martes, 12 de diciembre de 2023

Escenas Míticas: Space operas - El quinto elemento

 

   Vamos con uno de esos ejemplos que tanto me gusta reivindicar en esta sección, una película que, aunque hoy figure con buenas notas en las principales webs de cine, en su momento no la acompañó la crítica especializada, incluso se puede considerar que fue masacrada por ciertos medios. Hoy no solo está consolidada como un título de culto sino que incluso es un referente para el cine ciberpunk y es recordada con mucho cariño por el público.




   Que si la acompañó convirtiéndola en un éxito de taquilla, logrando 263 millones de dólares de recaudación, habiendo invertido 90 en su presupuesto. En ese momento la película francesa más cara de su historia hasta que llegara, precisamente de la mano del mismo director, Luc Besson, “Valerian y la ciudad de los mil planetas”, que no corrió la misma suerte, siendo más bien, un fracaso, y que es bastante fácil que veamos por aquí también en este ciclo de space operas.



   Besson, que años antes había despuntado con la que a la postre probablemente sea una de sus mejores películas, “El gran azul”, donde adquirió más popularidad fue en el género de acción con títulos como “Nikita, dura de matar” y “León, el profesional”, había escrito la historia para “El quinto elemento” con 16 años. Pero no fue hasta los 38 cuando cumplió su sueño de llevarla a la gran pantalla.



   Aparte de homenajear a clásicos como “La caja de Pandora”(1929) o “El mago de Oz” (1939), en cineasta galo se inspiró en los cómics de artistas compatriotas como Jean Giraud (Morbius) y Jean Claude Meziéres, a los cuales invitó a participar como consejeros en el diseño de producción de la película. Lo cual contrasta con una de las polémicas que la acompañó, que el primero, Morbius, junto con Alejandro Jodorowski, la demandaran por plagio de su saga de cómics “El Incal”.



   No fue la única controversia, pues el film fue acusado de sexualizar a las mujeres. Aquí entra en juego otro colaborador en la producción, concretamente a quien encargaron el diseño del vestuario, que no era otro que Jean Paul Gaultier. No se puede negar que los uniformes de las azafatas del crucero espacial eran sumamente provocativos. Pero tampoco que el “traje” de tiras blancas que tanta piel de su protagonista dejaba al aire es uno de los más reconocibles e icónicos del cine moderno.



   Lo que nos lleva a otro de los motivos por los que se habló de la película, esta vez más emparentados con el campo de la prensa del corazón. Y es que Luc Besson estaba casado con la actriz Maiwenn, que participó en la película como la Diva Soprano, pero el director francés, digamos que, estrechó lazos con la actriz principal, Milla Jovovich, lo que le supuso el divorcio con Maiwenn. Posteriormente se casaría con la Jovovich.



   Matrimonio que apenas duró dos años, para que la actriz ucraniana se volviera a casar con otro director, Paul W. Anderson. Antes, volvería a rodar con Besson “Juana de Arco”(película que personalmente considero muy infravalorada). Y posteriormente se confirmaría como estrella del género de acción en “Resident Evil”, precisamente a las órdenes de su marido, Paul W. Anderson. Aunque su fama se la debe más a la anterior, porque cuando fue seleccionada era una desconocida.



   De hecho, la elegida era Elizabeth Berkley, pero el fracaso de “Showgirls” echó para atrás a los productores. Personalmente creo que para bien. No voy a decir que Milla Jovovich sea una gran actriz pero su imponente presencia en pantalla me parece incuestionable, con una de las bellezas más exuberantes que ha dado el cine moderno y que aquí, en “El quinto elemento” estaba genial como chica inocente, por mucho que la nominaran al Razzie junto a su compañero de reparto Chris Tucker.



   Para el papel masculino tampoco Bruce Willis era la primera opción. Besson quería un actor de su confianza, Jean Reno, y el estudio a uno con gancho en taquilla, Mel Gibson, que lo rechazó. Hoy es difícil imaginar a alguien diferente a Willis en el papel, que incluso llegó a bajarse el sueldo. Le acompañaron Gary Oldman (con quien había trabajado en "León, el profesional"), Ian Holm y Luke Perry. Además de los mencionados Tucker, Maiwenn y, por supuesto, Jovovich. 



   Algunas curiosidades más. El idioma que habla Leeloo (Jovovich) al principio  fue inventado por Lec Besson y ella misma, que tenía mucha facilidad para los idiomas, en ese momento hablaba cuatro. El maquillaje automático que lleva el emblema de Chanel (que pagó para aparecer), sería una firma con la que la actriz trabajaría posteriormente prestando su imagen. Hay triángulos por todas partes; en las runas egipcias, las pantallas de alineación del planetas, las de programación de misiles o las propias piedras, lo que suscitó sospechas como símbolos de los Iluminati. Y es de las pocas películas en las que el héroe y el villano no se llegan a ver en ningún momento.



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