Es
una buena opción para ponerte en Halloween por varios motivos. El
argumento es una majadería pero a la vez perfectamente podría ser
un suceso encontrado en las noticias en cualquier telediario.
Básicamente va de una pareja de personas mayores que secuestran a
una chica embarazada
para invocar
al espíritu de su hijo fallecido y poseer al bebé. Casi nada. Ni
que decir tiene que la cosa no va salir del todo bien. Es tan loca la
historia que tiene cierto toque de humor. Y es idónea para Halloween
porque por la pantalla van a desfilar temas como la brujería, el
demonio y las sectas satánicas. No obstante, dentro de esa locura es
una película bien construida, lo que hace que el resultado sea
entretenido, al menos a mí no me ha aburrido para nada. Además,
el protagonismo lo ostentan intérpretes bastante atípicos, Julian
Richings y Sheila McCarty, que dichos así a nadie le dirán nada
estos nombres pero que una vez vistos físicamente, a muchos les
sonarán porque han hecho de secundarios en un montón de películas.
Y la verdad es que hacen un gran trabajo y son los que soportan la
historia a sus espaldas. Ya en su tercer acto se les va de las manos
la cosa a todo el mundo pero aún así, resulta una propuesta
curiosa, con unos protagonistas como comunes, sin ser nada del otro
mundo ni mucho menos pero que puede ser un buen entretenimiento de
terror. 6.
No
quería hacer spoiler pero el cartel de la película en conjunción
con el título de la película deja poco espacio a la imaginación.
“Fresh”, y tan fresco, aquí si que se le puede hacer la broma de
que la carne está tan cruda que se come las patatas. El caso es que
tiene un prólogo tan largo y tan diferente, que
ya podría ser un mediometraje en si mismo,
a lo que es luego la historia que me hizo dudar si me había
confundido de película. Porque parece una comedia romántica pero en
realidad es una comedia negra, tan negra que tiene tintes de terror,
no es para reírse. Después de verla algunos se pensarán mejor lo
de las citas por internet. En parte tiene ese mensaje, que cuidado
con quien te puedes encontrar en la red, alguien del que no sabes
absolutamente nada con la garantía de ser real y que puede manipular
la primera impresión que tengas de él. También
critica un poco las excentricidades que pueden tener unos ricos
aburridos. Pero no es película de mensajes sociales, aunque no los
esquive, sino una trama que utiliza el terror a través de la
sugestión y que no es explícito hasta llegar a su tercio final,
donde toda la contención pasa al desenfreno de forma bastante
brutal. Aunque el buen funcionamiento de la película reside en el
mano a mano que mantienen sus protagonistas. Por un lado un Sebastian
Stan, que se nota que se lo está pasando en grande en la piel en un
psicópata entre los perfiles psiquiátricos de Patrick Bateman y
Hannibal Lecter, aunque lejos de como abordaron sus intérpretes esos
personajes. Y
por otro Daisy Edgar-Jones, que ya he mencionado anteriormente como
una actriz joven a seguir. 6’5.
Remake
de la película de 1984 protagonizada por una niña llamada Drew
Barrymore, un par de años después de haber participado en “E.T.
el extraterrestre” y que era la adaptación de una novela de
Stephen King, reuniendo varios de los temas frecuentes en su obra
literaria, como eran las personas con poderes paranormales, cuyo
descontrol puede llevar al terror, véase “Carrie”. Aquí
viene a ser lo mismo solo que en lugar de telequinesis, la niña te
puede freír vivo con solo mirarte un poco mal. Así que tampoco
esperaba gran cosa pero si tenía la curiosidad de que habían hecho
con la misma historia pero más medios en forma de efectos
especiales. Pues efectivamente la misma propuesta, de hecho, los
carteles de ambas películas son prácticamente idénticos, pero
bastante peor. Incluso no esperando mucho me ha resultado
decepcionante. Y tampoco esos efectos son gran cosa. La niña es muy
poco amenazante, nada que ver con la Barrymore del 84, hasta resulta
blandengue. Casi por salvar algo, en la música está John Carpenter
y se nota ese estilo tan característico ochentero, aunque ojalá más
bien hubiera estado tras la cámara. El esfuerzo de Zac Efron en
compensar lo que no le da el guion a la película. Y ese intento de
dar una visión oscura de los superhéroes. Por lo demás, muy floja.
Si alguien quiere ver una premisa parecida, con iguales recursos, pero
mucho mejor resuelta, echarle un ojo a “Freaks”, la
de 2018. 4.
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