FICHA TÉCNICA
Título: First man.
Dirección: Damien
Chazelle.
País: Estados Unidos.
Año: 2018.
Duración: 133 min.
Género: Aventuras, drama.
Interpretación: Ryan Gosling, Jason Clarke, Claire Foy,
Kyle Chandler, Corey Stoll, Patrick Fugit, Lukas Haas, Pablo Schreiber, Brian
d'Arcy James, Ciarán Hinds, Aurelien Gaya, Ethan Embry, Shea Whigham,
Christopher Abbott, Cory Michael Smith, Brady Smith, Perla Middleton, J.D.
Evermore
Guión: Nicole Perlman, Josh Singer (Libro:
James R. Hansen).
Producción: Wyck Godfrey, Marty Bowen, Damien Chazelle, Ryan
Gosling.
Música: Justin Hurwitz.
Fotografía: Linus Sandgren.
Distribuidora: Universal Pictures.
CRÍTICA
SINOPSIS:
En 1961 la NASA emprendió un
programa espacial con el que pretendía contrarrestar los logros soviéticos, que
hasta el momento llevaban la delantera en su conquista del espacio exterior.
Neil Amstrong fue uno de los astronautas elegidos para llevar a cabo la proeza
de ser el primer hombre en pisar la luna.
LO MEJOR: Tenía bastante curiosidad por
saber de que era capaz este precoz director con un proyecto de mayor
envergadura y temática tan distante de sus dos anteriores películas. Un buen
director se reafirma cuando se sale de su zona de confort. Y Chazelle lo ha
hecho y de que manera, sobresalientemente diría yo, demostrando su versatilidad
y que su talento no se limita a tocar un par de pétalos de la flor sino que es
innato, de tal manera que ha conseguido que le meta en mi lista de de cineastas
de los que voy a ver lo que sea que haga, junto a nombres como Tarantino, Nolan,
Villeneuve o Fincher. Tan completo me parece el film que me parecería una
atrocidad que no compitiera en los siguientes Oscars en categorías como
película, director, fotografía, interpretaciones principales o banda sonora.
Pero mención especial tiene el apartado de sonido. No me vale de que es una
categoría técnica y, por tanto, menor. Chazelle se vale de él para incrementar
la intensidad, el realismo y la adrenalina, con unos efectos sonoros
verdaderamente brutales, que junto al plano visual, marcado por los
primerísimos planos, la cámara en mano y subjetiva, nos introducen en la cabina
hasta hacernos sentir cada lanzamiento, cada maniobra, en impresionantes
secuencias de acción que me han recordado al propio Christopher Nolan (si, has
leído bien). Demien Chazelle nos vuelve a traer la carrera espacial con el probablemente
mayor hito de la historia de nuestra especie, mostrándonos la evolución
tecnológica que tuvo que dar para conseguirlo desde 1961, con los proyectos
consiguientes al Mercury, los Gemini y el Apolo, donde vemos cambiar naves,
trajes y demás. Pero a la vez nos hace un retrato de la peculiar figura de Neil
Amstrong. Por si solo ésto debería suscitar el suficiente interés pero Chazelle
es capaz de aplicarle un importante componente de épica.
Interpretación: Sé que la línea es
muy ambigua pero a muchos les cuesta distinguir entre histrionismo,
expresividad y contención. Ryan Gosling interpreta a un personaje introvertido,
frío, callado y poco emotivo, por lo que se ve obligado a hacer un ejercicio de
contención. Su trabajo es superior al de “La la land” (por el que fue
nominado). Con Claire Foy entono el mea culpa de cometer el error de no
conocerla hasta este papel. Hasta el punto de criticar su elección para ser la
nueva Lisbeth Salander, heredera de mis admiradas Noomi Rapace y Rooney Mara.
Sin embargo, después de ver su actuación aquí, tengo claro que el papel está en
buenas manos. Entre los secundarios tenemos a Lukas Haas, Jason Clarke, Kyle
Chandler o Ciaran Hinds. Correctos todos.
Escena (spoiler): Sin duda, el momento
más emotivo de Amstrong (Gosling) es la muerte de su hija, que le marcará como
persona en cuanto a como se expresa con los demás, muy patente en la despedida
de sus otros dos hijos antes de partir hacia la luna. Sin embargo, son las
escenas de acción donde más dudaba de Chazelle y donde más me ha callado la
boca. Comienza con un prólogo que ya nos indica como va a rodar esa clase de
momentos, desde el interior de la aeronave, con primeros planos, un sonido
brutal y una sensación de tensión opresiva y claustrofóbica. Las pruebas en el
simulador multigiro, la prueba de acoplamiento espacial y especialmente el alunizaje
es de una épica desbordante a pesar de ya saber como son los hechos desde un
principio. Creo que se me olvidó hasta parpadear.
LO PEOR: Por supuesto, como no, todas las
opiniones son de sobra respetables, pero a los que dicen que la película es
aburrida les diría: ¿en serio?. Algunos confunden conceptos. Esto no es
ciencia-ficción (aunque pertenezca al género), es historia, la carrera espacial
fue la que fue. Y me cuesta entender que a quien le interese el tema no
disfrute con este film. Pero recalco, todo es respetable y personal.
CITAS: “Hemos elegido un trabajo tan difícil y requiere de tantos desarrollos
tecnológicos que vamos a tener que empezar de cero”. “Solo cuando dominemos
todo esto podremos plantearnos aterrizar en la luna”. “Tenemos que fallar aquí
abajo para no fallar allí arriba”. “No es un viaje cualquiera. Es algo más que
ir a trabajar”. “- ¿Va a llevarse algo especial a la luna? – Si pudiera me llevaría
más combustible”. “Solo han pasado sesenta años desde que aprendimos a volar”. “Es
un pequeño paso para el hombre pero un gran salto para la humanidad”.
REFERENCIAS: “Elegidos para la
gloria”, “First man” y “Apolo 13”, en ese orden, podrían formar una trilogía
cronológica sobre la carrera espacial norteamericana perfecta. De ellas, “First
man” es la mejor y resulta incomprensible como no se había llevado al cine
antes un hecho tan importante en la historia de la humanidad. Y añadiría
“Spacewalker” para ver esa carrera desde el lado soviético. Y a nivel de
estilo, me ha recordado en algunas fases a “Interstellar”.
CONCLUSIÓN: 8’5. Chazelle se doctora fuera de su zona de confort
mostrándonos la mayor proeza de la humanidad hasta la fecha, a través de la
figura de Amstrong.
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