martes, 6 de septiembre de 2022

Escenas Míticas: Mujeres psicópatas - La huérfana

 


   Este mes se estrena la precuela de esta película, que llevará el título de “La huérfana, primer asesinato”. Como van a rejuvenecer a su protagonista Isabelle Fuhrman, que contaba con 13 años cuando intervino en esta película pero ahora tiene 25, y tiene que interpretar a una Esther incluso más joven, pues se lo atribuiremos a los milagros de la ciencia, o de la tecnología digital, o quizá del maquillaje.




   Porque ya incluso en la película de 2009, el maquillaje era de suma importancia. Un maquillaje no muy evidente pero que en su tramo final se hacía mucho más palpable a la hora de hacer parecer a la protagonista más mayor, sobre todo facialmente. Porque la verdadera protagonista del invento era una Isabelle Fuhrman que estaba sensacional.




   Esa es la palabra, sensación. Porque se había pensado en un perfil muy distinto de actriz, alguien con la piel blanquecina, el pelo rubio platino y formas muy delicadas. Sin embargo, la prueba de audición Fuhrman dejó tan impactados al director Jaumet Collet-Serra y a los productores, entre los que se encontraban Leonardo DiCaprio y Joel Silver, que cambiaron totalmente de opinión y la seleccionaron. 



   La actriz confesaba que se había inspirado principalmente en dos interpretaciones, la de Anthony Hopkins en “El silencio de los corderos” y la de Glenn Close en “Las amistades peligrosas”. Madre mía, y solo tenía 12 años. En el reparto la acompañaban los en teoría protagonistas; Vera Farmiga, antes de enfrentarse a todos los fantasmas del mundo, y Peter Sarsgard.



   ¿Y por qué hacemos un ciclo de mujeres psicópatas e incluimos este título? Pues porque, y este es el mayor spoiler de la película, pero si estás leyendo ésto es que ya lo sabes, porque Esther (Fuhrman) no es una niña, sino una mujer con la apariencia de una niña. De hecho, siempre me ha parecido una especie de remake encubierto de “La mano que mece la cuna” (que también veremos).



   La razón de dicha apariencia se debe a una enfermedad que es real, el hipopituitarismo, que consiste en una disminución anormal de hormonas procedentes de la glándula de la hipófisis, que produce un enanismo proporcionado, es decir, como si la persona que la padece parezca tener mucha menor edad y no parezca un enano.



   También la trama está basada en una historia real que, si cabe, es incluso peor que la ficticia. La historia de Bárbara SKrlova, en 2007 en la República Checa, que padecía esa enfermedad y se hizo pasar por una niña, que además tenía comportamientos psicopáticos y engañó a varias familias para adoptarla, manipulándolas y embaucándolas para que cometieran distintas atrocidades.



   En la dirección, Jaume Collet-Serra, cineasta de doble nacionalidad, la española y la estadounidense. Ésta era su tercera película. Había debutado unos años antes con el remake de “La casa de cera”. Y es que son el thriller y el terror los ámbitos cinematográficos en los que se ha movido hasta ahora. Como con su etapa de varios thrillers de suspense protagonizados por Liam Neeson. Un artesano muy efectivo, como demuestra una de las mejores películas de tiburones de los últimos años, “Infierno azul”. En poco se estrena su última película, “Black Adam”.



   Collet-Serra se vio obligado a realizar diversos cambios. Como reducir notablemente la escena en la que Esther intentaba seducir al padrastro, que era más explícita e incómoda en un principio. Y suprimir una escena en la que Esther torturaba al hamster de la familia. Además tuvo que cambiar una frase que también salía en el tráiler que hacía referencia a lo que podría quererse a un hijo propio en comparación con uno adoptado.



   La película tuvo bastantes buenas críticas e incluso gozó de cierta popularidad entre el público, motivo por el cual se ha decidido hacer una secuela que, como decía, es precuela. Costó 20 millones de dólares y recaudó 76 en taquilla.




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