Un año después
del estreno de “Scream”, se confirmaba que la novedad iba más allá de la moda y
se convertía en una fórmula con sus propias señas de identidad. El mismo guionista
de la película de Wes Craven, Kevin Williamson volvía a proponer una conversión
del slasher clásico, una reinvención del asesino enmascarado (o una indumentaria
concreta) en busca de presas jóvenes, preferiblemente. Es por ello que podemos
establecer diferencias ente el slasher setentero/ochentero y noventero.
El slasher clásico
(los Myers/Voorhees/Krueger/Leatherface ...) normalmente eran jóvenes pero en
absoluto integrados en la sociedad, normalmente escondidos u ocultos durante un
periodo de tiempo, muchas veces víctimas de algún agravio (burla, muerte,
accidente). Salvo excepciones, la mayoría ni siquiera son capaces de hablar, a
menudo, disminuidos psíquicos. Siempre hombres, tremendamente fuertes (hasta
parecer inmortales ... o serlo) generalmente muy lentos pero inalterables,
imparables. Nunca mueren y cuando lo hacen, resucitan. Y sus presas son
totalmente al azar y en lugares aislados como campamentos de verano y demás. Habitualmente
llevan máscaras y están deformados y tienen predilección por un arma en especial
aunque no se cierran a cualquier otro
método de asesinato brutal.
Mientras que el
slasher noventero responde al perfil de joven en edad universitaria como mucho. Integrados en la sociedad (de hecho, pasan inadvertidos).
Es decir, tienen doble personalidad y su alter ego es la identidad del asesino
(Ghostface). Lo que sí es común con el clásico es que sus actos son en venganza
por un agravio pasado. Son rápidos, pero débiles y considerablemente torpes
(pueden ser innumerables sus caídas, las veces que son golpeados). Y una de las
grandes diferencias, pueden ser tanto hombres como mujeres. Sus víctimas son
seleccionadas y atacadas tanto en centros escolares (institutos...) como pequeños
pueblos o ciudades. Utilizan una sola arma y una máscara (en su defecto van
cubiertos con una capucha o algo que oculte su cara). Eso sí, mueren, pero
muchas veces son sustituidos por alguien que ocupa su rol.
Esta película
se basa en una leyenda de carretera. Una de tantas, hay muchas vertientes. La más
conocida es la célebre “chica de la curva”. Pero hay otras más de tipo urbano.
El cine ha demostrado que en la carretera sólo te puedes encontrar con
problemas. O bien te persigue un vehículo del que la identidad del conductor y
sus motivos nos son desconocidos, o recogemos a un autoestopista que resulta
ser un psicópata. O como ocurre aquí, atropellas a alguien y más preocupados de
no destrozar nuestras vidas, ocultamos las pruebas.
Pero aquí viene
la mezcla con el slasher, el agraviado no ha muerto y vuelve para vengarse.
Williamson variaba el perfil del asesino respecto al de” Scream” pero en
definitiva la fórmula es la misma. Un tipo con una indumentaria determinada, un
arma característica (aquí un garfio) que va acabando con adolescentes. Sin
embargo “Se lo que hicisteis el último verano” apenas tiene humor. No tiene
interés en el homenaje y mucho menos en la autoparodia.
El director del
asunto era el debutante Jim Gillespie, que anteriormente solo contaba con un
corto y que en toda su filmografía cuenta con cuatro películas. La única
reseñable es “D-Tox” con Sylvester Stallone. No supuso, por tanto, ningún
espaldarazo para el director, aunque la película sí tuviera éxito. Pero sí le
supuso a su protagonista, Jennifer Love Hewitt, convertirse en una de las
“Scream Queens” más famosas de la década de los noventa.
No obstante, no
es que se convirtiera precisamente en una estrella de cine, donde solo cuenta con
algunas comedias simpáticas como “Las seductoras” o “El esmoquin”. Pero sí de
la televisión convirtiéndose en la Melinda Gordon que hablaba con los espíritus
en la serie “Entre fantasmas” o Riley Parks, la muy sensual masajista en “The
client list”. Curiosamente, a pesar de convertirse casi instantáneamente en una
sex symbol (gracias a sus atributos físicos), jamás se ha desnudado en
pantalla, aunque si ha sacado partido a sus escotes.
El resto del reparto
también tiene caras conocidas, con otra peculiaridad, se han ido cruzando en diferentes proyectos a lo largo de sus
carreras. Sarah Michelle Gellar siempre será recordada por ser “Buffy, caza
vampiros” pero también participó en otro famoso slasher, más bien su secuela,
“Scream 2” y en “Crueles intenciones” donde volvió a coincidir con Ryan
Phillips y también hizo lo propio con otro integrante del reparto de “Sé lo que ….”
Freddy Prince Jr en “Scooby-Doo”, donde, a su vez, participaba Mathew Gillard,
es decir, uno de los asesinos de
“Scream”. El mundo es un pañuelo.
“Sé lo que
hicisteis el último verano” ha pasado como una de las más famosas del subgénero
iniciado con “Scream” y que dio lugar a otros ejemplos que se unieron a las
sucesivas secuelas de ambas, como “Leyenda Urbana” o “Un San Valentín de
muerte”. Por cierto, que tuvo dos secuelas “Aún sé lo que hicisteis el último
verano” y “Todavía sé lo hicisteis el último verano” (aquí Jenniffer Love
Hewitt se bajó del tren). Tuvo criticas mixtas, pero al público le encantó.
Costó solo 17 millones de dólares y recaudó 125 en taquilla.
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