martes, 3 de agosto de 2021

Escenas Míticas: Night Shyamalan - El sexto sentido

 

 
   Éste era uno de esos ciclos que tenía ganas de repasar y mejorar respecto al que ya se hizo con anterioridad, y es el estreno de la última película de Night Shyamalan, “Tiempo”, dónde parece que vuelve a las claves de suspense que le dieron a conocer, la excusa para volver a repasar sus inicios como director, la mejor etapa de su carrera. Y todo comenzó con “El sexto sentido”.
 



   Antes de nada, aunque doy por hecho que quién lea los artículos de estos ciclos ya ha visto las películas que repasamos, teniendo en cuenta que de esta película se puede hacer uno de los spoilers más brutales de la historia del cine y por si alguien ha estado metido en una cueva las últimas décadas, sin internet, televisión ninguna conexión con el exterior, voy a avisar que vamos a destripar a saco la película.



   Porque hay películas buenas y malas, pero no todas las buenas llegan a ser icónicas. Ésta si. Merced principalmente a dos escenas megaconocidas. Una de ellas es la de “en ocasiones veo muertos”, parodiada hasta la saciedad en vídeos en los que se cambiaba el doblaje y usada en infinidad de memes, aún hoy en día.



   Precisamente en esa escena se daba una pista sobre la otra escena icónica de la película, el final en el que descubrimos que el protagonista estado muerto durante toda la narración tras el prólogo. Probablemente, junto a “Seven” o “El club de la lucha” (estrenada en 1999 cómo ésta), la que tiene uno de los finales más catárticos de la década de los noventa. De hecho, David Fincher compartía en sus primeras películas esa misma seña de identidad de Night Shyamalan, los finales sorpresas.


 
   Aquellas que tenían un eslogan de “no cuentes el final”. Pues bien, en la escena del niño diciendo aquello de los muertos, se hace un zoom sobre la cara de Bruce Willis, lo que era la primera pista de su verdadero estado. No fue la única, su personaje solo utiliza las prendas de ropa usadas o tocadas en la escena del prólogo cuando aún estaba vivo. Y hay más, el tratamiento del color rojo, utilizado cuando el mundo real se cruzaba con el sobrenatural. Aparte de que el personaje no interactúa con nadie que no sea el niño que ve los muertos. 



   Fue la película que hizo que el nombre de Night Shyamalan irrumpiera con fuerza en el panorama cinematográfico. Pero era la tercera de su filmografía, curiosamente las dos anteriores no tenían nada que ver con su trayectoria a partir de “El sexto sentido”, es más, eran comedia y drama.



   El drama permanecería en toda su obra pero mezclado con el suspense y, muchas veces, con el terror. Lo que marcó el estilo personal del cineasta indio en cuanto a su peculiar manera de generar tensión, sus movimientos de cámara, el uso de la música, los golpes de efecto y sus finales sorpresa. Algo que hizo que las expectativas de sus siguientes trabajos se sobredimensionaran en exceso y que a la postre hizo que se le acusara de preparar muy bien la mesa pero ser un tramposo en el postre.



   La estrella era un Bruce Willis absolutamente en forma pero el verdadero protagonista fue un niño llamado Harley Joel Osment, que ya había aparecido brevemente unos años antes en “Forrest Gump”, y que tras esta película, por la que fue nominado para el Oscar, apareció en “Cadena de favores” junto a Kevin Spacey y en “Inteligencia artificial” de Steven Spielberg. Se le adivinaba un futuro muy prometedor que desgraciadamente no se cumplió. Les acompañaban Toni Collete (se consideró a Marisa Tomei para el papel) y Olivia Williams. Y algo que Shyamalan empezó a hacer en todas sus películas, hacer un cameo a lo Hitchcock.



   Disney compró el guión de Shyamalan por tres millones de dólares pero la condición innegociable de éste era de dirigirlo en caso de llegar a producirlo, Disney accedió. El resultado fue un rotundo éxito de crítica y público. Costó 40 millones de dólares pero es que en taquilla cosechó 670 millones en todo el mundo. Además tuvo seis nominaciones al Oscar, en las categorías de película, director, guion, montaje y actor secundario (Osment). No ganó en ninguna pero es de las pocas cintas de terror en haber  sido nominada a la estatuilla, junto a "Tiburón", "El exorcista", "Cisne negro", "El silencio de los corderos" y "Déjame salir".
 


2 comentarios:

  1. Ya hace mucho tiempo que la vi y sólo una vez. Pero, por lo que recuerdo, me parece una película muy tramposa y con un final absurdo, que no se sostiene. Creo recordar que Willis sólo se relaciona con el niño. ¿Y no le parece raro en todo ese tiempo no relacionarse con nadie más? No tiene sentido. Es decir, no tiene sentido que no note algo raro, no tiene sentido que no sepa que está muerto. Por lo que recuerdo.

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  2. De hecho, la gran trampa de la película es, sobre todo, lo que pasa fuera de la película, entre escena y escena. El personaje de Willis tiene que tener su vida cotidiana y ¿no se da cuenta en ella de lo raro que es todo?¿No le parece raro no tener ninguna relación con su mujer día tras día?. Lo que no se ve en la película es lo más importante en este sentido y lo que la hace absurda. Willis ¿come, bebe, tiene sus necesidades fisiológicas...? Es decir, lo que es la vida cotidiana. Si va a comprar algo ¿no le extraña que no le atiendan?. Y así con todo ¿como es posible que no se entere de que no es normal?

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