miércoles, 23 de agosto de 2023

Escenas Míticas: Monstruos Acuáticos - Mandíbulas

 


   Probablemente sean los cocodrilos, detrás de los tiburones, los animales más usados para monsters movies, para películas en las que un gran depredador aterroriza a unos cuantos humanos. Sin embargo, es muy raro ver un título referente a ellos con un aprobado en las páginas de cine. Es el caso de esta, que tiene una nota bajísima. Lo que se contradice cuando se hacen votaciones sobre películas de cocodrilos y siempre está en el Top 5.




   Curiosamente tuvo en España el título “Mandíbulas”, es decir, en inglés debería haber sido “Jaws”, que aquí se llamó “Tiburón”, con la que, como no, tiene varias reminiscencias, lo que le valió la habitual acusación de plagio. Sin embargo, su título original era “Placid Lake”, lo cual se llega a mencionar en la película.



   Pues bien, para mí esta es claramente mi favorita en este subgénero. No creo que sea la mejor, muy probablemente sean superiores “Black water”, “El territorio de la bestia” o “Infierno bajo el agua”. Incluso aquel clásico setentero que conocimos como “La bestia bajo el asfalto”. Pero “Mandíbulas” me sigue pareciendo la más divertida, la que menos en serio se toma a sí misma, y hasta tiene cierto tono cómico, incluida en la subtrama de “screwball comedy”, de pelea de sexos, entre varios personajes.



   De hecho, tiene una de las escenas más graciosas que he visto en una película de este tipo, que es en la que la anciana da de comer al cocodrilo con una de sus vacas. No obstante, lo cierto es que este título vino en una época de la resurrección de las monster movies, de cuatro o cinco años, donde llegaron otras como “Anaconda”, “Deep Rising”, “ Species”, “Mimic”, “The Relic”, “Un hombre lobo americano en París” y “Deep blue sea”, que se estrenó en el mismo año.



   Tuvo un reparto de caras bastante conocidas, no vamos a decir estrellas pero sí muy reconocibles para el público, como Bill Pullman, Bridget Fonda (probablemente en el mejor momento de su carrera aunque un par de años más tarde se retirara definitivamente de la interpretación), Oliver Platt, Brendan Glesson y una impagable Betty White (una de las cuatro “Chicas de Oro”, concretamente Rose).



   Tras la cámara todo un especialista del género de terror, que ha participado en dos de las más populares sagas de slasher, en la segunda y tercera parte de “Viernes 13” y en “Halloween H20”. Pero además Steve Miner tiene varias películas icónicas del terror de serie B de los ochenta, como “House, una casa alucinante” y “Warlock, el brujo”. Y una rara avis como “Eternamente joven”, con Mel Gibson.



   Por cierto, hace un cameo como piloto de helicóptero en la película. Los otros creadores son el guionista David E. Kelly (conocido posteriormente por la exitosa serie “Big little líes”). Y sobre todo, el gran Stan Winston, que en esa misma década de los noventa había recibido su cuarto Oscar por los efectos especiales de “Jurassic Park”.



   Su importancia en la película es vital pues la creación de su cocodrilo (dos en realidad), es el mejor que a día de hoy, y ya ha llovido, he visto en una película de cocodrilos. Dos cocodrilos animatrónicos para cuyos movimientos eran necesarios entre tres y seis operadores. A todo esto, la idea de un segundo animal por sorpresa fue copiada para “Megalodón”.



   En definitiva, una monster movie muy muy divertida, que acierta en su idea de historia de grupo, con protagonismo compartido y con algunos chistes muy negros. Como la referencia a la película de John Boorman, “Deliverence”, en la que unos excursionistas de la ciudad son brutalmente atacados por varios lugareños. No creo que cogiera la broma todo el mundo pero me pareció muy buena. Económicamente salió airosa, costó 27 millones de dólares y recaudó 56 en taquilla. Además tuvo cinco secuelas, bastante horribles todas, la mayoría para televisión.




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