Vamos
con una de las odiadas entregas, si no la que más, de la saga “Star
Wars”. Al menos en su momento creó tal controversia que a
cualquiera que la defendiera, como fue el caso de quien esto escribe,
le podía caer encima el fandom tóxico con sus enfervorecidas
fauces, como también es posible que ocurra ahora por cometer el
pecado de dedicarles estas palabras. Lo cual me da bastante igual
porque tengo mi opinión y derecho a expresarla.
Aunque
también podríamos rebatir que ese nivel de odio fuera tan alto y lo
podemos tirar abajo con datos objetivos. Es verdad que llegaron a
recogerse firmas para sacar a la película del canon de la saga y
demonizaron hasta decir basta al director y guionista, Rian Johnson.
Más allá de la estupidez de hacer estas recogidas de firmas, como
ya expresé ampliamente con la de la última temporada de “Juego de
tronos”, porque los personajes de cualquier saga cinematográfica
pertenecen a una empresa, sea Lucasfilms, Disney o quien sea, y si
quieren ponerlos a hacer punto sentados en una mecedora en la
próxima película pues pueden hacerlo.
Claro
pero es que entonces luego el público habla en la taquilla. Pues
aquí viene el primer dato objetivo. La recaudación fue de 1334 millones de dólares, habiendo invertido 317 en su presupuesto,
colocándola como la más taquillera de su año de estreno, 2017, y
la cuarta con más taquilla de la propia franquicia de “Star Wars”,
solo por detrás de “La Guerra de las galaxias”, “La amenaza
fantasma” y “El despertar de la fuerza”.
Pero
es que hay más, las críticas de la prensa son bastante altas e
incluso hay webs de cine como IMDB donde la del público también lo
es. Donde más caña le dieron y solo por parte de las notas del
público fue en Metacritic y Rotten Tomatoes. Esto es fácil de
explicar, es conocido que hubo auténticas hordas de haters
organizados para votar en estos foros con el objetivo de bajarle la
nota media.
No
obstante, vayamos a la película. Porque está claro que el ruido que
generan los haters siempre será mayor porque cuentan con el altavoz
de las redes sociales pero rara vez son la mayoría de los fans.
Por cierto, la película fue catalogada como la mejor del año por la
revista británica Empire.
En
mi opinión, Rían Johnson es muy buen director y mejor guionista, lo
cual dejó patente, mal que les pese a algunos, en el desarrollo de
la historia, enfocando a los personajes desde distintos ángulos y
aportando giros que anteriormente resultaban previsibles. Como
referencia tomó tres títulos: “Almas en la hoguera” (1949), en
cuanto a los combates aéreos, “Tres samuráis fuera de la
ley”(1964), en cuanto a las luchas con espada y el tono
desenfadado, y “Atrapa a un ladrón” (1955), en cuanto al
romanticismo.
Es
la película más larga de toda la saga, dos horas y media, y lo pudo
ser más pues el primer montaje era de tres horas. Muchas de esas
escenas eliminadas se podían disfrutar en las ediciones de su
formato doméstico. Y además, fue la primera que no utilizaba una
elipsis con su episodio predecesor, es decir, comienza exactamente
donde terminaba “El despertar de la fuerza”. En cuanto a premios,
fue nominada en los Oscars en las categorías de bandas sonora,
sonido, efectos sonoros y efectos visuales.
Vamos
con el reparto. Se mantenía la columna vertebral, claro está con la
pérdida de Harrison Ford por motivos evidentes, con Daisy Ridley,
John Boyega, Adam Driver, Óscar Isaacs y Carrie Fisher. Y se
incorporaban Laura Dern, Benicio del Toro (que ya estuvo a punto de
ser Darth Maul en “La amenaza fantasma”) y Kelly Marie Tran (a
quien esos haters dedicaron tan hirientes e injustificadas críticas
que se decidió cerrar sus redes sociales.
Pero,
sin duda, el fichaje más importante era la recuperación de Mark
Hamill, que ya aparecía muy brevemente en el final del “Despertar
de la fuerza” y que tenía prácticamente la misma edad y ejercía
el mismo rol que tuvo Alex Guinness como Obi Wan Kenobi en “La
guerra de las galaxias”. Y nuevamente fue el actor mejor pagado del reparto, al igual que lo fue en todas la películas de la saga en las que participó, salvo precisamente el "Episodio VII" porque apenas era un cameo.
Hamill manifestó en un principio que no estaba muy de acuerdo con como habían tratado su personaje en la película, fuera de la idea de héroe perfecto aunque después redimido, pero posteriormente moderó sus declaraciones diciendo todo lo contrario. Todos tenemos un jefe. Hay que decir que inicialmente esta trilogía iba a rendir tributo a los tres personajes principales que quedaban de la trilogía clásica.
De tal manera que "El despertar de la fuerza" homenajeaba a Han Solo, "Los últimos Jedi" a Luke Skywalker y "El ascenso de Skywalker" iba a serlo a Leia Organa. Pero el fallecimiento de Carrie Fisher, que nuevamente ejerció aquí, como en otras películas de forma no acreditada, como script doctor (corrector de guiones) pues Rian Johnson estuvo encantado de contar con ella en esa función.
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