Volvemos a retomar este ciclo, creo ya que por tercera vez. Se me ve
el plumero con que el slasher es uno de mis subgéneros predilectos,
pero también es que la trilogía de “Halloween” emprendida por
David Gordon Green y que culmina este mes con su tercer capítulo,
“Halloween ends”, nos ha dado la posibilidad de visitar frecuentemente este estilo de cine que tantos títulos nos ha dado.
Y “Navidades
negras” es precisamente un título de culto dentro del slasher,
aunque no es exactamente de ese subgénero. Una película que cuando
fue concebida no esperaban que tuviera el prestigio que finalmente,
con el tiempo, tuvo, como reconocían varios miembros de su reparto.
Así lo confesaba la propia Margott Kidder, diciendo que para ella
había sido toda una sorpresa.
Me explicaré en
cuanto a que no es un slasher en toda regla. De hecho, tiene más
características en común con el giallo italiano, que por otra
parte, es el antecedente cinematográfico del slasher, del que
claramente bebe. Pero, como decía, si atendemos a ciertos detalles,
como la cámara subjetiva, el tono policiaco o que nunca veamos
realmente al asesino, podemos ver una puesta en escena más familiar
al giallo.
Es más, tiene
cierta reminiscencias a “La residencia” de Narciso Ibáñez
Serrador. Pero si se la podía considerar un proto-slasher. La
película se estrenó en 1974, cuatro años antes de la que ya si
definiría claramente al slasher, “La noche de Halloween”, la
cual tomaría algunos aspectos prestados de ésta, como la de
encerrar a chicas vulnerables en una casa en la que se desarrolle
gran parte de la película. Por cierto, en principio era precisamente
el propio John Carpenter quien iba a dirigir “Navidades negras”.
Ambas películas se inspiran de formas diferentes en la leyenda urbana de “El
acechador de canguros”. Mucho más claramente la que hoy comentamos
por el tema de las llamadas telefónicas, que también inspiraron a
otras películas como “Llama a un extraño “, su remake, “Cuando
llama un extraño “, su pseudo-secuela “La llamada de un extraño”
y una de las sagas más famosas del slasher, “Scream”.
Aunque también
tuvo inspiración en un hecho real, cuando se produjeron varios
crímenes en una zona residencial de Montreal en Navidad. Y además,
más tarde coincidió con otro fatídico hecho real. La película fue
elegida para emitirse en el “Saturday night at the movies”, en
1978. Pero coincidió con los asesinatos cometidos por Ted Bundy en
la fraternidad Chi Omega de la Universidad de Florida decidieron
retirar la película de la programación por el parecido con el
argumento.
La protagonista
era Olivia Hussey, a la que recordamos más por sus interpretaciones
para Franco Zeffirelli en “Romeo y Julieta” y “Jesús de
Nazaret” (María). Pero en el reparto también estaba Margot
Kidder, antes de ser la Lois del “Superman” de Richard Donner de
1978. La actriz venía de trabajar a las órdenes de Brian de Palma
en “Hermanas”. También participaría en otra saga mítica
“Terror en Amytiville” y el resto de secuelas de “Superman”.
Curiosamente, en
uno de los diálogos se hacía una broma sobre Superman, aunque la
película del superhéroe aún le quedaran cuatro años para
estrenarse. Completaban el reparto Marian Waldman (cuyo papel le fue
ofrecido anteriormente a Bette Davis) y John Saxon, que se hizo un
clásico del género de terror, habitualmente como policía en
películas como “Ténebre” o “Pesadilla en Elm Street”.
Tras la cámara
un Bob Clark cuya filmografía no podía ser más variopinta. A parte
de este título tenía una versión alternativa de Sherlock Holmes,
“Asesinato por decreto”(una de mis favoritas del personaje), la
disparatada y picante “Porky’s” y “Rhinostone” (con Dolly
Parton y Sylvester Stallone). No se le pueden echar las culpas de varios errores de bulto del guion. Como que nadie oiga las voces a grito pelado del asesino cuando llama por teléfono a pesar de producirse desde la misma casa. O que nadie registre la casa aunque vayan desapareciendo personas. Tampoco lo hacen al final aún faltando dos víctimas por encontrar. Ni tampoco se comprueba la otra línea de teléfono.
La película tuvo críticas mixtas en su momento pero, como decía, finalmente se la considera un título de culto. Costó solo 620000 dólares y recaudó más de 4 millones en taquilla. Hay dos versiones más, "Negra Navidad" (2006), con Mary Elizabeth Winstead, y "Navidad sangrienta" (2019).
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