Algunos
la sitúan como el principio del declive de la primera etapa de la
carrera de Night Shyamalan. No solo no estoy de acuerdo sino que la
considero una de sus cuatro mejores películas. Es más, en mi
opinión, el cineasta indio solo tiene dos títulos que bajan el
nivel que se le presupone, “Airbender” y “After earth”, y aún
así en su momento no me parecieron tan malas.
Sin
embargo, la crítica no la trató mal y hubo muchos medios,
mayoritarios diría yo, que se deshicieron en elogios con la película
y con un director al que consideraban especial respecto a lo
habitual. Otra cosa fue el público. Aún así, funcionó bien en
taquilla, costó 71 millones de dólares, la media de las primeras
películas de Shyamalan, y recaudó 250.
Pero
se apreciaba un descenso en el rendimiento económico. La razón es muy
evidente. Algo que le ha pasado a toda la filmografía de Shyamalan,
qué es vender sus títulos como terror cuando me atrevería a decir
que ninguno de ellos lo es. Ni siquiera “El sexto sentido”.
Utilizan ciertas claves y elementos del género de terror pero no son
películas para dar miedo.
“El
bosque” no es de terror pero si sobre el terror. Es claramente su
tema central. Por qué los personajes han decidido retirarse a una
aldea al margen de la “civilización” de las ciudades por terror
a vivir en una sociedad marcada por el crimen. Y a su vez, los
veteranos consiguen mantener a los jóvenes en el interior de la
aldea valiéndose de crear el terror a cruzar el bosque.
De
hecho, la película se podría interpretar de varias maneras. Como la
crítica una sociedad cada vez más violenta, repleta de violaciones,
robos y asesinatos. o como la crítica de como un gobierno es capaz
de dominar a sus ciudadanos valiéndose del miedo. Un planteamiento
que me recuerda al de otra película, “La playa”.
En
ambas tenemos una comuna (con planteamientos muy cercanos a los de
las sectas) en los que sus integrantes pretenden apartarse de una
sociedad que consideran envenenada. Sin embargo, en las dos, esa
paz que buscan se rompe por un acto violento. En “La playa” es
una situación accidental pero que rompe la armonía. En “El
bosque” es un crimen, justo de lo que vienen huyendo. El mensaje es
que la violencia va implícita en el ser humano.
Shyamalan
contó con el mejor reparto que haya tenido nunca. William Hurt,
Sigourney Weaver, Adrien Brody (papel al que optaron Aaron Eckhart,
Thomas Jane, Hayden Christensen y Ashton Kutcher), Joaquin Phoenix
(que repetía con Shyamalan tras “Señales”), al igual que Cherry
Jones, Brendan Gleeson y unos muy jóvenes Judy Greer, Jesse
Eisenberg y Michael Pitt. Pero el papel estrella era el de Ivy
Walker, para el que optaron Jessica Biel, Kate Hudson y la favorita
del director, Kirsten Dunst. Pero rechazó el papel y se quedó
prendado de una inexperta pero muy talentosa Bryce Dallas Howard,
hija del director Ron Howard. Curiosamente Bryce Dallas y Judy Greer
volverían a ser hermanas en “Jurassic World”.
Nuevamente
los colores significan cosas y nuevamente sale el rojo. En “El
sexto sentido”, el rojo simbolizaba el contacto con lo sobrenatural
y en “El protegido” los colores fuertes los portaban los que
cometían actos malvados. Aquí el rojo es el color prohibido, quizá
por simbolizar la pasión o el pecado. Lo de que las capas no sean
rojas podría ser como que quisieran evitar ser Caperucita Roja. El rojo también es el color de la sangre.
Por cierto, sus "lobos", "aquellos de los que no hablan", en un principio tendrían la forma de un león bípedo. Pero la introducción de las capas rojas cambió el concepto. Shyamalan quería además que los árboles no tuvieran hojas, como metáfora de esa inocencia perdida, por lo que hubo que retrasar el rodaje a otoño. Y se construyó el pueblo entero, casa por casa, además e hacer un estudio de como vivían las comunas. Shyamalan reconocía como inspiración títulos como "Alien, el octavo pasajero", "Alguien voló sobre el nido del cuco" y "Eduardo Manostijeras".
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