Es
curiosa, entretiene por la incertidumbre que genera el saber que está
pasando realmente, más allá de que tampoco sea muy difícil
imaginárselo aunque es verdad que tiene una vuelta de tuerca que no
esperaba. El problema es que a veces parece que quiere ser una cosa y
luego otras. Quiere ser demasiadas. Por un lado quiere ser una
sátira social sobre la discriminación de los inmigrantes en Estados
Unidos. Porque es al sueño americano a quien apunta directamente.
Pero también quiere ser una comedia negra. Pero es que también
quiere tener elementos de terror. El resultado es un batiburrillo de
ideas que no todas funcionan igual de bien o que quizá no mezclan
como debieran. Eso es lo que le sale a la perfección a Jordan Peele,
que es el espejo donde se mira esta película, sobre todo en “Déjame
salir” (aunque la trama no tenga nada que ver), pero es que Peele
hace una sátira, introduce el terror y claro que tiene humor negro
pero no comedia. Y creo que esta “Pesadilla americana” quiere ser
demasiado graciosa. Aún así, como he empezado diciendo, es
entretenida y tiene ideas curiosas. Además, está una de las nuevas
reinas del terror, Jenna Ortega, aunque no sea la protagonista. Por
cierto, no creo que Trump la tenga en su lista de favoritas. 6.
Hay
películas que me resultan especialmente incómodas.
Que mientras las estoy viendo, incluso opinando
que son muy buenas, estoy pensando en que no creo que vuelva a
verlas. “Eden Lake” o “Funny games” son buenos ejemplos de
ello. Y esta “El club del odio” también. El motivo es por el
realismo de su violencia. No porque sea explícita, de hecho, no lo
es en absoluto, y lo más fuerte ocurre fuera de plano, lo cual es
incluso peor porque tú sabes lo que está pasando y lo estás
imaginando. Un recurso que utilizan bastante. Pero es que los que
generan esa violencia no son Michael Myers o John Wick, lo que me
distanciaría de la realidad, sino personas con las que te cruzas en
el ascensor, viajas en transporte público o son compañeros de
trabajo. Porque el discurso de odio que denuncia la película lo
puedes escuchar en esos lugares, hay diálogos del guion que yo los
he escuchado en esos lugares. Uno en el que la víctima es culpable
hasta de defenderse. Esto está ahora mismo en nuestra sociedad. No
voy a revelar el tema principal pero se despeja rápidamente, en
cuanto veáis cierto “pastel” os va a quedar claro. En cuanto a
lo técnico, está rodada en tiempo real y en plano secuencia lo que
hace que sea más asfixiante, lo que no te da un respiro, en lo que
se podría calificar como un thriller de terror, porque en parte es
una home invasion, pero no un terror de fantasmas, slasher o
monstruos. Bueno, monstruos si, pero humanos. Gran trabajo del
reparto casi enteramente femenino. 7.
Muchos
pueden pensar que ya está bien de explotar la misma idea, que van ya
cuatro películas y parece que la última que sacan ya ha tocado
techo siempre. Y puede ser que tengan razón, pero tengo que
reconocer que James DeMonaco, creador de esta saga, aunque en esta no
dirija y se haya quedado en la producción y el guion, sabe como
enfocar el tema desde un ángulo distinto en cada entrega. No te
cuenta exactamente lo mismo. Y con esta, a pesar de las malas
críticas, considero que le ha dado un nuevo giro de tuerca. Si ya
normalmente hacía un retrato de una sociedad estadounidense hiper
violenta, aquí plantea un paso más. ¿Y si ya no les fuera
suficiente con una noche de sangre al año? ¿Y si esa población que
has dejado armarse hasta los dientes decidiera continuar la purga y
lo tomara como excusa para realizar un genocidio de inmigrantes?
Porque ahí es hacia donde va esta cuarta película, hacia la crítica
social pero no en cuanto a clases, sino a la xenofobia. Pero lo más
interesante es lo siguiente que plantea. ¿Y si los Estados Unidos no
fuera el país al que huir sino del que huir? Que pasaría lo que ya
planteaba en parte la serie “El cuento de la criada”, que se
daría la vuelta a la tortilla. Y eso es interesante. No
estrictamente original pero está curioso y además la película es
entretenida y tiene un ritmo trepidante. No la veo tan mal como mucha
gente la ha puesto. 6.
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