Llegamos a una de las películas más valoradas de la historia del cine. Situación confirmada por el American Film Registry, que la coloca en segundo lugar, solo por detrás del “Ciudadano Kane” de Orson Welles, y por delante de “El padrino” y “Lo que el viento se llevó”. Una película que incluso quien no la ha visto tiene una idea de qué se trata, tiene alguna referencia de ella, dada la cantidad de imágenes y frases icónicas para el cine.
Sin embargo, quizá el recuerdo que se tiene de ella está un tanto distorsionado, quedando más su huella como una de las películas románticas más famosas de la historia. Y es que no es solo un romance, ni mucho menos. Si hay una historia de amor que se utiliza como hilo conductor para contarnos una historia de espionaje, con la Segunda Guerra Mundial y el régimen nazi como trasfondo, para hablarnos de temas como la moral, la política y el desamor.
Todos esos temas planean sobre el protagonista, Rick Blaine, pero también sobre el resto de personajes. Rick estuvo interpretado por un magnífico Humphrey Bogart que estuvo nominado al Oscar pero no lo consiguió, lo haría casi una década después con “La reina de África”. Aunque sin duda fue el de “Casablanca” su papel más icónico y contribuyó a afianzar aún más su imagen de galán y estrella en el Hollywood dorado.
Bogart estaba excelentemente acompañado por Ingrid Bergman, aunque la primera opción para el papel era Hedi Lamarr. La altura de la actriz sueca supuso un problema porque le sacaba a Humphrey Bogart unos cinco centímetros, lo que suplieron subiendo al actor a un bloque de ladrillos cuando estaban de pie y unos almohadones cuando estaban sentados. Les acompañaron Paul Henreid, Claude Rains y un joven Peter Lorre.
Para la dirección la primera opción era William Wyler, que por motivos de agenda tuvo que negarse, lo que dejó la película en manos de Michael Curtiz, realizador húngaro emigrado a Estados Unidos y con familiares refugiados del régimen nazi, lo que le hacía muy idóneo para la historia de la película. Quizá Curtiz solo se le recuerda por esta película pero en su filmografía hay títulos de mucho nivel.
Cómo “Los crímenes del museo”, “Robin de los bosques”, “Ángeles con caras sucias”, “Dodge City, ciudad sin ley”, “Sinuhé, el egipcio” o “ Los comancheros”. La lista es bastante larga. Curiosamente, la dirección le fue ofrecida también a Howard Hawks, que se negó pero tiempo después dirigió otra película claramente influenciada por ésta y la propia dirección de Curtiz, “Argel”.
Como encaja “Casablanca” en el ciclo de este mes, bueno, ya adelanté que tocaríamos diferentes enfoques del continente africano. La ciudad de Casablanca, enmarcada en Marruecos, tuvo un papel importante como ciudad puente para muchos de los que huían de Europa y más concretamente de los nazis. No obstante, no vemos parajes naturales, tan habituales de películas sobre África. De hecho, es un film de estudio, rodado casi totalmente en interiores, lo cual venía muy influenciado por tener como base una obra de teatro, “Everybody comes to Rick’s” (Todos vienen al café de Rick).
Circularon diversos rumores. Como que Ronald Reagan fue considerado para el papel, aunque realmente estaba a punto de ingresar en las Fuerzas Aéreas. O que los actores no supieron el desenlace de la historia hasta el final. Aunque el código ético de la época les obligaba a que una mujer no podía huir con su amante dejando a su marido plantado, por lo que si es verdad que no lo sabían, sin duda, lo intuían. Así que forma un poco todo parte de la leyenda de la película.
Película que tuvo ocho nominaciones al Oscar, de las cuales ganó tres de las más importantes, a la mejor película, al mejor director para Michael Curtiz y el mejor guion adaptado. Costó un millón de dólares y recaudó en su año de estreno casi el cuádruple, 3.700.000. Pero posteriormente es incalculable el dinero que generó.
Hubo pensada una secuela con el título de "Brazzaville" pero nunca se llegó a rodar. Como el remake que le ofrecieron hacer a Truffaut en 1974, el cual se negó rotundamente.
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