FICHA TÉCNICA
Película: Whiplash
Dirección: Damien Chazelle.
País: Estados
Unidos.
Año: 2014.
Duración: 103 min.
Género: Drama, musical.
Interpretación: Miles Teller, J.K. Simmons, Melissa
Benoist, Paul Reiser, Austin Stowell, Jayson Blair, Kavita Patil, Kofi Siriboe,
Jesse Mitchell, Michael D. Cohen, Tian Wang, Jocelyn Ayanna, Tarik Lowe, Marcus
Henderson, Keenan Henson
Guión: Damien Chazelle.
Producción: David Lancaster, Michel Litvak, Jason Blum.
Música: Justin Hurwitz.
Fotografía: Sharone Meir.
Distribuidora: Sony Pictures.
CRÍTICA
SINOPSIS: Andrew Neiman sueña con convertirse en uno de
los mejores bateristas de jazz del mundo. Estudia música en la mejor escuela
del país, donde da clases un famoso profesor que podría convertirle en lo que
desea. Pero sus métodos son extremadamente duros.
LO MEJOR: Aunque no había sido mi elegido para
ganar el Oscar en la edición de los Oscars de 2017, se puede reconocer
perfectamente en Damien Chazelle un buen director y teniendo en cuenta su
juventud, su futuro es bastante prometedor. Más si cabe, al ver su trabajo en
esta película, mucho más sólido y maduro que por el que triunfó con “La la
land”: aquí tocaba ya temas que precisamente desarrollaba en aquella como la
música (más concretamente el jazz), el sacrificio para conseguir los sueños, y
la incompatibilidad de ello con mantener sana una relación de pareja. Por ésto,
podría llegar a pensarse que la antecesora de su obra más exitosa era una
especie de ensayo de lo que planeaba tratar más adelante y a conciencia. Pero
no es así en absoluto. “Whiplash” no es una película de música más. De hecho,
ni siquiera va de jazz. Es más, tampoco va de música, ni podría considerársela
un musical. El enfrentamiento de los protagonistas, que adquiere una tensión brutal
en diversas fases, podría acercarse más al thriller. Y es que lo cierto es que
lo que más me ha sorprendido es la dureza del film en cuanto a lo psicológico,
pues en su viaje hacia el sacrificio de lograr la meta, le da una nueva
dimensión a los conceptos de la competitividad y la superación personal, sin
perder la oportunidad de cuestionar los métodos, eficientes pero a la vez
inmorales (hoy podríamos calificarlos en la ventana del maltrato y el bullying)
pues en la búsqueda, ya no de enseñar sino de encontrar un verdadero genio, se
hace un violento ataque de la autoestima de los alumnos.
Interpretación: Es imprescindible
comenzar este apartado hablando del trabajo como “secundario” (es el verdadero
protagonista) de J.K. Simmons. Muy pocas veces, pero muy pocas, ha estado tan
justificado un Oscar. Su interpretación es sencillamente apoteósica. Simmons
está soberbio, deslumbrante, magnifico, me ha dejado con la boca abierta. A
este actor hay que darle más papeles a la medida de su talento o nos perderemos
actuaciones como ésta. Y ojo también a la sorpresa que me he llevado con Miles
Teller, del cual no tenía un concepto demasiado favorable y que consigue aquí
mantenerle el duelo interpretativo con Simmons, y no es poca cosa ésto. La
única aportación femenina está en una Melissa Benoist (“Supergirl”), cuya trama
sentimental es lo más descuidado por Chazelle y da la sensación de que habría
estado bien aprovecharla.
Escena (spoiler): Hay algunas muestras
antes del carácter de Fletcher (J.K. Simmons) pero es cuando abofetea a Andrew
(Teller) para lograr que coja su “tempo” y le obliga a gritar que está
angustiado cuando nos damos cuenta de que ésto va en serio. Es el pistoletazo
de salida para que el chico caiga en las garras de la obsesión para agradar a su
cruel maestro, cortando su relación con su novia (Benoist) con una frialdad
despiadada y que rompe en lo enfermizo tras querer tocar incluso después de
sufrir un accidente de coche y presentarse totalmente ensangrentado. Aun así,
Fletcher le sustituye, lo que provoca el ataque físico del aprendiz al
profesor. Lo que lleva a su expulsión y posterior venganza de Andrew
denunciándolo. Muy importante es la conversación en el club de jazz entre
ambos, ya fuera de la escuela, donde se fragua la trampa al muchacho. Lo de la
actuación final donde vuelve a ganarse el respeto de Fletcher, quien satisfecho
de que por fin haber encontrado a su genio, forma un dúo espectacular con él.
LO PEOR: Que el tema en cuestión, el verdadero,
no sea el jazz y la música, no quiere decir que no haya una gran cantidad de
escenas en las que no sea el protagonista. A un servidor, por muy
espectaculares y pasionales que sean dichas secuencias, le ha parecido un tanto
cargante el constante martilleo del protagonismo de la batería en ellas.
CITAS: “Exijo
a la gente más de lo que se espera de ella. Lo considero absolutamente
necesario”. “No me jodas, ¿eres de los que derrama una sola lagrimita? ¿Acaso
te parezco un arco iris doble?”. “Prefiero morir alcohólico y arruinado a los
34 y que hablen de mí en una cena que vivir rico y sobrio a los 90 y que nadie
recuerde quien fui”. “No creo que la gente entendiera lo que hacía en Shaffer.
No estaba allí para dirigir, cualquier idiota sabe mover los brazos y marcar el
tempo, quería que mis alumnos se esforzaran más allá de las expectativas”. “No
entiendo por qué alguien no hablaría maravillas sobre mí, es un misterio”. “No
hay dos palabras que sean más dañinas en nuestro idioma que buen trabajo”.
REFERENCIAS: Hay varias temáticas
que Damien Chazelle desarrollaría en “La la land”. Pero en concepto de película
es completamente distinto. Ha demostrado que es un gran director en su última
película, alejada del tema de la música en “First man” sobre el astronauta Neil
Armstrong. El papel de Simmons me ha recordado a Lee Ermey en “La chaqueta
metálica” o el de Louis Gassett Jr en “Oficial y caballero”.
CONCLUSIÓN: 7’5. Chazelle debutaba
ya apuntando maneras con una película sobre música pero que en realidad va sobre
la competitividad y la superación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario