martes, 28 de octubre de 2025

Escenas Míticas: Transformaciones físicas - La ballena

 


   Sin duda, una de las transformaciones físicas más impactantes de los últimos años fue la de Brendan Fraser para esta película, en la que interpretaba a un profesor recluido en su propia casa con una obesidad mórbida que le produce un grave riesgo para su salud. Fraser no engordó para el papel, sino que fue todo un trabajo excepcional de maquillaje, que fue premiado con el Oscar, al igual que el propio actor.


   Aunque su mayor mérito para conseguirlo no fue precisamente hacer gala de esa impresionante transformación, sino conmover a todo espectador que veía la película. Curiosamente bajo una enorme prótesis que pesaba más de 90 kg, Fraser estaba en una excelente forma, pues tuvo que ejercitar sus músculos para poder manejar precisamente esa prótesis de cuerpo entero.


   Para la cual llegó a soportar sesiones de maquillaje de hasta diez horas, siete de ellas para la parte de la cabeza. Para colocarle el traje y maquillarlo, se necesitaban cuatro personas. El mérito en su interpretación se basa en que tras esas maratonianas sesiones, realizó una de las actuaciones más desgarradoras que un servidor haya visto en muchos años. Recuerdo que cuando las luces de la sala se encendieron, la mayoría de la gente no podía ni hablar, muchos de ellos con lágrimas en los ojos y sorbiéndose los mocos.


   Supuso la reivindicación de un actor maltratado por Hollywood, que tras triunfar con películas como “George de la jungla”, “Al diablo con el diablo” o la saga de “La momia”, fue dado de lado por la industria. Incluso el actor acusó a un importante miembro de la organización de los Globos de Oro, de acosarlo sexualmente. No se pudo demostrar pero a partir de ese momento la carrera de Brendan Fraser cayó en picado, lo cual lo sumió en una enorme depresión.


   Por tanto, en parte, el actor dejó en el personaje gran parte del infierno que él mismo había pasado. Aunque la historia tiene más de autobiográfico con su guionista, Samuel D. Hunter, que adaptaba su propia obra de teatro y se basaba en su propia vida, en la que, como el Charlie de “La ballena”, es homosexual, profesor y tuvo graves problemas de ansiedad que provocaban caer en los atracones de comida.


   El director, Darren Aronofsky, llevaba diez años con intención de llevar esa obra de teatro a la gran pantalla pero no encontraba el actor adecuado. Hasta que surgió Brendan Fraser, a quien su propia historia personal le hacían el actor perfecto, a quien, como hizo con Mickey Rourke en “El luchador”, consideraba injustamente ignorado y pretendía rescatar dándole la posibilidad de reivindicarse.


   Y el actor se lo agradeció dejándose todo en el personaje, regalándole a él y a nosotros una soberbia interpretación con la que fue ovacionado durante más de seis minutos en el Festival de Venecia y con la que arrasó en la temporada de premios, culminándose su éxito, y resurrección, con el Oscar. Pero además está magníficamente acompañado por la joven Sadie Sink, Hong Chou (también nominada pero que no premiada) y Samantha Morton.


   Como en otras películas anteriores de Darren Aronofsky, retrataba un personaje torturado, como en “Pi, fe en el caos”, “Réquiem por un sueño”, “Cisne negro”, “Noé” o “Madre”. Lo encerraba en un formato de pantalla con la relación de aspecto 4:3, muy cuadrada, que realzaba la claustrofobia de una historia rodada prácticamente de forma íntegra en interiores, algo que ya venía de la obra teatral que adaptaba.


   El cineasta quería hablar de la salud mental y de las conductas autodestructivas. Sin embargo, no todos lo interpretaron así. La película tuvo sus dosis de controversia, acusándole de estigmatizar a las personas obesas, de retratarles como gente siempre triste y presa de la comida, de generar con ella la “gordofobia”. Cuando lo que Aronofsky quería es retratar a una persona con un problema mental. Su obesidad sólo es una de las consecuencias de ello.


   Aunque si tiraba el gancho con la obesidad, engañando a los espectadores que previamente de ver la película podían pensar, yo lo hice, que “La ballena” era Charlie, el protagonista. Cuando la ballena se refiere a la de “Moby Dick”, y a una redacción sobre la obra literaria de Herman Melville, de su hija, qué es lo que le demuestra que es una buena persona y con la que quiere hacer las paces antes de morir.


   La película tuvo muy buenas críticas, destacando principalmente las interpretaciones de los actores, no sólo la de Brendan Fraser. Y económicamente le fue de maravilla, sólo costó 3 millones de dólares y recaudó 54 en taquilla.

domingo, 26 de octubre de 2025

Una casa llena de dinamita

 

   FICHA TÉCNICA

Título: Una casa llena de dinamita.
Dirección: Kathryn Bigelow.
País: Estados Unidos.
Año: 2025.
Duración: 112 min.
Género: Thriller, intriga.
Interpretación: Idris Elba, Rebecca Ferguson, Gabriel Basso, Jared Harris, Tracy Letts, Anthony Ramos, Moses Ingram, Jonah Hauer-King, Malachi Beasley, Brian Tee, Brittany O'Grady, Gbenga Akinnagbe, Willa Fitzgerald, Renée Elise Goldsberry, Kyle Allen, Kaitlyn Dever, Greta Lee, Jason Clarke.
Guion: Noah Oppenheim.
Producción: Greg Shapiro, Kathryn Bigelow, Noé Oppenheim.
Música: Volker Bertelmann.
Fotografía: Barry Ackroyd.
Distribuidora: Netflix.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: Se detecta que un misil va en dirección a los Estados Unidos. A partir de ese momento el objetivo es interceptarlo, pero también descubrir de donde procede el ataque y como actuar en consecuencia. Y todo a contrarreloj.

   LO MEJOR: De un tiempo a esta parte, desde “En tierra hostil”, cada vez que Kathryn Bigelow hace una película, se convierte en una de las mejores del año, condición que ha vuelto a confirmarse con esta. Aunque nos haga esperar mucho de una a otra, pues esta vez ha tardado la friolera de ocho años en regalarnos otro peliculón como este. Bigelow exhibe su vibrante nervio narrativo, a la altura de los Nolan, Villeneuve o Fincher, con los que la directora se codea sin ningún problema. Haciendo uso de su ya característica cámara en mano, aunque no hay escenas de acción propiamente dichas, pues se basa en personajes teniendo conversaciones, pero de una intensidad brutal, valiéndose de un montaje magistral, al más puro estilo del mejor Oliver Stone, que le permite tener un ritmo de narración que no decae, para contarnos una historia de no más de media hora real pero desde tres puntos de vista distintos, aunque entrecruzados, que funciona como un reloj gracias a un guion muy sólido. Un relato antibelecista pero no desde el género bélico sino desde el thriller político, que nos plantea lo que podría suponer un ataque nuclear para uno de los países más potentes del planeta y lo que supondría su respuesta para el mundo, algo que, tal y como está actualmente podría perfectamente pasar. Eso es lo más terrorífico, todo el tiempo tienes la sensación de que esto podría pasar mañana, es más, podría pasar hoy. Y nos recuerda que nuestro futuro, el de la humanidad entera, está en manos de unos pocos dirigentes políticos. Si no pasa nada raro, debería estar presente en los próximos Oscars, aunque ya ignoraron la anterior gran película de Kathryn Bigelow, “Detroit”.

   Interpretación: Tiene un reparto tremendamente coral, sin un protagonista claro, con el tiempo muy repartido. Quizá podría destacarse algo más a Rebecca Ferguson e Idris Elba pero junto a un amplio abanico de “secundarios” como Jason Clarke, Greta Lee, Jared Harris, Tracy Letts, Gabriel Basso, Anthony Ramos . . . Cuyos personajes Bigelow es capaz de definir con muy poco tiempo en pantalla, otro de los aciertos de la cineasta.

   Escenas (SPOILERS!!): De los tres segmentos de la película, correspondientes a esos tres puntos de vista, es el primero el más potente pues tiene un suspense asfixiante desde el principio. Quizá es el único pero de la película, que ese suspense decrece sensiblemente pues ya sabes cómo van a terminar los siguientes segmentos. Por eso son más impactantes los momentos de descubrimiento del misil en dirección a los Estados Unidos, el fallido intento de intercepción y el inminente impacto en suelo americano. Porque de las tres preguntas que quedan abiertas al final esa es la más clara de responder. El misil va a impactar y lo va a hacer en Chicago. La otra es saber quién es el agresor. Parece descartar a Rusia y China, dejando más en el aire Corea del Norte, pero sin llegar a confirmarlo. La última es saber que va a decidir el presidente norteamericano. Si decide tomar represalia se podría producir una guerra nuclear que pondría a todo el planeta en riesgo. Pero si decide esperar se expone a volver a ser atacado fatalmente para el país. Por lo que Bigelow nos muestra del personaje de Idris Elba, podemos pensar que va a intentar no provocar una catástrofe nuclear a nivel mundial. Pero quién sabe.

   LO PEOR: Hay que tener muy claro que esto no es un típico blockbuster americano lleno de héroes que pretenden salvar el mundo. No, es una historia muy realista, cuyo final dejará frío a la mayoría pues queda totalmente abierto a la interpretación de cada uno, sin cerrar las dos grandes incógnitas que se plantean en la trama, porque la película verdaderamente no habla de eso.

   REFERENCIAS: El estilo de dirección está en la línea de películas anteriores de Bigelow como “En tierra hostil” o “La noche más oscura”. Temáticamente plantea dilemas como los mostrados en títulos como “Marea roja” o “Trece días”.

   CONCLUSIÓN: 8. Kathryn Bigelow vuelve a colocar una película suya entre lo mejor del año con otro thriller asfixiante, hablándonos del riesgo nuclear en el que está sumido nuestro mundo y que depende de unas pocas personas.



sábado, 25 de octubre de 2025

Música de Película: Tron Ares

 


   Seguramente que muchos no sepan que el grupo de rock alternativo Nine Inch Nails tiene ya un buen repertorio de bandas sonoras de películas a su cargo. Es más, tienen dos Oscars, por "La red social" y "Soul", lo que no puede decir todo el mundo. Aquí también se han ocupado de la música, concretamente sus dos miembros principales, Trent Reznor y Atticus Ross, en su vertiente más electrónica y con una potencia brutal, que le va a la película como anillo al dedo.




Tema: What have you done.

Película: Tron Ares.

Intérprete o compositor: Nine inch nails.




Tema: Init.

Película: Tron Ares.

Intérprete o compositor: Nine inch nails.




Tema: As alive as you need me to be.

Película: Tron Ares.

Intérprete o compositor: Nine inch nails.



viernes, 24 de octubre de 2025

Microcríticas Express: Deep blue se 3/Predator, killer of the killers/La muerte de un unicornio

 



   No me creo lo que voy a decir. Me ha gustado esta película. También es que lo digo teniendo en cuenta que el nivel más habitual de las películas sobre este subgénero, tiburones, es
muy bajo y en bastantes más casos de lo que a uno le apetecería, con ejemplos deleznables. Aún así, suelo ver muchas sobre estos pececillos y confieso que “Deep blue sea” es una de mis favoritas, pero tras ver la deplorable secuela no sé ni como me he atrevido a ver esta, solo basándome en una escena que vi por casualidad, que me pareció bien rodada. Porque acertadamente, aquí han querido volver al camino de la primera, más que de la segunda. Ojo, nadie está diciendo que sea buena, de hecho, es mala, pero no muy mala. Porque son plenamente conscientes que quien se ponga a ver esta película no es precisamente por el guion, sino para ver muchas escenas de tiburones, y eso es lo que te ofrecen. Y es que están bastante decentemente bien hechos y además, hay varias escenas submarinas rodadas con un suspense muy logrado y buena factura. A parte de que la idea de desarrollar toda la historia en torno a una isla flotante a lo “Waterworld”, está chula. Ahora, hay que perdonarle cosas como que todo el mundo que se meta en el agua vaya debidamente equipado con su traje de neopreno y demás, menos la protagonista, Tanya Raymonde (“Perdidos”), que va permanentemente en bañador, no vaya a perderse alguien el cañón de tía buena que es. Y si en la primera parte, los escualos sabían latín, aquí se han sacado dos carreras, un master y se han leído dos veces “El Quijote”. Pero bueno, la diversión que ofrece a cambio de esos pecadillos lo compensa, porque lo reconozco, me ha entretenido e, incluso, me lo he pasado bien. 5’5.


   Estoy reflexionando sobre si soy de otro planeta o estoy viviendo en una realidad alternativa. Porque yo no entiendo nada. Me maravillo de comprobar como se cargaron tanto las tintas con una película de verdad como era “Prey”, sacándole toda clase de críticas absurdas, mirándole hasta los empastes y, sin embargo, se le hace la ola a esta, perdonándole todos sus pecados (que los tiene), elevándola a los altares como película mejor valorada sobre este personaje. Que si, que tiene muy buena animación. Que si, que tiene muy buenas secuencias de acción. Faltaría más, porque es lo único que tiene. Porque lo que es argumento, no. El guion no creo que ocupara más de dos folios (por una cara). A ver, que tampoco esperaba que se pusieran a recitar a Shakespeare, pero es que no tiene ni diálogos. Básicamente son unos ochenta minutos de peleas, sin ningún hilo narrativo, divididos en tres cortos (que no historias) pegados con pegamento. Por cierto, el tercero no tiene ni puñetero sentido, a no ser que el protagonista fuera Ethan Hunt disfrazado y clarividente. Sin embargo, y esa es la pena, que bien hubiera estado la de los vikingos o los samuráis pero bien desarrolladas, incluso en una película propia. Pero no, esto parece más un “what if” de acción a matacaballo, cosa que nunca ha sido la saga de “Predator”, que tanto las buenas como las malas, eran una mezcla
de aventuras, ciencia ficción, suspense, terror y si, también acción, pero no solo eso. Es entretenida, hay mucha sangre y gore, y los combates son tremendos, pero no es una gran película, como la está poniendo todo Dios. Al menos en mi planeta o en mi realidad alternativa. 6.


   No lo escondo, me chiflan las películas en las que los animales se cargan a los humanos, las que en general se califican como monster movies. He visto literalmente de toda clase de bichos. Tiburones, cocodrilos, murciélagos, leones, lo que sea. Narices que he visto hasta de castores. Pero creo que de unicornios esta es la primera. Porque aquí los van a mostrar muy alejados de la imagen de los cuentos o las fábulas fantásticas, incluso de los sueños de un androide. No, aquí el unicornio es uno de esos monstruos, y precisamente ese es el mayor atractivo de la película. Además, que la cosa se presentaba bien, con la productora A24 volviendo a apostar por una iniciativa arriesgada y y Ari Aster como productor. Pero no les ha terminado de salir, especialmente porque parece que no sabe lo que quiere ser, si una película para todos los públicos o solo para adultos. Porque el tono y el humor es el de una típicamente familiar pero las muertes son para una calificación R. Si, las víctimas pueden ser aplastadas, mordidas, destripadas o empaladas, y la verdad es que son lo mejor de la película y se agradece que no se corten con el gore. Ahora bien, contrasta con la mezcla de comedia. Deberían haber cargado todas las tintas hacia el terror o hacer uso de un humor claramente negro. Y se queda a medio camino. Porque el guion es una mera moralina sobre lo asquerosos que son los ricos, lo irrespetuosos que son los humanos con los animales y la naturaleza y lo que son capaces de hacer los padres por los hijos. Pero, en definitiva, aquí solo importa como van a matar a unos personajes que, aunque estén tras caras tan reconocibles como Jenna Ortega, Paul Ruud, Tea Leoni o Will Poulter, tienen bastante poca chicha. Entretiene pero poco más. 5’5.

martes, 21 de octubre de 2025

Escenas Míticas: Transformaciones físicas - El maquinista

 


   No podía faltar en este ciclo el rey de las transformaciones físicas en la que muy probablemente sea la más extrema de su carrera y que, si cabe, tiene aún más mérito si consideramos que es cien por cien real pues Christian Bale se negó a utilizar efectos especiales o maquillaje para acentuar su delgadez. Lo que vemos en pantalla respecto a su aspecto físico es exactamente lo que había fuera de ella.




   De hecho, cuando no estaba rodando, el actor ni siquiera hablaba, como en estado de ahorro de energías, reservando todas sus fuerzas para el tiempo de rodaje. Según sus propias palabras, su cuerpo estaba “sobreviviendo”. Y es que su dieta la componía un café solo sin azúcar, una lata de atún y una manzana. Eso a diario durante varios meses. Por lo visto, tras rodar su última escena para la película pidió que le pusieran un filete con patatas de inmediato.



   Bale perdió nada menos que 28 kg y su intención era bajar de los 45, lo cual no permitieron los productores pues sobrepasaba el límite que cubría el seguro médico. Una decisión, la de bajar de peso de forma tan exagerada, que fue totalmente unilateral. Ni el guion lo exigía (sólo decía que el personaje estaba muy delgado) ni el director se lo pidió. Fue el actor el que consideró necesario llevar al personaje al deterioro más extremo.



   Supuso la que creo que es una de las mejores interpretaciones de su carrera, y eso teniendo en cuenta que estamos hablando de uno de los mejores actores de las últimas tres décadas, es decir mucho. Le valió ganar el premio al mejor actor en el Festival de Sitges, aunque sorprendentemente no tuvo ninguno más. Sólo el del público de los Premios del Cine Europeo. Aunque sí tuvo otras nominaciones. Personalmente me parece para Oscar.



   Un actor que, como decía, se ha especializado en transformarse físicamente. De hecho, venía de películas como “American Psycho” o “El imperio del fuego”, donde lucía un cuerpo musculoso, para adelgazar precisamente en esta película, para posteriormente volver a recuperar el peso perdido y aumentarlo en otros 18 kg para meterse en el traje de Batman en “Batman begins”. Ha experimentado otros cambios físicos para películas como “The fighter”, “La gran estafa americana” o “El vicio del poder”.



   En el reparto le acompañaban Jennifer Jason Leigh, la española Aitana Sánchez Gijón (la película fue rodada en Barcelona íntegramente) y, de hecho, consta como una producción española aunque la trama se desarrolla en Estados Unidos, sin determinar la ciudad), el veterano de la serie B, Michael Ironside y John Sharian.



   Con toda seguridad es la mejor película de un Brad Anderson que curiosamente comenzó su no muy extensa filmografía con dos comedias románticas y que luego alternaba la televisión, participando en diversas series, con realizar algunas películas, no de un gran calado pero con títulos resultones como “Session 9” o “Transsiberian”, pero poco más. Anderson se inspiró literariamente en “El proceso” de Frank Kafka y cinematográficamente en el cine de Hitchcock, Polanski y David Lynch.



   Lo cual coincide con una de las referencias de su guionista, Scott Kosar, “El quimérico inquilino” de Roman Polanski. A parte de “El amigo americano” de Wim Wenders y la obra de Fiodor Dostoyevski, “El doble”. Kosar venía a describir el remake de “La matanza de Texas”, de 2003, pero su guion de “El Maquinista” es anterior pues llevaba diez años siendo rechazado por los estudios por considerar la historia demasiado oscura.



   Una historia muy psicológica, con un protagonista con un problema de insomnio, consumido por la culpa de un acto que no recuerda, en un constante estado de irrealidad, donde no se sabe cuanto hay de verdad y cuánto de alucinación. Es más, hay varias teorías acerca del significado de la película.



   Una de ellas decía que el protagonista sufría esquizofrenia, por tanto, todo lo que vemos está en su cabeza. Otra de ellas decía que estaba en una especie de purgatorio como castigo por un acto del pasado. Y la más clara era que la historia era un cúmulo de alucinaciones que componían un rompecabezas acerca de la culpa que inconscientemente sentía por atropellar a un niño y huir, lo cual le producía el insomnio.



   Algunos apuntaron a que tenía ramalazos de “El club de la lucha” o “Memento”. Tuvo muy buenas críticas en general. Costó cinco millones de dólares y recaudó ocho en taquilla.

domingo, 19 de octubre de 2025

Tron Ares

 

   FICHA TÉCNICA

Título: TRON: Ares.
Dirección: Joachim Rønning.
País: Estados Unidos.
Año: 2025.
Duración: 119 min.
Género: Ciencia ficción, acción.
Interpretación: Jared Leto, Greta Lee, Evan Peters, Hasan Minhaj, Jodie Turner-Smith, Arturo Castro, Cameron Monaghan, Gillian Anderson, Jeff Bridges.
Guion: Jesse Wigutow, Jack Thorne. Personaje: Steven Lisberger, Bonnie Macbird.
Producción: Jared Leto, Justin Springer, Emma Ludbrook.
Música: Nine Inch Nails, Trent Reznor, Atticus Ross.
Fotografía: Jeff Cronenweth.
Distribuidora: Walt Disney Pictures.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: Dos grandes empresas tecnológicas pugnan por tener el mayor adelanto de la historia informática y digital, poder rebasar la barrera de la realidad. Mientras esto ocurre, a un programa llamado Ares se le encomienda la misión de conseguir el código ansiado.

   LO MEJOR: Me parece bastante injusto el fracaso de taquilla que está suponiendo una película que considero muy disfrutable para una sala de cine. Está hecha para verla en una pantalla lo más grande posible, con un equipo de sonido lo más potente posible. Me temo que los que esperen a verla en casa se van a perder todo ese impacto. Porque es verdad que el guion es meramente accesorio (como en las anteriores, tampoco nos engañemos), pero es un caramelo visual, puro diseño de producción, pura estética y abundancia de efectos especiales, de nuevo, como sus predecesoras. Por aquí puede venir la explicación de por qué nunca ha triunfado realmente las películas de esta ya saga. Las tres entregas están separadas por 28 años, la primera de la segunda, y 15, de la segunda la tercera, y ni siquiera la “Tron” de 1982 fue un éxito, que pasó como un título de culto, aunque algunas nos volara la cabeza desde un principio. Y es cierto que nadie había pedido esta tercera. No obstante, yo confieso que entre el espectáculo visual y la música me lo he pasado muy bien. Porque está planteada como una experiencia audiovisual gracias a la combinación de sus virguerías estéticas con la potencia de la banda sonora compuesta por el grupo de rock Nine Inch Nails. Es como comerse una hamburguesa, sabes que no es la mejor comida posible pero disfrutas bastante de comerla. Eso es “Tron Ares”, una diversión de la que tras terminarla no te sientes culpable. Tiene más y mejores escenas de acción que sus antecesoras, amplía el escenario superando las barreras digitales del videojuego y es bastante más espectacular. Combina perfecto con unas palomitas.

   Interpretación: No tiene suerte Jared Leto cuando se mete en una franquicia, salvo en el caso de “Blade Runner 2019”, hasta el punto de que ya aparece gafe. Y sinceramente me parece injusto. Aunque aquí quien más brilla es Greta Lee, que uno se pregunta que hace en una película de este estilo, pero que aun así es lo más destacado. Y eso que en el reparto hay nombres como Evan Peter y Gillian Anderson. Y atención a la poderosa presencia física de Jodi Turner-Smith. Jeff Bridges más que un papel secundario hace un cameo largo.

   Escenas (SPOILERS!!): Claramente el aspecto más destacado es sacar las batallas y persecuciones del mundo digital de “Tron” al exterior, al mundo real. Y la verdad es que funciona de maravilla. La persecución de motos por toda la ciudad es una de las flipadas visuales del año. Como la entrada de la “nave” (voy a llamarla así) entre los edificios produciendo la consecuente destrucción urbanística. O la posterior persecución con el tanque. Las peleas cuerpo a cuerpo también son muy molonas. Lo dicho, es pura fantasía visual. En cuanto a la escena post créditos, está claro que pretende enlazar con una cuarta parte que probablemente nunca veamos.

   LO PEOR: No se puede ocultar, el guion es lo justito para tener la excusa de desplegar toda su maquinaria visual, que es muy generosa, pero que realmente no cuenta nada nuevo. En realidad, ni “Tron” ni “Tron Legacy” lo hacían. Nunca han tenido demasiado que contar más allá de jugar en el interior de un videojuego.

   REFERENCIAS: Forma parte de la saga iniciada en 1982 por “Tron” de Steven Lisberger y continuada por Joseph Kosinski en 2010, con “Tron Legacy”, y a la que “Tron Ares” supera. El fracaso de esta posiblemente lleve a Disney a cancelar la cuarta entrega. Por cierto, esta tiene un poco de “Matrix” en las escenas de acción.

   CONCLUSIÓN: 7. Aunque vaya a ser un fracaso de taquilla, lo cierto es que esta tercera parte es la más entretenida de la saga, un caramelo visual y sonoro ideado para disfrutar en una sala de cine acompañado de una buena ración de palomitas.




sábado, 18 de octubre de 2025

Microcríticas Express: 75 días/La infiltrada

 



   En su momento tuve bastante interés en verla porque si no es el crimen más mediático de la historia negra de España, poco le falta. Pero pasaban los años y no la veía por ninguna parte. Concretamente cinco. Y es que si ya tuvo innumerables problemas para producirse también los ha tenido para distribuirse. Soy consciente de que les pusieron mil zancadillas, que tuvieron que cambiar medio reparto porque se les iban los actores y que no ha debido ser nada fácil sacar la película adelante. Pero no justifica, y me duele decirlo porque este caso, el de las niñas de Alcásser, merecía una película en condiciones, que sea tan rematadamente mala. A ver, no es que esperara el “Prisioneros” de Denis Villeneuve pero si algo un poco digno. Aquí voy a dejar clara una cosa y es que hay que separar los hechos reales en los que se basa y lo que es su valor cinematográfico. Soy de los que piensa que la versión oficial falla por bastantes sitios y que hay muchas cosas que se ocultaron y quizá nunca lleguemos a saber. Bien, pues eso les daba mucho terreno para montar un buen thriller, ya fuera más o menos fiel a la realidad, que nadie tiene confirmada. Pues no, el guion es poco más que una ensalada de ingredientes de todas partes, como si les diera miedo decantarse claramente. Ya que estaban, haber tirado por el lado de la conspiración pero metiéndote hasta el fondo. No obstante, no es lo que más aguas hace, y ya es decir, sino las interpretaciones. Si no me he reído es porque el tema no era para reírse pero son de un nivel tan bajo que me han estado sacando de la película constantemente. Exageradísimas, hasta me han parecido en muchas ocasiones que no eran profesionales. Tampoco es que sea toda la culpa suya, la dirección de actores está claro que es inexistente y la narración es torpe e irregular, como poco, que no sabe si ser un drama desgarrador, un thriller judicial o uno policiaco. Porque aquí nadie sabe lo que está haciendo. Si esto lo hubiera cogido un Amenábar, Sorogoyen o Bayona . . . 3’5.


   En España no es como en Estados Unidos, donde a la que tienen un evento o situación de cierta relevancia, preparan una (o varias) películas al respecto. Aquí hay temas que parecen tabú. No hay películas sobre el 11-M, hay una sobre el caso de las niñas de Alcásser (que prácticamente nadie conoce) y hubo un tiempo en el que no se podía hablar de ETA. Pero tras el fin del conflicto, ha habido varias películas bastante buenas y esta es una de ellas. Se inspira en los casos de varias mujeres que actuaron como confidentes de la policía sobre los movimientos de la banda armada. Más concretamente en el de una que fue infiltrada, sin ninguna clase de formación, jugándose la vida y
teniendo que cortar el contacto con su familia. Al parecer, no es exactamente una adaptación de los hechos reales pero se le acerca bastante. Sobre todo en como refleja el clima político y social de aquellos años, casi te transporta a esa época. Esto si es un thriller en condiciones porque tiene un suspense brutal. Todo el tiempo está presente la sensación de peligro que sufre la protagonista, que podría ser descubierta en cualquier momento. Y eso se traslada al espectador, la tensión a través de un suspense que sabe mantener muy bien su directora, Arantxa Echeverría. Su narración retrata perfectamente como funcionaban los comandos de ETA y como hacía la policía para combatirlos. Pero si por algo destaca es por el nivel interpretativo. A parte de tener a uno de los mejores actores españoles, Luis Tosar, tiene a una gran Carolina Yuste, que fue premiada con el Goya a mejor actriz. Al igual que la película, aunque curiosamente no ganó ninguna más de las otras once categorías en las que estaba nominada. Extraño porque me parece que era la mejor película de largo de esa edición. Como referencia, tiene ciertos paralelismos con “El lobo”, pero es distinta. 7’5.

martes, 14 de octubre de 2025

Escenas Míticas: Transformaciones físicas - Monster

 


   En este caso la transformación física fue llevada a cabo por la que era (y es) una de las actrices más bellas de Hollywood, Charlize Theron, para convertirse en Aileen Wuornos, una prostituta asesina en serie, uno de los pocos casos de mujeres que lo hayan sido, y probablemente el más famoso de la historia moderna. Destaco lo de la belleza de Theron porque para parecerse a Wuornos precisamente tuvo que “afearse” considerablemente.




   Porque a parte de engordar quince kilos, tuvo que utilizar protésicos dentales, lentillas y una gran labor de maquillaje para asemejar su rostro al de la muy desmejorada Aileen. Además, la actriz leyó todas las cartas que escribió durante su estancia en el corredor de la muerte, durante más de una década, antes de ser ejecutada por inyección letal en 2002, un año antes del estreno de la película.



   La elección de Charlize Theron era considerada por su directora y guionista, Patty Jenkins, la única opción posible. Según sus propias palabras, de haberse negado, la película no habría sido posible. Pero no solo no lo hizo sino que además se implicó personalmente en el proyecto, convirtiéndose en productora ejecutiva de esta, avalándolo con su participación y consiguiendo así que saliera adelante tras haber sido rechazado por varios estudios. Así que sí, la película fue posible gracias a ella.



   Porque Charlize Theron tenía una motivación personal en meterse en este personaje en concreto, la de reivindicarse como actriz en un rol muy alejado de todos los que había interpretado hasta la fecha, uno que le alejaba de sus personajes de mujer guapa. Se podría decir que estaba empeñada en lucir lo menos bella posible, haciendo valer su talento interpretativo y sacudiéndose de un plumazo su imagen de modelo.



   El resultado no pudo ser mejor. Arrasó en todos los premios a los que optó, sin dar opción al resto de actrices que compitieron con ella por ellos, culminando en la consecución de la ansiada estatuilla del Oscar a mejor actriz del año. No solo eso, la crítica fue unánime, llegando a considerar su interpretación una de las mejores actuaciones femeninas en años.



   Sin embargo, para la coprotagonista se pensó primero en Kate Beckinsale, que declinó y fue Christina Ricci la elegida para dar vida a Shelby Wall, el nombre que se utilizó en lugar del verdadero, Tyria Moore, por motivos legales. Patty Jenkins las mantuvo separadas fuera del rodaje para que cuando estuvieran en pantalla se palpara la distancia entre ellas y la tensión, porque lo que buscaba era que no tuvieran química. Les acompañaba brevemente Bruce Dern.



   Patty Jenkins debutaba con esta película, escribiendo además el guion, basándose en el documental “Aileen Wuornos, the selling of a serila killer”, inspirándose en títulos como “Rio salvaje”, de Elia Kazan, y “El regreso”, de Hal Ashby. Tras esta película dirigió episodios en bastantes series y no fue hasta 2017 cuando volvió a estrenar una película en la gran pantalla, precisamente “Wonder Woman”, elegida quizá por su visión feminista. Pero no ha vuelto a dirigir desde su secuela, “Wonder Woman 1984”.



   Jenkins no solo quería contar la historia de un asesino en serie sino que también quería narrar el romance de dos marginadas, como si uno hubiera llevado a lo otro. Aileen afirmó que lo hizo para poder conservar a Shelby (Tyria) a su lado. Porque el principal motivo de los asesinatos fue el robo.



   Aunque aquí habría que profundizar más. Está claro que no respondía al perfil de otros asesinos. Y es que ser asesino en serie y ser psicópatas son cosas distintas aunque muchas veces vayan juntas. Ella no torturaba ni probablemente disfrutaba de sus actos. El asesinato era una cuestión accesoria para conseguir dinero con el que mantener a su pareja y de paso los vehículos de las víctimas. Aunque presumiblemente había un sentimiento de venganza hacia los hombres, que tanto la habían maltratado durante toda su vida.



   Aspecto que se refleja en la película y que despertó polémica acusándola de humanizar en exceso a la agresora, de victimizarla y de justificar sus actos, especialmente de cara a los familiares de las víctimas. Además, Aileen Wuornos adujo que las muertes fueron en defensa propia, asegurando que todos intentaron violarla. Y en el caso de la primera víctima pudo ser así, Richard Mallory, un violador en serie con antecedentes. Pero es difícil de creer que fuera igual con las otras seis víctimas.


   La película se basa de forma bastante realista en los hechos. Es cierto que Aileen tuvo una infancia de abusos sexuales continuados y que sufrió bullying y maltrato en su adolescencia, iniciándose muy joven en la prostitución. Su retrato fue aplaudido por la crítica y el público también respondió favorablemente. Costó 8 millares de dólares y recaudó 60 en taquilla.

domingo, 12 de octubre de 2025

Materialistas

 

   FICHA TÉCNICA

Título: Materialistas.
Dirección: Celine Song.
País: Estados Unidos.
Año: 2025.
Duración: 109 min.
Género: Romance, drama, comedia.
Interpretación: Dakota Johnson, Chris Evans, Pedro Pascal, Marin Ireland, Lindsey Broad, Dasha Nekrasova, Louisa Jacobson, Zoe Winters, Sawyer Spielberg.
Guion: Celine Song.
Producción: Christine Vachon, Pamela Koffler, David Hinojosa, Celine Song.
Música: Daniel Pemberton.
Fotografía: Shabier Kirchner.
Distribuidora: A24.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: Una mujer que se dedica profesionalmente a buscar pareja a solteros, se encuentra en un dilema, continuar una nueva relación con un hombre que reúne todas las condiciones que cualquiera demandaría, o darle una oportunidad a un antiguo amor.

   LO MEJOR: Que no le engañe a nadie la participación de varias estrellas en la película. Quien piense que esto es una comedia romántica típica de Hollywood es que no ha visto el anterior trabajo que la directora del evento, Celine Song, con el que debutaba, por cierto, “Vidas pasadas”, donde apreciaba un estilo muy marcado más cercano al de Sofía Coppola en “Lost in traslation”, que a la mayoría de películas románticas fabricadas de forma clónica al otro lado del charco. Porque si hay romance pero se sale de la típica fórmula habitual. Casi es como si quisiera deconstruirla. De primeras es que no hay prácticamente atisbo de comedia. Es más bien un drama. No una dramedia, un drama. Y lo segundo es que huye todo lo que puede de resultar una pastelada. Es una película puramente intimista, narrada con un ritmo pausado, tomándose su tiempo en cada una de las conversaciones, que son bastantes, de los personajes. De hecho, contrariamente a lo que cabía esperar, no incide especialmente en el tema del triángulo amoroso, sino que lo utiliza para reflexionar sobre la cantidad de factores necesarios para que una pareja funcione, centrándose en algunos que no son precisamente muy idealizados en otras películas de romances, que son el físico y el dinero, sobre todo, este último. Lo cual se representa sin cortarse en lo más mínimo en la agencia de citas en la que trabaja la protagonista, prácticamente un foro de compraventa de activos donde sus participantes se creen que están en un mercadillo y mienten más que hablan.

   Interpretación: No tanto como a Kristen Stewart con la saga “Crepúsculo” pero también a Dakota Johnson la ha marcado, y no precisamente de forma positiva, “Cincuenta sombras de Grey”. Y no me parece justo porque me es una muy buena actriz, con una sensibilidad especial en pantalla, lo cual demuestra sobradamente aquí. Ella es la reina de la función, a pesar de estar acompañada por dos estrellas masculinas actuales como son Pedro Pascal y Chris Evans, que están bien, pero a los que ella relega a secundarios, no coprotagonistas. Por cierto, es la primera vez que veo realmente bien a Chris Evans desde que aparcó el escudo del Capitán América.

   Escenas (SPOILERS!!): Me parece muy interesante como remarca la importancia del dinero en todos los ámbitos de la vida en general en los de la pareja en particular. No queda bonito en otras películas pero aquí sí se atreven a tratarlo por muy antirromántico que parezca. No tan de acuerdo estoy en cuanto a la relevancia que le da al físico. No digo que no la tenga, desde luego que la tiene. Y por supuesto que la gente miente al respecto. pero no tanto en cuanto a la altura. Sí, es más atractivo tener una buena estatura pero no como para que una persona de menos de 1’80 no lo sea. Y mucho menos como para que alguna se someta semejante atroz “tratamiento” para aumentar su altura. Lo que me parece más interesante es el tema de la agresión en una de las citas organizadas por la agencia, es decir, por ella.

   LO PEOR: No tiene la magia que conseguía su autora en su anterior película. Pero, sobre todo, es conveniente avisar de que la gente no se espere, atraída por los nombres de su reparto, un producto plenamente hollywoodiense, porque no lo es.

   REFERENCIAS: A aquellos que hayan visto el anterior película de Celine Song, “Vidas pasadas”, sigue en el terreno de Sofía Coppola. El tema del dinero se trata en una comedia romántica que se llama “Crazy rich asians”.

   CONCLUSIÓN: 7. Es más que palpable el empeño de Celine Song en alejarse de la habitual fórmula del género en Hollywood. No, está más cerca de su anterior trabajo en cuanto a tono. Es una reflexión sobre todo lo que le influye a una pareja.




viernes, 10 de octubre de 2025

Microcríticas Express: Monster, la historia de Ed Gein/Smoke

 




   De todos los asesinos en serie en los que se podían basar, este es uno de los que más me interesaba porque tenía la curiosidad de como iban a construir una historia que estaba llena de lagunas. A diferencia de otros como Jeffrey Dahmer o Ted Bundy, Ed Gein no contó prácticamente nada, no existe un documental con “Las cintas de Ed Gein”. Todo lo que sabemos de él, en su gran mayoría, son conjeturas. Y tras ver la serie he confirmado lo que me esperaba, que han rellenado todos esos huecos en la historia con pura fantasía. Así que me parece que más que basarse se han inspirado, (si, hay diferencia) en Ed Gein. Porque no es una reconstrucción de los hechos muy realista (olvidaos de la primera temporada dedicada a Dahmer precisamente) pero no por ello es una mala serie. Ryan Murphy ha aprovechado esto para darle un tono onírico, casi de fábula de terror, donde hay que tener muy en cuenta que gran parte de lo que vemos son alucinaciones del protagonista, la forma en la que él cree que están pasando las cosas. Eso si, Murphy ha cargado las tintas en exceso al enfocarlo demasiado hacia lo morboso, dando por buenos los rumores más oscuros de la historia original, como el tema del canibalismo o la necrofilia, que nunca se demostraron y, además, es hasta improbable que se produjeran. Así y todo, supone un interesante retrato de la locura, con una muy buena ambientación de la América profunda de la época y con una enorme interpretación de Charlie Hunnan (por cierto, su edad no concuerda con la del Gein de ese tiempo). Lo que me ha sorprendido es la manera en la que le emparentan con las películas que inspiró, “Psicosis”, “La matanza de Texas” o “El silencio de los corderos”, como si sus protagonistas influyeran en el original, de una forma muy curiosa. Y, por supuesto, ese guiño a “Mindhunter” (por favor, David Fincher, danos más de ella). 7.


   No es muy habitual ver un true crime basado en el caso de un pirómano. Pues aquí nos van a contar una historia inspirada en dos pirómanos en serie reales, John Leonard Orr y Thomas Sweatt. De Orr incluso se realizó un telefilm protagonizado por Ray Liotta. Curiosamente, en esa película salía John Leguizamo, que también forma parte del reparto de la serie. Digo los nombres verdaderos por si a alguien le interesa investigar, como a mí, cuanto hay de verdad en lo que nos relatan sobre ellos. Pero recomiendo hacerlo después de ver la miniserie al completo para no autospoilearos a vosotros mismos, porque hay un par de giros bastante interesantes en la trama. Aunque debo decir que la identidad de los culpables se revela muy pronto, casi desde el principio. No va de descubrir quienes son sino de conocerlos, ver como evolucionan y como los detienen. Sus motivaciones, sus modus operandi, si corresponden con la realidad, pero la historia en la que los engloban no. Para empezar estos pirómanos no coincidieron ni en el mismo tiempo ni en la misma ciudad, y la época en la que actuaron está varias décadas atrás, no en la actualidad. Al igual que la investigación y como se desarrolla dista mucho de como fue en realidad. Precisamente porque depende mucho de como están relacionados los personajes entre si es imposible que corresponda a una interpretación fidedigna de los sucesos que nos narran. Más allá de este aspecto, la trama es bastante interesante. Ya digo que es un tipo de criminal poco retratado en el cine y la televisión, y sinceramente no sabía demasiado de porque llevan a cabo sus actos y porque esa fascinación por el fuego. Aunque hay que decir que hay uno de ellos que tiene más protagonismo sobre el otro. Otro aspecto interesante es que aquí nadie de los “buenos” es precisamente ejemplar. Además, el elenco es muy acertado, aparte del mencionado Leguizamo, están muy bien Taron Egerton y Jurnee Smollett. 7.

miércoles, 8 de octubre de 2025

Escenas Míticas: Transformaciones físicas - La mosca (1986)

 


   La recientemente estrenada “The smashing machine”, donde vemos a un Dwayne Johnson casi irreconocible, nos da la oportunidad, o la excusa, de repasar algunas películas en las que sus protagonistas exhiben sendas transformaciones físicas que los alejan de sus aspectos habituales en el resto de sus filmografías.




   En este caso, Jeff Goldblum no aparece cambiado de inicio sino que vamos viéndole transformarse, ni más ni menos, que en una mosca tamaño humano. Por tanto, la transformación es progresiva hasta el punto que el monstruo final es una marioneta, porque ya el actor no podía "cambiar" tanto.



   Quién mejor que David Cronenberg para llevar a cabo esta transformación. Aunque su participación fue prácticamente una carambola pues el cineasta estaba en conversaciones para dirigir “Desafío total”. La primera opción era un por entonces desconocido Tim Burton, que rechazó el ofrecimiento, lo cual llevó a los productores a probar con Cronenberg, que le pareció más interesante este proyecto que el que acabaría por dirigir Paul Verhoeven.



   De haber aceptado Burton la primera elección iba a ser el que se convirtiera en protagonista de sus dos siguientes películas, “Bitelchus” y “Batman”, Michael Keaton, pero esta opción se truncó con la negativa del director. Lo que llevó a decantarse por Jeff Goldblum. A quien la acompañaría a su pareja por aquel tiempo, Geena Davis, antes de “Thelma y Louis”, y John Getz. El propio Cronenberg hacía uno de sus acostumbrados cameos.



   Quien con esta película prácticamente cerraba su etapa denominada “la nueva carne”, iniciada con “Vinieron de dentro de…”, “Rabia”, “Cromosoma 3”, “Scanners” y “Videodrome”, para pasar a una más psicológica de la cual ya había hecho “La zona muerta”, incluso antes de “La mosca”, y que ya marcaba el camino a una nueva etapa estilística y estética de su filmografía.



   Más que un remake del original de 1958, que adaptaba el relato corto de George Langelaan, qué curiosamente fue publicado por primera vez en la revista Playboy, era una nueva relectura de él, una versión muy distanciada de la primera adaptación. Tuvo una secuela tres años después, en 1989, dirigida por el que fue responsable de los efectos especiales y maquillaje en la primera parte, Chris Walas, trabajo que le reportó un Oscar de la Academia.



   Suya fue la idea de crear el vómito de Brundle-mosca mezclando miel, huevos y leche. O de idear una habitación giratoria para hacer que este pareciera que caminaba por las paredes y el techo. O del diseño de las “telecápsulas”, convertidas casi instantáneamente en iconos. Si uno oye la palabra teletransportación inconscientemente piensa en ellas. Para recrear la criatura final consultó a varios genetistas preguntándoles que podría generarse mezclando el ADN humano y el de una mosca.



   Un bicho que a pesar de lo grotesco de su imagen, con una marioneta realmente desagradable, fue capaz de conmovernos a todos cuando suplica con la mirada a Verónica (Geena Davis) que acabe con su sufrimiento. Pues Cronenberg quería hacer una metáfora de la degradación física y psicológica, tocando los temas, además, de la enfermedad, la identidad y la ambición científica.



   Para ello tomó como referencia “La metamorfosis “, de Frank Kafka, donde un hombre despertaba convertido en un insecto gigante. La película tuvo excelentes críticas y funcionó económicamente. Costó 15 millones de dólares y recaudó 60 en taquilla.



   Respecto a las escenas con los babuinos, Cronenberg lo pasó especialmente mal pues les tenía mucho miedo. Sin embargo, Jeff Goldblum no tuvo ningún problema, lo que facilitó las secuencias que compartían. Al parecer, eligieron al actor como macho alfa, quizá por su imponente físico de caso dos metros o porque pasaba mucho tiempo con ellos fuera del rodaje.



   Se descartaron dos escenas particularmente desagradables. En una de ellas, Brundle ponía un mono y un gato en una de la cápsulas y aparecían en la otra hibridados. En otra, Brundle atacaba a una anciana que se disponía a tirar la basura, por supuesto, echándole su vómito ácido en la cara. 



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