FICHA
TÉCNICA
Título:
El
triángulo de la tristeza.
Dirección:
Ruben
Östlund.
País:
Suecia.
Año:
2022.
Duración:
147
min.
Género:
Comedia,
drama.
Interpretación:
Harris
Dickinson, Charlbi Dean, Zlatko Buric, Dolly De Leon, Woody
Harrelson, Vicki Berlin, Henrik Dorsin, Sunnyi Melles,
Jean-Christophe Folly, Iris Berben.
Guion:
Ruben
Östlund.
Producción:
Erik
Hemmendorff, Philippe Bober.
Fotografía:
Fredrik
Wenzel.
Distribuidora:
Vertigo
Média.
CRÍTICA
SINOPSIS: Una
pareja de influencers es invitada a pasar unos días de crucero en un
yate de lujo, por lo que se pasan todo el viaje rodeados de ricachones.
Hasta que un acontecimiento inesperado cambia los roles.
LO MEJOR: Sin
duda, es una de las películas más delirantes del año, porque
realiza una inmisericorde sátira sobre la clase rica. Porque no
tiene compasión en su retrato de las clases sociales, tanto a los
ricos, como a los que están en vías de serlos, como a los pobres.
Se hace una feroz crítica al capitalismo pero sin llegar a mostrar a
sus representantes como los “villanos”. Simplemente como personas
que viven en una realidad paralela, con una percepción del mundo
alejada de la de los demás. Es cierto que parte de diversos clichés
ya clásicos pero tampoco es que abuse de los estereotipos, solo los
utiliza como arranque. Claramente dividida en tres actos
diferenciados por los cuales nos guían dos personajes, qué son los
únicos presentes en todos ellos, y a lo largo de dos horas y media,
aunque tampoco es que se haga larga, tocan varios temas de rabiosa
actualidad; como la moda, los influencers, Instagram, los magnates de
los lobbys. En conjunto, a pesar de los altibajos (que los tiene) de
un producto de lo más divertido, que tiene una de las secuencias
(bastante extensa) más graciosas que he visto en años. Sí, muy
vulgar, incluso asquerosa y excesivamente basada en la escatología,
pero personalmente me he reído hasta saltárseme las lágrimas.
Interpretación: Aunque
es un reparto bastante coral, hay dos de sus integrantes que
permanecen durante los tres actos del guion, que son Harris
Dickinson, quizá el que más pueda sonar, y Charlbi Dean. Pero no
por ello son los más destacados. Hay actores que aparecen en uno
solo de esos actos, y ni siquiera en toda su extensión, que se roban
la película. Como un impagable Woody Harrelson en el segundo o Dolly
de León en el tercero, precisamente la que ha acaparado las
nominaciones por su interpretación.
Escena (SPOILERS!!): Hay
diversas reflexiones sobre el valor del dinero, todo el primer acto
prácticamente consiste en la discusión por pagar la cuenta de la
cena por parte de la pareja. En contraposición con la escena en la
que un millonario quiere regalar un Rolex a las chicas que han
querido hacerse una foto con él. Pero sin duda, la secuencia
delirante de verdad en la de la cena del capitán, donde literalmente
todos los comensales comienzan a vomitar. Por muy desagradable que
sea es imposible no partirse de risa. Sobre todo porque la razón
está precisamente en la frivolidad de una de las clientas ricas, que
se empeña en que toda la tripulación se bañe en el mar,
imponiéndoles por capricho que se diviertan. Lo cual hace que la
comida se eche a perder y, junto a los movimientos del barco a causa
de la tormenta, haga que todos los asistentes de la cena empiecen a
vomitar compulsivamente. Respecto a los interrogantes del final, hay
dos claves, si Abigail (León) llega a matar a Yaya (Dean), y por qué
corre Carl (Dickinson). Lo primero está totalmente abierto.
Claramente su intención es
acabar con ella para que no pueda decirles a los demás que la isla
está desierta y poder seguir gozando de sus privilegios. Parece que
desiste de la idea cuando Yaya insiste en ayudarla a la vuelta a la
civilización pero es posible que cuando le dice que sería
trabajando para ella se volviera a indignar. Quiero pensar que no la
mata. Abigail demuestra ser siempre muy lógica y es fácil que
pensara que lo de que en la isla hay un resort iba a saberse tarde o
temprano. En cuanto a porque corre y de esa manera Carl está más
claro. Es muy posible que ya sepa lo del resort y crea que Abigail
puede hacer daño a Yaya para callarla.
LO PEOR: En
más ocasiones de las que quizá debiera, las pinceladas con las que
quiere perfilar su ácida crítica se convierten en trazos de brocha
gorda. Es poco sutil. Y bueno, no todas sus partes funcionan igual de
bien, y eso hace que el ritmo se perciba como muy irregular.
REFERENCIAS: Con
un argumento totalmente diferente, pero la película que más me ha
venido a la mente es “Parásitos”, de Bong Joon Ho.
CONCLUSIÓN: 7’5. Delirante en su retrato de las clases sociales, y en especial de la más alta, a la que satiriza sin compasión haciendo una paradoja del cambio de roles. Probablemente tiene la secuencia más divertida del año.
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