No hay que ser ningún catedrático de cine para afirmar que King Kong, efectivamente es el rey de los monstruos en la gran pantalla. Es la monster movie en la que se miran todos los demás, incluso la saga "Jurassic Park", que además hacía su particular homenaje a ese "mundo perdido" representado en la Isla Calavera donde residía Kong, en su segunda parte, también dirigida por Steven Spielberg.
Su primer intento fue ya en los noventa pero se encontró con varios impedimentos. Peter Jackson venía de firmar dos títulos, que a la postre han quedado como de culto, como "Mal gusto" y "Braindead", dos comedias gore que no le daban el crédito para que ningún productor le concediera el presupuesto que demandaba para llevar a cabo la película.
A eso se sumó que precisamente a finales de los noventa, Roland Emmerich estrenaba su "Godzilla". Curiosamente, Jackson si encontró financiación para una empresa más grande todavía, la trilogía de "El Señor de los Anillos". Y tras cubrirla de millones de recaudación y premios, consiguiendo que su tercera parte fuera la gran triunfadora de los Oscars de 2003, con nada menos que 11 estatuillas, igualando a las dos películas más galardonadas de la historia del cine, "Ben-Hur" y "Titanic", incluida la de director, tuvieron a bien concederle el capricho de "King Kong".
Y para ello Peter Jackson tuvo absoluta libertad creativa y un presupuesto de 200 millones de dólares, que se convirtieron en 550 en taquilla, además de unas críticas generalmente bastante positivas tanto por parte de prensa como de público. Aunque personalmente creo que Jackson habría necesitado a alguien que le frenara un poco, concretamente con uno de sus males endémicos, los metrajes excesivos.
A ese respecto, hay que puntualizar que si los dinosaurios presentan diferencias respecto a los de, por ejemplo, la saga "Jurassic Park", no es por ningún error de documentación, sino porque se pretendía mostrar a todas las especies como evolucionadas de forma distinta bajo ese entorno de micromundo que se supone que es la Isla Calavera. Por ejemplo, los tiranosaurios tienen tres dedos en sus extremidades anteriores en lugar de dos, y un aspecto más fiero. Ésto también suponía un homenaje a la película "El mundo perdido" de 1925.
Para ello tomó como modelo al nuestro famoso gorila albino del zoológico de Barcelona, Copito de Nieve. Pero a su muerte, Serkis se desplazó a Ruanda para estudiar los movimientos del mismo grupo de gorilas que tanto había protegido la primatóloga Dian Fossey, retratada en la película "Gorilas en la niebla". Para el rugido de Kong se usó el de un león pero al revés y reproducido a la mitad de velocidad. Todos estos esfuerzos tuvieron su premio en forma de Oscars a los efectos visuales, a los sonoros y el montaje de sonido.
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