FICHA
TÉCNICA
Título: Picnic
at Hanging Rock.
Dirección: Larysa Kondracki,
Michael Rymer, Amanda Brotchie.
País: Australia.
Año: 2018.
Duración: 360 min.
Género: Intriga,
drama.
Interpretación: Natalie
Dormer, Lola Bessis, Lily Sullivan, Harrison Gilbertson, Emily Gruhl, James
Hoare, Madeleine Madden, Jonny Pasvolsky, Yael Stone, Samara Weaving, Bethany
Whitmore, Kaarin Fairfax, Roslyn Gentle, Aaron Glenane, Nicholas Hope, Sibylla
Budd, Mardi Edge, Ines English, Roby Favretto, Dan Haberfield, Jodi Haigh, Anna
McGahan, Julie Nihill, Stephen Ballantyne.
Guión: Alice
Addison, Beatrix Christian (Novela: Joan Lindsay).
Música: Cezary Skubiszewski.
Fotografía: Garry Phillips.
Distribuidora: Amazon
Video.
CRÍTICA
SINOPSIS: Año 1900. Día de San Valentín. Las alumnas de
una escuela de señoritas de Australia realizan una excursión a las cercanías de
un conocido monte llamado Hanging Rock. Tres de las chicas y una profesora
desaparecen sin dejar rastro y en la actualidad sigue siendo un misterio lo que
ocurrió aquel día.
LO MEJOR: Seguramente si Jack el Destripador
hubiera sido apresado, su historia no habría trascendido ni una cuarta parte de
lo que ha sido por el hecho de que se haya mantenido en el anonimato. Y es
justo lo que ha ocurrido con el misterio de Hanging Rock pero extrapolándolo al
país de los canguros, que de alguna manera reivindica esa Australia misteriosa.
Fueron tantas y tan variopintas las teorías que se dieron que pasó a la
historia como uno de los casos más intrigantes conocidos. En cuanto a la serie,
su gran baza es estar muy segura de la definición estilística, con un
tratamiento mágico, poético y onírico que, por cierto, es bastante familiar.
Pues si me hubieran dicho que estaba dirigida por Sofía Coppola (que no ha
tenido nada que ver ni en producción ni nada) quien anteriormente reconoció que
la película que primeramente adaptó esta historia de la mano de Peter Weir
influyó en dos de sus películas, “Las vírgenes suicidas” (evidente) y “María
Antonieta”. Ahí podría estar la explicación de la presencia en la serie de
temáticas como el despertar sexual en la adolescencia y un nada explícito pero
si insinuado erotismo muy marcadamente impreso en la sensualidad de las
actrices de la serie. Además, el guión nos esboza lo que podría haber sido una
relación entre las chicas, en una vorágine de celos, amoríos y envidias. Todo
bajo el influjo de una ambientación clásica pero mostrada en pantalla de forma
muy moderna y actualizada y con una fuerte presencia de la fotografía, muy
trabajada y que lo envuelve todo en un aura de misterio.
Interpretación: Desde luego que aquí
Natalie Dormer es la reina de la fiesta, a pesar de que, según sus propias declaraciones lo pasó
horriblemente mal en el rodaje de ciertas escenas relativas a castigos físicos
de las alumnas. El reparto es mayoritariamente femenino y hay que decir que en líneas
generales a un gran nivel. En el sector más joven habría que destacar el
embrujo hipnótico que desprenden especialmente Samara Weaving (“The
babysitter”) y Lily Sullivan (“La jungla). Sobre estas tres actrices se
sustenta toda la historia con un poco de ayuda de Lola Bassis.
Escena (spoiler): La serie da varias
pistas sobre lo que pudo ocurrir, inclinándose por la visión más realista, pero
sin llegar a decantarse claramente. Hay que resaltar que el lugar de la
desaparición ya contaba previamente con una leyenda, quizá por ello se elucubraron
diversas teorías de índole paranormal, como que las chicas fueron abducidas por
un OVNI, que entraron en un universo paralelo o que fueron absorbidas por las
propiedades mágicas de aquel monte. Otra teoría, más terrenal, es que quizá
fueron secuestradas para abusar de ellas. Hubo dos sospechosos pero se me
antoja cogido con pinzas porque una de ellas fue encontrada y recuperada y
nunca los denunció, además de no presentar magulladuras. En la serie se
aventuran también a que podría haber sido una huida pues llegan a preguntar por
unas grutas en la montaña. Quizá pudieron perderse y morir en su interior. Pero
no está documentada su existencia. Yo me inclino porque puede que las chicas,
presas del calor (se quitaron corsés y faldas) y la insolación, cayeran por las
rocas. O es posible que tuvieran planeado un suicidio en grupo y la
desaparición de los cuerpos fuera producto de la acción de animales e insectos.
Pero los huesos no desaparecen. Y la profesora ¿también formando parte de ese
suicidio? Y la superviviente ¿estar durante nueve días inconsciente y sin
rasguños en sus pies descalzos? Supongo que la respuesta nunca la conoceremos.
LO PEOR: Ese estilo tan remarcado, esa apuesta
tan clara por ser visualmente diferente puede dar lugar que se la acuse de
pomposa y ese adjetivo que tanto les gusta a los haters, pretenciosa. Quizá,
pero está claro que han pretendido hacer algo distinto y lo han conseguido. Y
sí, tal vez en ocasiones el desarrollo sea algo lento. Pasa en las mejores
familias.
CITAS: “A
partir de ahora no se volverá a hablar de las chicas desaparecidas ni se pronunciará su nombre”. “Nada.
Desaparecidas. Probablemente muertas”. “La cabeza y el corazón. Si elige uno,
el otro le acosará como un fantasma”.
REFERENCIAS: Joan Lindsay escribió
la novela “Picnic en Hanging Rock” en la que se basó Peter Weir para realizar
la adaptación a película del mismo título. Estilísticamente la serie se acerca
a Sofía Coppola, especialmente en “Las vírgenes suicidas” y “La seducción”.
CONCLUSIÓN: 7’5. Un
tratamiento mágico, poético y onírico muy parecido al estilo de Sofía Coppola.
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