: Thriller, intriga.
Interpretación: Rebecca Romijn, Antonio Banderas, Peter Coyote, Gregg Henry, Eriq Ebouaney, Rie Rasmussen, Fiona Curzon, Edouard Montoute, Régis Wargnier, Jo Prestia, David Belle, Matthew Géczy, Jean-Marc Minéo, Thierry Frémont.
Guion: Brian De Palma.
Producción:Tarak Ben Ammar.
Música: Ryuichi Sakamoto.
Fotografía: Thierry Arbogast.
Distribuidora: Warner Bros.


   CRÍTICA


    SINOPSIS: Una ladrona colabora colabora en el robo de unas joyas muy valiosas durante el Festival de Cannes. Tras traicionar a su equipo, huye y se encuentra a otra mujer idéntica a ella. La mujer decide quitarse la vida y la ladrona adoptar su identidad.

    LO MEJOR: Porque hacer una crítica de una película de casi veinte años, pues porque inicialmente pesaba incluirla en un tríptico de mini críticas de títulos de Brian de Palma que indicaban su declive. “La Dalia negra” y su última película, “Dominó” iban a ser sus acompañantes. Pero no, volviendo a revisar ésta, la impresión ha sido mucho más positiva de lo que recordaba y de la cantidad desmesurada de palos que se llevó por parte de la crítica, sobre todo en Europa. Así que, contra pronóstico, voy a reivindicar, ya no que sea buenísima (no está el nivel de otros ejemplos de la filmografía del cineasta) pero sí que ni mucho menos es tan mala. Porque a diferencia de “Dominó”, aquí se conservaba el pulso en la ejecución de las escenas, tan característico en De Palma. Hay rasgos muy reconocibles de su manera de rodar; el movimiento de la cámara, las pantallas partidas, los travelling, la ralentización, que la hace muy disfrutable para un seguidor suyo. De Palma hace un homenaje a la figura de la femme fatale clásica, tirando por una trama, de nuevo, hitchcockiana, pero aportándole una descarada carga, si no erótica, sí muy sensual. Pero lo más importante es que el poderío visual, la forma de presentar y desarrollar las secuencias, está ahí. Además, los giros no son tramposos (como un seguidor creía recordar) sino que vienen precedidos de un rastro de migas de pan que los venían preparando. Los señalaré en la zona spoilers.

    Interpretación: Rebecca Romijn no es una gran actriz pero madre mía qué presencia tiene en pantalla. Si no que se lo cuenten a los X-Men y como sin apenas frases de diálogo consigue que su Mystica se coma crudos a varios de los personajes principales. Y aún hoy sigue siendo mejor Mystica que la de Jennifer Lawrence. Antonio Banderas no es que realice una interpretación fuera de serie pero cumple y personalmente considero un orgullo patrio el que haya trabajado con un director como Brian de Palma. El que está ciertamente desaprovechado es Peter Coyote.

    Escena (SPOILERS!!): Vamos directos al lío. El tema de encontrarse a una persona idéntica responde al mito del “doppelhganger”, es decir, la teoría que dice que todos tenemos un doble exactamente igual a nosotros, incluso se le da connotación de que ambos puedan ser antagónicos, o sea, uno bueno y otro malvado. En cuanto al giro de que gran parte de la historia sea un sueño, no está sacado de la manga. Hay pistas repartidas por todo el relato. Desde el momento en que se sumerge en la bañera, las referancias al agua se hacen continuas. La pecera del apartamento de la verdadera Lily rebosa agua (como la propia bañera, se puede ver varias veces en primer plano. Después la lluvia se hace casi omnipresente durante esa fase de la película. Personajes siempre llenándose vasos de agua. El paso junto al río Senna en diversas ocasiones para acabar muriendo en sus profundidades. Pero es que hay varios personajes que ella ha visto antes en la escena de la bañera que en la parte que luego descubrimos que es onírica, cambia de rol. Y recordemos, todo lo que ocurre en el final está plasmado en la foto de enormes dimensiones que el fotógrafo (Banderas) tiene en su apartamento. Por cierto, no se trata de universos paralelos ni líneas temporales distintas ni nada por el estilo. Lo que ella tiene es simple y llanamente una premonición. Que pasen años en el sueño pero minutos en la realidad obedece a la no proporcionalidad del tiempo en los distintos medios, sueño y realidad. Ahí hay otro apunte, en dicho sueño, cada vez que el personaje mira el reloj, es siempre la misma hora. Así que las migas estaban ahí. Por lo demás, Rebecca Romijn nos deja dos escenas tremendamente erótico-sensuales, el robo lésbico y el streeptease.

    LO PEOR: Que no sean tramposos no significa que De Palma no sea un poco esclavo de sus giros y, como en otros títulos de su filmografía, el director italoamericano se muestra más preocupado de sorprender al espectador que de la narración de la historia. Lo demuestra ese síndrome multifinal que padece y que aquí vuelve a darse.

    CITAS: Soy una mala chica... muy mala”. “¿Sabes por qué ninguna buena acción queda impune? Porque el mundo es el infierno y no eres más que un cabeza de turco”. “ – Perdone, me resulta familiar ¿No nos hemos conocido en alguna parte? – Solo en mis sueños”.

    REFERENCIAS: No es la primera vez que De Palma señala a una mujer como destructora, en “La furia” o la propia “Carrie” ya se ve. Y tiene algún paralelismo con su película “Hermanas”. Pero curiosamente, cuando mejor ha tratado la figura de la femme fatale es en “Vestida para matar”, en la que la que la protagonista no era realmente una mujer.

    CONCLUSIÓN: 6’5. Homenaje a la figura clásica de la femme fatale en una trama hichcockiana pero salpimentada de carga erótica, donde De Palma hace alarde de todo su repertorio técnico.




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