jueves, 23 de agosto de 2018

Escenas Míticas: Leyendas - Sé lo que hicisteis el último verano




   Un año después del estreno de “Scream”, se confirmaba que la novedad iba más allá de la moda y se convertía en una fórmula con sus propias señas de identidad. El mismo guionista de la película de Wes Craven, Kevin Williamson volvía a proponer una conversión del slasher clásico, una reinvención del asesino enmascarado (o una indumentaria concreta) en busca de presas jóvenes, preferiblemente. Es por ello que podemos establecer diferencias ente el slasher setentero/ochentero y noventero.





   El slasher clásico (los Myers/Voorhees/Krueger/Leatherface ...) normalmente eran jóvenes pero en absoluto integrados en la sociedad, normalmente escondidos u ocultos durante un periodo de tiempo, muchas veces víctimas de algún agravio (burla, muerte, accidente). Salvo excepciones, la mayoría ni siquiera son capaces de hablar, a menudo, disminuidos psíquicos. Siempre hombres, tremendamente fuertes (hasta parecer inmortales ... o serlo) generalmente muy lentos pero inalterables, imparables. Nunca mueren y cuando lo hacen, resucitan. Y sus presas son totalmente al azar y en lugares aislados como campamentos de verano y demás. Habitualmente llevan máscaras y están deformados y tienen predilección por un arma en especial aunque no se cierran a cualquier otro método de asesinato brutal.



   Mientras que el slasher noventero responde al perfil de joven en edad universitaria como mucho. Integrados en la sociedad (de hecho, pasan inadvertidos). Es decir, tienen doble personalidad y su alter ego es la identidad del asesino (Ghostface). Lo que sí es común con el clásico es que sus actos son en venganza por un agravio pasado. Son rápidos, pero débiles y considerablemente torpes (pueden ser innumerables sus caídas, las veces que son golpeados). Y una de las grandes diferencias, pueden ser tanto hombres como mujeres. Sus víctimas son seleccionadas y atacadas tanto en centros escolares (institutos...) como pequeños pueblos o ciudades. Utilizan una sola arma y una máscara (en su defecto van cubiertos con una capucha o algo que oculte su cara). Eso sí, mueren, pero muchas veces son sustituidos por alguien que ocupa su rol.



   Esta película se basa en una leyenda de carretera. Una de tantas, hay muchas vertientes. La más conocida es la célebre “chica de la curva”. Pero hay otras más de tipo urbano. El cine ha demostrado que en la carretera sólo te puedes encontrar con problemas. O bien te persigue un vehículo del que la identidad del conductor y sus motivos nos son desconocidos, o recogemos a un autoestopista que resulta ser un psicópata. O como ocurre aquí, atropellas a alguien y más preocupados de no destrozar nuestras vidas, ocultamos las pruebas.



   Pero aquí viene la mezcla con el slasher, el agraviado no ha muerto y vuelve para vengarse. Williamson variaba el perfil del asesino respecto al de” Scream” pero en definitiva la fórmula es la misma. Un tipo con una indumentaria determinada, un arma característica (aquí un garfio) que va acabando con adolescentes. Sin embargo “Se lo que hicisteis el último verano” apenas tiene humor. No tiene interés en el homenaje y mucho menos en la autoparodia.



   El director del asunto era el debutante Jim Gillespie, que anteriormente solo contaba con un corto y que en toda su filmografía cuenta con cuatro películas. La única reseñable es “D-Tox” con Sylvester Stallone. No supuso, por tanto, ningún espaldarazo para el director, aunque la película sí tuviera éxito. Pero sí le supuso a su protagonista, Jennifer Love Hewitt, convertirse en una de las “Scream Queens” más famosas de la década de los noventa.



   No obstante, no es que se convirtiera precisamente en una estrella de cine, donde solo cuenta con algunas comedias simpáticas como “Las seductoras” o “El esmoquin”. Pero sí de la televisión convirtiéndose en la Melinda Gordon que hablaba con los espíritus en la serie “Entre fantasmas” o Riley Parks, la muy sensual masajista en “The client list”. Curiosamente, a pesar de convertirse casi instantáneamente en una sex symbol (gracias a sus atributos físicos), jamás se ha desnudado en pantalla, aunque si ha sacado partido a sus escotes.



   El resto del reparto también tiene caras conocidas, con otra peculiaridad, se han ido cruzando en diferentes proyectos a lo largo de sus carreras. Sarah Michelle Gellar siempre será recordada por ser “Buffy, caza vampiros” pero también participó en otro famoso slasher, más bien su secuela, “Scream 2” y en “Crueles intenciones” donde volvió a coincidir con Ryan Phillips y también hizo lo propio con otro integrante del reparto de “Sé lo que ….” Freddy Prince Jr en “Scooby-Doo”, donde, a su vez, participaba Mathew Gillard, es decir,  uno de los asesinos de “Scream”. El mundo es un pañuelo.



   “Sé lo que hicisteis el último verano” ha pasado como una de las más famosas del subgénero iniciado con “Scream” y que dio lugar a otros ejemplos que se unieron a las sucesivas secuelas de ambas, como “Leyenda Urbana” o “Un San Valentín de muerte”. Por cierto, que tuvo dos secuelas “Aún sé lo que hicisteis el último verano” y “Todavía sé lo hicisteis el último verano” (aquí Jenniffer Love Hewitt se bajó del tren). Tuvo criticas mixtas, pero al público le encantó. Costó solo 17 millones de dólares y recaudó 125 en taquilla.

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