Lo
reconozco, me gustan estas películas de fantasía y si me incluyen
un dragón pues va a ser difícil que no vea esa película
precisamente. En ese sentido esta me ha entretenido bastante. Ahora que yo no he visto ese tono de terror que prometía el tráiler. Se
podría dividir en tres bloques fácilmente diferenciables. El primero
es el clásico cuento de hadas. El segundo es un survival de monster
movie. Y el tercero es una película de Marvel. Porque una cosa es
partir unos cuantos leños y otra es dar volteretas como si la
protagonista fuera la Viuda Negra. Se le va y mucho la pinza en esta
fase. Pero la actriz cumple bastante bien, Milly Bobby Brown se echa
la peli a sus espaldas y es capaz de mantener esto a flote ella
solita. Bueno, solita no, con mucha ayuda de una dragón muy bien
recreado. De hecho, visualmente la factura es notable. Hay que tener
en cuenta que no tiene un presupuesto de 200 millones de dólares,
sino de 70, que no está mal pero no estamos hablando del montante de
“Godzilla vs Kong”. Por eso, la ambientación, los escenarios y
demás, me han parecido muy atractivos estéticamente. El reino, la
cueva, . . . y si, nuevamente, el dragón. Hay que apuntarle al
español Juan Carlos Fresnadillo (“28 semans después”) su
eficiente puesta en escena en ese sentido. Eso si, por favor, no hace
falta subrayar tanto el mensaje de violencia de género y de
patriarcado, que no somos idiotas, ya se nota que es lo que quieren
contar y está bien, pero no hace falta metértelo con calzador. 6.
Que se haya convertido en poco tiempo en una de las películas más vistas de Nertflix confirma el tirón que tiene el subgénero de tiburones entre el público a pesar de que muy habitualmente el nivel sea bajísimo. Algunas son tan malas que llegan a darle la vuelta al calcetín y se convierten en buenas como comedias involuntarias. ¿Dónde se coloca esta película? Pues un poco por encima de la media, lo cual no es decir demasiado, la verdad. Pero se lo toma bastante en serio en sus dos primeros actos, más allá de que científicamente es absolutamente imposible, por mucho que quieran justificarlo todo con un cambio evolutivo en tiempo record y demás. Pero vamos, que no creo que nos vayamos a asustar los que somos aficionados a esta clase de cine cuando hemos visto escualos capaces de sacarse tres carreras, con varias cabezas o salidos en un tornado. Y si lo hacemos más extensivo a otras películas similares, hemos visto pirañas prehistóricas o cocodrilos mascotas de ancianas. De castores me he propuesto no hablar hoy. Por tanto, librando el obstáculo de la ciencia, tengo que reconocerle que ofrece algunas variantes interesantes. La más obvia es la del cambio de escenario. No es en Estados Unidos sino en Europa (Francia, como es evidente por el título) y no en el océano sino en un río (si, lo habéis adivinado, el Sena). Y la modalidad de ataques también cambia, no a cuentagotas sino en forma de masacres, y eso está muy rico. Eso si, el tercer acto ya es un despiporre sin complejos y con un desenlace que no solo me ha sacado una sonrisa, es que me ha hecho aplaudir. Lo de las interpretaciones ya si eso otro día. 6.
No hay comentarios:
Publicar un comentario