Considerada
por muchos como una de las mejores películas bélicas en clave
clásico y basada en hechos reales, a los cuales se fue bastante
fiel, más allá de las lógicas licencias dramáticas. Título
especialmente importante para Michael Caine, que por primera vez
ejerció como uno de los protagonistas de la película, junto a
Stanley Baker, que era el actor fetiche del director, Cy Endfield.
Un
Endfield que había emigrado de Estados Unidos, al ser acusado por el
Comité de Actividades Antiestadounidenses de ser comunista, lo que
le supuso ser puesto en una lista negra que provocó su exclusión de
los estudios de Hollywood, después de haber hecho películas allí
como “Historias del hampa”. Ya en Reino Unido, antes de la que
ahora comentamos, realizó títulos como “Ruta infernal “ (con
Stanley Baker también) o “La isla misteriosa”(adaptación de novela de
Julio Verne).
Siendo
un hecho histórico, situemos el relato. Lo narrado en la película
sucede justo después del mayor fracaso del Imperio Británico en la
batalla de Isandhlawana la primera contra el Reino Zulú,
once días después de la invasión de los británicos de su
territorio en Sudáfrica, 20000 zulúes masacraron a una columna
británica de 1500 hombres.
El
resultado de dicha batalla es una de las primeras escenas de la
película pero el desarrollo de la contienda se contó en una
precuela estrenada nada menos que 15 años después, con Burt
Lancaster y Peter O’Toole como protagonistas y que se centra en los
días previos y la propia batalla que desembocó en la masacre de
Isandhlawana. Cy Endfield fue su guionista.
La
cuestión es que el ejército zulú, ese mismo día, persiguiendo a
los británicos dispersados y huyendo dieron con la misión de
Rorke’s Drift donde aguardaban 140 soldados del Imperio Británico,
contando heridos incluso. Lo que consiguieron se considera una de las
defensas más heroicas, y más condecoradas por el Reino Unido, de
un puesto militar, pues esos 140 hombres consiguieron
resistir a 3000 zulúes, aunque la película se diga que son 4000.
La hazaña
fue muy promocionada por el Imperio Británico, dándole una
publicidad exagerada, probablemente para amortiguar el desastre que
había supuesto perder ese mismo día a 1500 soldados bien
armados con armas de fuego. La realidad es que el intento de asalto
por parte de los zulúes de Rorke’s Drift fue un enorme error
estratégico, pues tuvieron 700 bajas intentando abordar un puesto
que carecía de valor.
Finalmente,
todo lo acontecido en esos dos días supuso que el conflicto definitivamente no se resolviera de forma pacífica y que el Imperio
Británico realizara una segunda invasión con mayor fuerza militar.
Por cierto, el saludo final de los zulúes antes de retirarse como
reconociendo la valentía y bravura de los soldados británicos (que
eran galeses) es totalmente falso, no ocurrió.
Como
decía, fue el primer papel como coprotagonista de Michael Caine, lo
que supuso el lanzamiento del actor, que personalmente considero que
se comía a Stanley Baker en todas las escenas, no estando mal Baker,
que además de ser el actor con que ya había colaborado Cy Endfield
en varias ocasiones, también ejercía como productor de la película.
El
film fue rodado en la propia Sudáfrica, concretamente las montañas
de Drakensberg. A pesar de contar con numerosos extras, solo costó 2
millones de dólares. Claro que todos los extras eran zulúes
verdaderos y no salieron muy caros. De hecho, el rodaje se dio en
pleno período Aparheid en Sudáfrica, que empezó en 1948 y terminó
en 1990. La película consiguió recaudar 8 millones en taquilla.
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